editorial

Santa Fe da más de lo que recibe

  • El nuevo contexto político plantea una buena oportunidad como para comenzar a saldar históricos desequilibrios.

El gobernador Miguel Lifschitz acaba de reclamar al gobierno nacional obras de infraestructura para el norte de la provincia. Pero eso no fue todo. Además, el mandatario hizo hincapié en la necesidad de realizar inversiones en los accesos a los puertos, las autovías 33, 34 y 11.

En este contexto, aseguró que la provincia de Santa Fe “siempre le ha dado a la Argentina más de lo que recibió”.

El planteo de Lifschitz aparece pocas semanas después de que el presidente Mauricio Macri decretara el incremento del 160 por ciento en los fondos que la ciudad de Buenos Aires recibe en concepto de coparticipación federal.

Un anuncio que sirvió para poner sobre la mesa de debate la imperiosa necesidad de revisar la manera en que los recursos son administrados y distribuidos entre el Estado nacional y las provincias. De hecho, la Constitución Nacional reformada de 1994 ordenaba sancionar una nueva ley de Coparticipación Federal que nunca llegó a ser discutida.

Las quejas de Santa Fe se basan en argumentos sólidos. Por ejemplo, la red vial que desemboca en el complejo portuario del Gran Rosario es responsabilidad de la Nación. Sin embargo, esta infraestructura se encuentra colapsada, y son los santafesinos quienes pagan las consecuencias.

Quizá, el paradigma de estas inequidades esté dado por lo sucedido con la transformación en autovía de la ruta nacional 19 a lo largo del tramo que atraviesa el territorio provincial. Una inversión que realizó Santa Fe y por la cual todavía aguarda que, como compensación, la Nación avance de una vez por todas con el nuevo puente a Santo Tomé.

Otro ejemplo concreto que demuestra el desequilibrio que existe entre lo que Santa Fe da y lo que recibe de las arcas nacionales, está dado en los dividendos obtenidos a través de las exportaciones de soja en los últimos años.

Un informe del Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe reveló a mediados del año pasado que, desde 2008, la provincia había aportado el equivalente a $ 44.387,6 millones en derechos de exportación que recaudó el gobierno nacional, y recibió como compensación del Fondo Federal Solidario $ 4.449 millones.

Dicho estudio remarcaba que Santa Fe es la tercera provincia en cuanto a la producción de soja, y la mayor en cuanto a industrialización de la oleaginosa. Entre las campañas 2008/09 y la 2013/14 se produjeron 56.901.780 de toneladas, lo que generó ingresos por derechos de exportación de $44.387,6 millones. Apenas el 10 % de este dinero regreso a la provincia.

Una buena forma de comenzar a saldar estos desequilibrios por parte de la Nación sería incorporar a los departamentos del norte de Santa Fe al proyecto conocido como “Plan Belgrano”, que prevé fuertes inversiones en materia de infraestructura y viviendas para provincias como Salta, Jujuy, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y Santiago del Estero.

El gobierno de Santa Fe solicitó al gobierno nacional que el norte de esta provincia también fuera incluido en dicho plan. Por ahora no hubo respuestas, pero las expectativas continúan en pie.

En cuanto las variables macroeconómicas tiendan a normalizarse en el país, seguramente la producción santafesina -industrial y de materias primas- despegará como ocurrió a lo largo de la historia. Esto no sólo representará un fuerte impulso para la economía provincial, sino que además redundará en mayores aportes a las arcas del Estado central.

Lo que Santa Fe pide no es otra cosa que inversiones en materia de infraestructura. El contexto político parece ser favorable, luego de una década en la que la provincia se convirtió en un claro ejemplo de discriminación.

Las potencialidades están intactas. Sin embargo, es hora de que el desequilibrio entre lo que la provincia da y lo que recibe comience a ser subsanado.