Agustín Rossi

“Debimos haber hablado más con los otros... menos entre nosotros”

No está en su ánimo hacer una autocrítica. Pero admite: “Nos faltó un poco de pluralidad”, en los últimos años de gobierno. El rol opositor del kirchnerismo.

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“Ser opositores”. Esa es la definición política que brinda Rossi cuando se le pregunta si comparte el uso de la palabra “resistencia” tras el triunfo del PRO.

Foto: Manuel Fabatía

 

Luis Rodrigo

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Cada semana, desde que se fue del Ministerio de Defensa, Agustín Rossi sube un video de unos pocos minutos a su facebook. Su “Análisis Político Semanal” ha llegado a contar más de 60 mil reproducciones, en pleno enero. El último, del 6 del corriente, ya sumaba 45.330 cuando El Litoral lo entrevistó.

El ex jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria, hoy miembro del Parlasur, ha aprovechado su tiempo para reflexionar: no cree que un dispositivo publicitario mágico le haya hecho la diferencia al macrismo, ni pone el ojo en el candidato del oficialismo, en los últimos meses de gobierno o en la campaña. Su análisis va mucho más atrás, hasta 2012, cuando se le pregunta qué falló.

Dos etapas

“Fuimos un gobierno con mucha intensidad, durante doce años, muchas veces acosado por la oposición, sectores mediáticos, empresarios. Ese hostigamiento, más el ejercicio diario del gobierno hicieron muy difícil parar la pelota y mirar el panorama”, expone antes de describir dos etapas (y de añorar la primera).

“Tuvimos como espacio político un momento riquísimo en la elaboración de leyes y de iniciativas que cambiaron estructuralmente a la Argentina, con posterioridad a la 125 y hasta la nacionalización de YPF. En esa etapa, que yo la ubico entre 2008 y 2012, nacionalizamos Aerolíneas, las AFJP, votamos la Ley de Medios, la movilidad jubilatoria, la Asignación Universal por Hijo, la modificación de la Carta del Banco Central. YPF fue un momento muy fuerte, todas las iniciativas tuvieron una fuerte carga ideológica. Fueron muy intensas, rupturistas con lo establecido, quebraron la inercia de lo políticamente correcto. Y todas tuvieron un amplio consenso y una amplia pluralidad”, recuerda.

“En esos años —sintetiza— pudimos combinar intensidad ideológica con diversidad y con pluralidad. Eso nos llevó al 54 % de los votos de Cristina en 2011. Después vino otra etapa donde mantuvimos intensidad pero donde nos faltó un poco de diversidad, nos faltó un poco de pluralidad”, admite.

Los últimos años

“Lo vengo diciendo, en mis discursos en la Corriente Nacional de la Militancia, desde hace ya un tiempo, que debimos hablar más con los otros y menos entre nosotros. Ir más hacia afuera y menos hacia adentro. Me pareceque en los últimos años, de alguna manera, seguimos manteniendo esa misma intensidad, esa identidad y esa fortaleza ideológica, pero ya no fuimos ese espacio que había sido lo suficientemente convocante como para que quienes sin pensar como nosotros en un cien por ciento, nos siguieran acompañando en determinados momentos y con determinadas decisiones”.

“Para eso fue la transversalidad. Para mirar desde el centro hacia afuera, no desde los bordes partidarios hacia adentro. Podíamos tener una fuerte intensidad ideológica pero podíamos hacer que otros, los que no compartían todas nuestras ideas, apoyaran algunos proyectos, algunas líneas principales”, afirma.

Como oposición “los kirchneristas tenemos que volver a ser así, ante este intento hegemónico que construye el macrismo, que no se contenta con ser oficialista sino que también designa a los opositores, nosotros tenemos que oponerle consensos opositores”.

“Debemos ser el facilitador de esos consensos con otras fuerzas. Y para eso tenemos que ir con nuestra verdad relativa y ver cómo compatibilizamos nuestras posiciones con otras verdades de otros espacios, con otras miradas de la oposición”, grafica.

El nuevo bloque ex K

A los diputados nacionales que se fueron del kircherismo, con Diego Bossio a la cabeza, Rossi no les concede razones políticas, ni ideológicas, ni siquiera de discurso.

—¿La ruptura del FPV en Diputados se debe a esa falta de diálogo con los otros que Ud. describe?

—No. Leo el documento del nuevo bloque, las declaraciones de sus integrantes y no encuentro esas razones, ni otras que tengan entidad suficiente como para esta ruptura. No hay una explicación, ni un motivo... al menos a la vista.

Yo presidía el bloque cuando, entre 2008 y 2009, se nos fueron 15 diputados. Pero había un motivo: nuestra política agropecuaria, la 125. Había un eje. Acá no lo encuentro. Todas las razones que se esgrimen tranquilamente pudieron metabolizarse dentro del bloque. El mismo día de la ruptura hubo una reunión, de los 86 que forman la bancada, que discutieron durante seis horas: a nadie tiene que asustarle que haya matices, diferencias y distancias cuando se pasa del oficialismo a la oposición.

—¿La idea de la traición alcanza para entender qué pasó?

—Independientemente de lo que pensemos de esa valoración, ellos se equivocan. En la mesa de la política ésto fue a favor de Macri y contra la oposición. Y lo que la Argentina necesita es un espacio político opositor.

El oficialismo está sobrerrepresentado: está Macri, la UCR, la Coalición Cívica, Massa que es un paraoficialista y, ahora, un paraoficialismo bis.

—Los ex integrantes del FPV dicen que no es momento de ser obedientes, cuestionan a Cristina Kirchner.

—¿Pero cómo, hasta el 10 de diciembre no pensaban eso? Nadie le hacía ninguna crítica. Y muchos de ellos derramaban loas para Cristina. Algunos deben tener más fotos con ella que yo.

El liderazgo de Cristina no pertenece a la categoría de la política, a los políticos. Lo construyó la sociedad argentina, hay que entenderlo más desde la sociología que desde el análisis político. Puede haber empezado como un liderazgo de los militantes pero no hay hoy otro dirigente que genere lo que Cristina. Su liderazgo ya no le pertenece a la dirigencia política, ni siquiera a los militantes políticos, lo decidió la gente. Es un liderazgo que está en el seno del pueblo.

—Digamos que de una parcialidad, de una parte del pueblo.

—No, claro. No es el 100 por ciento de la sociedad. No nos vota el 100 por ciento de la sociedad. Pero dirigentes políticos somos muchos, y liderazgos hay muy pocos.

—Los gobernadores del PJ, los peronistas que sí ganaron, ¿no compiten por ese liderazgo de la oposición?

—No. Pienso que nadie en el peronismo se plantea competirle ese liderazgo a Cristina. Si mañana ella dice voy a presidir el PJ, no hay un dirigente del peronismo que se le oponga.

—¿Massa, de la Sota dirían que sí?

—Están en otro partido. En el Frente Renovador.

—¿Urtubey, Scioli, la aceptarían?

—Creo que sí. Que mayoritariamente se la aceptaría. Mire, recién alguien en la calle, que no es militante, me dijo “hoy hay más kirchneristas entre la gente que en la dirigencia”.