El desafío de Bruschi

Atender la coyuntura y pensar la Policía para los próximos 10 años

El nuevo jefe aceptó los desafíos planteados por el Ministerio de Seguridad. Admite que la fuerza debe ser dinámica y reconoce que hay muchos héroes y algunos pocos villanos que le hacen mucho daño.

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Bruschi dice que sólo con la policía no se solucionan los problemas de violencia que tiene hoy la sociedad.

Foto: Luis Cetraro

 

Mario Cáffaro

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Desde el lunes, el director general Luis Mario Bruschi es el jefe de la Policía de la provincia. Abuelo, padre e hijos son policías en la familia. Él ya cumplió 31 años dentro de la fuerza y sabe que está ante el desafío de enfrentar la coyuntura y preparar la policía para los próximos años. Nació en esta capital, parte de la escuela la completó entre Santo Tomé y Santa Fe; desde hace varios años reside con su familia en Pueblo Esther, al lado de Rosario.

—¿Qué impronta le dará a la Policía?

—Nada contrario a lo que nos pidió el ministro de Seguridad. Él quiere proactividad, que estemos antes del delito, preverlo y prevenirlo, pero al mismo tiempo se debe empezar a convencer de la planificación. En instituciones tan cerradas como ésta, se necesita el compromiso de quienes la integran para producir cambios; imponer los cambios en instituciones tan cerradas, corres el riesgo de que queden a medio hacer o que caigan en saco roto. Tenemos hoy la obligación de atender la coyuntura, dar respuestas a lo urgente y pensarnos a diez, quince años. Se puede, es un desafío muy fuerte: armar equipos, reestructurar las unidades regionales dándole impronta a cada una de ellas. Vamos a atender lo urgente con un Departamento de Operaciones provincial mientras otros equipos irán pensando y armando una policía a diez años. La Legislatura deberá considerar una nueva ley orgánica -la actual es de inicios del siglo XX-, para hacer una organización menos burocrática, más ágil, más eficiente. No me quejo de la policía porque sería quejarme de mí. La Policía de Santa Fe ha sufrido desprestigio en los últimos años porque era de una de las más entrenadas del país. La Policía Metropolitana se nutrió de muchos oficiales de Santa Fe por la capacitación que tenían. Los tentaron con cargos y muy buenos sueldos.

Tenemos que evolucionar, crecer. El nuevo Código Procesal Penal es una reforma tremenda que nos obliga a tener otra agilidad. Tenemos que ser dinámicos, hoy estamos encerrados estructuralmente en formaciones del siglo pasado. La institución necesita la conducción firme, una pirámide de mandos, alguien que ordene y sea responsable por cada acción. Tiene que haber verticalidad conductiva, pero también obligaciones.

El debate nos hace crecer. Lo cerrado de la ley orgánica hace que no podamos evolucionar. La Policía de Investigaciones (PDI) es una estructura nueva que reemplazó a la vieja Agrupación de Unidades Especiales (AUE). Cuando se creó, parecía que se venía abajo el mundo, pero ha dado muchos más resultados. La diferencia está en la organización centralizada. Antes, las bandas funcionaban en los límites departamentales y cada AUE era una isla en la unidad regional, no había coordinación. Hoy, entre el trabajo de los fiscales y la PDI se desarticulan bandas que actúan en toda la provincia.

—Debe trabajar para recobrar la confianza de la sociedad.

—El trabajo de mil lo puede destruir uno que fue desleal a su función. Somos una unidad con un fin y ese tipo de traiciones que la sociedad sufre y recrimina es dolorosa no sólo para nosotros y para aquellos que trabajan todo el día sino porque los juzgan igual que a esos que son muchos menos. Se vienen equipos de gestión muy preparados que darán un salto de calidad muy importante.

—¿Le molestan las fuerzas federales en la provincia?

—No me molesta que estén las fuerzas federales en Santa Fe. En el límite de las competencias entre federal y provincial se manejan los delincuentes, las bandas narcos, etc.

—¿Cómo hace para tener confianza entre fuerzas federales y con las de otras provincias?

—Trabajando. Hay que ser serios de una vez por todas. Puedo hablar mucho con otros policías en reuniones, pero luego debo demostrar con hechos, con trabajo para que me tengan confianza. Se está logrando una conciencia entre fuerzas. El flagelo es para todos pero el consumo de droga no lo tiene que atacar la policía, lo tiene que atacar la cultura. La sociedad evoluciona y la experiencia sirve hasta ahí. Es tan rápido el cambio que uno se queda en el tiempo en todos los días.

—El delito de droga es de competencia federal.

—Sí, pero la gente viene a preguntarme a mí, lo acepto.

—¿Está de acuerdo en que la provincia se haga cargo del narcomenudeo?

—No tenemos que esquivarle el cuerpo, debemos trabajar dentro de las atribuciones que tenemos. El ministro está muy interesado en que tengamos competencia sobre el narcomenudeo, que la Justicia se haga cargo desde el Estado provincial porque es lo que gente de barrio, en los pueblos, te denuncian. Tenemos que encararlo de alguna manera. Estamos teniendo mayor confianza con la Justicia federal. El equipo de coordinación de fuerzas está en formación tras la reunión de los ministros Pullaro y Bullrich. Es una realidad que nos va a ayudar si somos serios, si nos sinceramos. Es fundamental que la gente denuncie, admito que a veces tiene miedo. Son áreas y barrios donde las pequeñas bandas narcos han suplantando al Estado, siendo benefactores, controladores y hasta imponen justicia entre comillas. El Estado todo debe estar allí; con sólo la policía no se soluciona esto, sino abriendo calles, con más iluminación, más cultura, asistencia, trabajo, asistentes sociales, etc.

—¿Molesta el censo ordenado en la fuerza?

—Hay opiniones en contrario. Algunos los ven como una forma de control y para otros va a permitir tener una idea clara de cuántos somos, cómo estamos formados. Va a haber una administración de recursos a partir del conocimiento real del personal que integra la fuerza.

—¿Cómo tomó la falta de acuerdo legislativo?

—Creo que hubo buenas intenciones de muchos. Son decisiones políticas de las cuales estoy un poco al margen. Fue para mí una situación interesante. Ser el primero cuyo nombre fue enviado a la Legislatura. Viví diez días donde está en tela de juicio tu trayectoria y la posibilidad de ser o no ser. Fue una sensación de ansiedad, expectativa; fue interesante.

El dato

La Capital

Bruschi ratificó al frente de la Unidad Regional Uno a Adrián Rodríguez y al momento de la conversación con El Litoral no había tenido aún una reunión para evaluar la situación en esta ciudad donde creció el delito contra la propiedad especialmente en barrios céntricos. “Desde mi anterior función he visto mucho esfuerzo policial en esta capital para recuperar la presencia policial en los barrios con mayores índices de violencia y en los accesos a la ciudad. Todo debe estar acompañando de otra funcionalidad porque el riesgo es que el delito se corra hacia otro lado”, admite.

" Tengo la tranquilidad de haberle dicho al ministro que si en algunos meses no cumplo las expectativas trazadas a corto plazo, me voy”.

Luis Mario Bruschi

jefe de Policía.