EDITORIAL

El calentamiento global se agrava y Santa Fe sufre

  • Hace 11 meses consecutivos que la temperatura global supera los registros históricos.

Los datos parecen abrumadores. Por undécimo mes consecutivo, el promedio de temperatura del planeta volvió a batir récords históricos en marzo pasado.

De hecho, hace apenas tres meses la Administración de Océanos y Atmósfera de los Estados Unidos (Noaa, por sus siglas en inglés) y la Nasa, coincidieron en señalar que 2015 había sido el año más cálido desde 1880 -no existen registros previos confiables-. Y además, nunca antes había habido un margen tan amplio entre récords interanuales.

La temperatura de las superficies terrestre y oceánica de la Tierra se situó 0º9 por encima de la media registrada durante el siglo XX. En 136 años, ningún mes había aumentado tanto sus temperaturas como diciembre de 2015, cuando las temperaturas medias de las superficies terrestres y oceánicas fueron 1,11 grados más elevadas que en cualquier otro diciembre del siglo pasado.

Este calentamiento continúa evidenciándose durante el primer trimestre de 2016. En esos 90 días, la temperatura promedio para el mundo fue de 1,3 grados centígrados por encima de la media del siglo 20.

La temperatura media mundial de la superficie del mar para el año hasta la fecha fue también la más alta de la historia, superando el mismo período de 1998 en 0,2 grados, la última vez que ocurrió un evento de El Niño de una fuerza similar.

Santa Fe y gran parte del centro del país no necesitan que nadie les explique cuáles pueden ser las consecuencias de estas variaciones climáticas. De hecho, en estos momentos, 18 de los 19 departamentos de la provincia son considerados “zona de desastre” por las autoridades.

El 80 por ciento de la zona tambera se encuentra bajo agua, debido a las precipitaciones extraordinarias que se prolongaron durante 19 días de manera ininterrumpida. La producción lechera se redujo al 50 por ciento.

Además, el 80 por ciento de la soja no pudo ser cosechado por la presencia de agua en los campos. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, está en jaque la calidad comercial de gran parte de la producción, debido a la proliferación de enfermedades. Hay grandes pérdidas en los sectores ganadero, hortícola, en el sorgo, la alfalfa, en pasturas; y una gran preocupación porque pronto llegará el invierno.

Luego de algunas semanas en las que el gobierno nacional parecía no haber tomado conciencia de la gravedad de la situación en Santa Fe, comenzaron a vislumbrarse señales de cambio. Tanto es así que, en cuestión de días, estuvieron en la provincia el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile; la vicepresidenta, Gabriela Michetti; y Mauricio Macri, que visitó el departamento Castellanos, productor de leche por excelencia.

El presidente recibió en las últimas horas al gobernador Miguel Lifschitz y a sus pares de Chaco, Domingo Peppo; de Corrientes, Ricardo Colombi; y de Entre Ríos, Gustavo Bordet, con el propósito de evaluar la grave situación de los distritos afectados por la emergencia hídrica.

Las evidencias del cambio climático son innegables. Y si bien el actual fenómeno de El Niño forma parte de un proceso cíclico, la situación del calentamiento global parece acentuarse año tras año.

Frente a este panorama inevitable en el corto y mediano plazo, se torna imprescindible que los planes de infraestructura, la matriz productiva y la agenda pública de prioridades, tengan en cuenta este nuevo escenario.

Será imprescindible que los planes de infraestructura, la matriz productiva y la agenda pública de prioridades tengan en cuenta este escenario.