Plantó la semilla

Héctor “Guegue” Combes

Le dedicó al voleibol toda su vida. Desde chico, en el Club de Regatas, luego en equipos de Buenos Aires (River, GEBA), seleccionados y ahora es el alma mater de Villa Dora, el árbol del éxito y el “boom” en el deporte argentino y sudamericano.

Textos. Luis Gudiño. Fotos. El Litoral.

NACER DE NUEVO “Cuando retorné a Santa Fe estuve un año sin trabajar en el voleibol. En el 2004 iba a los torneos para ver si alguien me invitaba a sumarme a algún club. Me llamó Villa Dora y acepté, aunque después lo hicieron otras instituciones. Me alegro de la decisión que tomé, nací de nuevo, no me interesaba la plata, yo quería seguir en el vóleibol”, comenta Héctor Combes, más conocido como “Guegué”, el creador del fenómeno del club de barrio santafesino que acaba de ganar la Liga Femenina de Voleibol Argentino sorprendiendo al mundo. Cuando la vecina del barrio, Doña Dora, donó los terrenos para que se construya el club, nunca imaginó que su equipo de voleibol femenino le ganaría a River, Vélez, San Lorenzo y Boca y daría la vuelta olímpica para la televisión.

APASIONADO Y PRECURSOR “En ese momento había una cancha de básquetbol y fútbol cinco en el gimnasio. Había 18 jugadores federados: 11 varones y 7 mujeres, el club estaba quinto en la zona ascenso. Hoy tenemos 450 jugadores entre federados y no federados. Comenzamos a juntar chicos en la calle, yo me paraba en la puerta del club y los invitaba a jugar. Después me fui a una escuela y trabajamos mucho con los entrenadores que estaban en ese momento y los que se fueron sumando: María José Suárez, ‘Poli’ Tejedor, ‘Pato’ Sánchez, Lorena Góngora.

Presenté un plan de trabajo a largo plazo, por cuestiones de salud me alejé de la dirección técnica de los equipos y sigo como coordinador de las actividades. Renuncié cuatro veces, pero siempre me pidieron que continúe y yo no les puedo fallar. Cumplimos todas las metas del plan”.

11 AÑOS Y 113 DÍAS “Yo no quería jugar la liga hasta tanto no estén dadas las condiciones. Soy de los que piensa que si el presidente te invita a cenar, no podés ir en ropa interior. Cuando comenzó a entenderse lo que éramos, que progresamos, dije que sí y fueron cuatro años seguidos antes de salir campeones. De menor a mayor. Y la liga es eso, es una fiesta, un circo, espectáculo. Hasta que no pudiéramos traer refuerzos y armarnos mejor, no valía la pena jugarla. En la primera presentación fuimos cuartos, luego terceros, segundos y campeones. Desde el 7 de enero del 2005, cuando comenzamos, hasta ahora, fueron 11 años y 113 días para salir campeones. Yo soy un fanático. Fui día tras día marcando como un preso cuando llegaría el momento en que lograríamos el sueño. En el plan dijimos ‘vamos a jugar la Liga’, pero no hablábamos de ser campeones, era una utopía demasiado grande”.

NO ES UN CLUB DE VILLA “¿Cómo se puede ganarle a Perú y Brasil? Trayendo a Carolina Costagrande y Naty Brusa de Europa, lo que es casi imposible, pero son santafesinas y podrían darnos una gran mano si se entusiasman. Al club esto le sirvió para posicionarse como institución. Muchos se reían, nos decían ‘Villa Dora...madres gratis’, lo convertimos en el club más importante de voleibol de la Argentina y uno de tres mejores de Sudamérica. Empezamos a ganar, a salir en internet, obtuvimos la liga local, el Tres Provincias y ahora somos campeones nacionales. Antes los equipos venían a matarnos y ahora nos tienen miedo.

Me preguntan: ¿Y ahora? ¿Qué queda? Y yo les digo: primero, salir segundo en el Sudamericano, ganándole a Perú, y después tratar de ganarle a Brasil. Yo era ayudante del coreano You Wan Song cuando vino a la Argentina a dirigir el seleccionado de varones y Brasil nos dejaba en cero, o con suerte le hacíamos 5 puntos. El me dijo ‘cuando le ganemos un set a Brasil, vamos a estar’. Y fue así, le terminó ganando un set, después el Sudamericano y fue tercero en el mundo.

A nivel infraestructura nos falta tener una tribuna mas amplia. Estamos a punto de concretar los vestuarios nuevos. Ya están los planos. Las autoridades provinciales y municipales se comprometieron a ayudarnos. Debemos ser el único club del mundo que es campeón del país sin tener ni vestuarios, ni baños buenos”.

UNA BOLA DE NIEVE “Villa Dora creció mucho, por los chiquitos, vienen los padres a los encuentros de minivóleibol, van al campo de deportes, ven las parrillas, la pileta de natación, la arboleda y se suman, participan, se asocian. Es una bola de nieve. Después de ganar la Liga hubo mas de 100 llamados de padres preguntando por los horarios para mandar a sus chicos a entrenar al club. Cuando llegué a España en un viaje, me preguntaron por Villa Dora, pensaron que era un club como Boca, River o Vélez, y cuando yo les contaba que es un club con pocos deportes y un baile los domingos no me creían.

En el barrio pegó fuerte el triunfo, mucha gente salió a la calle a festejar, se agruparon en avenida General Paz y celebraron. A Buenos Aires llevamos más de 400 personas, dejamos el barrio casi fantasma. Fuimos locales en Morón. Cuando la gente de Boca Juniors vió esa cantidad de gente tomó conciencia que podía perder. Dijeron ‘estos vinieron a ganar’. El apoyo de nuestra gente fue infernal, fundamental. Ellas tenían como 800 personas alentándolas y pero nuestra hinchada fue tremenda, alentó sin parar”.

CóMO SER CAMPEONES “Lo fundamental fue el trabajo de los dirigentes que comenzaron apoyando el proyecto, como los actuales. Un apoyo irrestricto, terrible. La labor de Lorena Góngora con Pato Sánchez, el equipo de entrenadores, el médico, el estadista; todos juntos. Villa Dora es como una pyme, una gran fuente de trabajo ya que tenemos 11 entrenadores que cobran todos los meses en tiempo y forma. Las jugadoras son atendidas en todos los detalles.

Mantener el equipo no es tarea fácil, dependerá mucho de los planes de cada jugadora tenga para su futuro. Algunas ya expresaron su deseo de volver, otras se van al exterior. Lorena Góngora fue la principal responsable de formar el grupo, supo elegir. Ya años anteriores a varias de ellas las quisimos traer y no pudimos, como Giorgi o Herrera. Fabiani y Volpahl quisieron venir a jugar esta liga al club. Son excelentes personas, si fueran mis hijas yo estaría orgulloso de ellas. Suligoy, Macíes, Romero, se hicieron en el club. En varones, ‘Manu’ Balagué fue revelación del Mundial Juvenil. No es una casualidad, se trabaja bien.

Ahora se jugará liga local, Tres Provincias, torneos grandes como el de San Jerónimo Norte y, a fines de enero de 2017, la Liga Sudamericana en Perú, para luego encarar otra Liga Argentina. Supuestamente, muchas de las que jugaron volverían y habría que reforzar más el plantel para tener chances, dependerá de los recursos del club.

Yo dediqué 12 años de mi vida al voleibol de Villa Dora, soy muy agradecido con el club. Lo que hice sufrir a mi familia es tremendo, es un camino lleno de sinsabores, alegrías, un gran sacrificio, pero con la satisfacción de haber cumplido un sueño. Yo quería hacer el mejor club de voleibol de la ciudad y lo logré. Yo nunca quise ser dirigente, ni ocupar cargos. Yo siempre quise ser entrenador y que Santa Fe esté en el lugar que le corresponde”.

“Sin utopía no se puede vivir, y esta debe ser tan grande como para que nunca se alcance. Si uno entrena para ganar el torneo de la Asociación, se termina pronto el trabajo. Si uno entrena para ganarle a Brasil o Rusia, nunca llega, y si no llega siempre hay posibilidades de seguir trabajando en pos de ese objetivo”.

De Lujo. La visita del internacional Hugo Conte marcó el inicio de la escuelita de voleibol que lleva su nombre.

foto. guillermo disalvatore.

El comienzo. Héctor Combes junto a entrenadores y jugadoras de los primeros equipos de Villa Dora.