Vivir para contarlo

La increíble historia de Emma, la persona más anciana del mundo

Nació el 29 de noviembre de 1899, 15 años antes de que empezara la Primera Guerra Mundial. Hoy tiene 116 años y una cabeza súper lúcida. ¿Cuáles son sus secretos para mantener una vida larga y feliz?

24_A_3259648.jpg

Emma durante la entrevista en su residencia de Verbania, Italia.

Foto: Agencia EFE

 

Redacción El Litoral

Cuando nació Emma Martina Luigia Morano, aún vivía Giuseppe Verdi, Opel acababa de fabricar su primer automóvil y Guglielmo Marconi estaba a punto de establecer una conexión radiotelegráfica a través del Canal de la Mancha.

Era el 29 de noviembre de 1899, 15 años antes de que empezara la Primera Guerra Mundial. Leo XIII era entonces papa, sólo uno de los 11 a los que Morano ha sobrevivido hasta ahora.

Desde el jueves, la italiana Emma Morano, de 116 años, es la persona más anciana del mundo, y la única que nació en el siglo XIX y sigue viva, por lo que ha conocido ya tres siglos.

La pequeña Emma vino al mundo como la primera de ocho hermanos en Civiasco, en el Piamonte italiano.

De joven se mudó con su familia al valle de Ossola, después trabajó en una fábrica de sacos de yute. Pero el polvo del trabajo le dañaba los pulmones, así que decidió vivir en el Lago Maggiore, al norte de Italia, donde continúa viviendo hoy.

Desde que un médico le recomendó comer tres huevos crudos al día por la anemia que sufría, asumió esa prescripción para el resto de su vida. Sólo hace unos años redujo la cifra a dos, lo que suman unos 109.000 huevos en los últimos cien años.

Más secretos: todos los días come carne picada y caldo de verduras, una banana y un poco de aguardiente casero para la digestión. Y cuando el médico se lo permite, corona el día con un “Gianduiotto”, una chocolatina piamontesa de nuez.

Para Morano las residencias de ancianos no son una opción. Siempre ha insistido en mantener su independencia y vive en su casa ayudada por parientes, vecinos y una cuidadora. “Recibo visita a menudo, nunca estoy sola”, cuenta.

Pero a sus 116 años sólo ha visto una vez el mar, en Génova, y nunca ha estado en Roma. Porque cuando era joven, eran otros tiempos, viajar era caro y difícil, cuenta. Además, el destino le deparaba varios golpes.

De joven, la seductora Emma se enamoró de un soldado llamado al frente en la Primera Guerra Mundial. “Nunca regresó, murió allí”, cuenta. “Entonces tuve que casarme con otro”. Corría el año 1926. Pero su marido resultó un hombre violento y la golpeaba.

En 1937 tuvo un hijo, pero el pequeño murió a los pocos meses. Entonces Morano tomó valor y abandonó a su marido en 1938, convirtiéndose quizá una de las primeras mujeres en Italia en atreverse a hacer algo así, ya que los divorcios no estaban contemplados en aquellas épocas.

Morano no quiso dejarse encandilar de nuevo, aunque pretendientes no le faltaban. “No quería que nadie más me mandara”, afirma. Tampoco tuvo más hijos. “Pero estoy satisfecha con la vida que he vivido”, destaca

Es difícil de demostrar si son los huevos, el aguardiante o algo totalmente distinto lo que le está permitiendo gozar de una vida tan larga. Los expertos creen que el secreto radica en su genética: su madre, una tía y varias hermanas vivieron más de 90 años y una de sus hermanas murió con 103 años.