llegan cartas

La ineficacia de Afip

El Impuesto a las Ganancias aportado mensualmente en tiempo y forma por los asalariados y los jubilados, es el impuesto más efectivo que tiene el tesoro nacional para mantener al Estado.

Los asalariados y jubilados nos podemos sentir orgullosos de ser la gallina ponedora para que los administradores del Estado nacional puedan, sin apremios, gobernar y sin necesidad de exigirles a los empresarios, autónomos y a otros que trabajan en negro, con absoluta libertad.

Lo que se trabaja en negro en todo el territorio nacional es vergonzoso, da estupor, en todos los estamentos empresarios es el abc de su economía y riqueza, ni hablar de los salarios de media jornada y lo que son en negro total.

Ante esto, es inocultable la ineficiencia de la Afip de no detectar la gran cantidad de operaciones y operadores que trabajan en negro. Evidentemente es una administración lenta, pesada y nos remitimos a los ejemplos de que un empresario del juego no hizo los aportes que le correspondían y nadie se dio cuenta.

La ineficacia de Afip genera cada vez más la voracidad del Estado para percibir, porque su herramienta recaudadora no tiene la capacidad de controlar y, lógicamente, al tener resuelta la percepción a través de los asalariados y jubilados, duermen la siesta. ¿Para qué van a trabajar a destajo, si ya está asegurada la diaria?

Claro, los asalariados y jubilados, ¿qué vamos a dejar de pagar, si el Impuesto a las Ganancias viene descontado? Bueno sería que nos dejen depositar a cada uno, como a los empresarios y autónomos, lo que nos corresponde, haber qué tal les va con la recaudación.

Oportunamente opiné por escrito que discutir que los asalariados paguen el impuesto es “discutible”, pero lo que no admite “discusión” es que los jubilados paguen dicho impuesto.

Hay impuestos que tienen su historia, como es el impuesto al débito y crédito. Claro los bancos lo descuentan y se recauda en forma directa (es el impuesto que los empresarios no pueden negrear) y uno se pregunta qué impuesto pagan las salas de juego, los entes financieros, los inversores en títulos, en bonos, los exportadores de cereales, los exportadores de oro, de minerales, la industria del petróleo. En fin, pregunto, estarán debidamente controlados y que paguen el Impuesto a la Ganancias en el momento de hacer sus cobros.

Para terminar con letra de tango: los asalariados y jubilados paramos la olla de la burocracia política.

JUAN JOSÉ SAGARDÍA

DNI. 6.554.695 -

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