Miguel de Luca y las reformas electorales en discusión

“Boleta única no es la panacea”

  • El politólogo advirtió sobre los problemas de gobernabilidad que pueden derivarse del sistema santafesino. Valoró las ventajas para el sistema político de la no reelección de gobernadores.
6-U-IMG_1610.jpg

De Luca advirtió sobre los efectos del sistema de boleta única santafesina en la gobernabilidad. En nuestra provincia, es una boleta por categoría electoral. Foto: El Litoral

 

Mario Cáffaro

mcaffaro@ellitoral

Miguel de Luca preside hoy la Sociedad Argentina de Análisis Político, es politólogo graduado en la Universidad de Buenos Aires donde además es magíster en Administración Pública y es doctor en Ciencia Política en la Universidad de Florencia, Italia. Como consultor, se desempeñó para organismos internacionales, legisladores nacionales y provinciales y organizaciones no gubernamentales en cuestiones de reforma institucional, procesos de gobierno, régimen electoral y partidos políticos. También es investigador de carrera en el Conicet y docente de la carrera de Ciencia Política en la UNL. En uno de sus viajes a esta capital, dialogó con El Litoral.

—El gobierno nacional trabaja en un proyecto de reforma política a enviar al Congreso.

—Una reforma por sí misma no puede ser valorada como tal porque hay que ver cuál será el resultado final del cambio que se pretende. Algunos casos de este tipo han obtenido buenos resultados y otros han sido peores que los objetivos que se proponían mejorar. Hay que ser cautelosos porque una vez que se moviliza una serie de recursos y consensos para un cambio después es difícil volver a reconstruir si las modificaciones terminan en un escenario peor que el existente.

En la Argentina, está muy acentuado esto de modificar las reglas del juego político para beneficio de quien está de turno en el poder. Las reformas nacen un poco heridas en una cuestión central que es la legitimidad. A veces, la miopía de la reforma de quien la encara está caracterizada por eso, pasar la próxima elección y no pensar en los perjuicios a largo plazo.

—Se habla de tener boleta única, sistema que Santa Fe ha puesto en práctica.

—La boleta única en los lugares donde se implementó vino a solucionar una serie de problemas derivados del recuento de votos, escrutinio, etc. Aclaraciones importantes: la boleta única no es una panacea, hay determinados problemas que no los logra resolver y es bueno tener en cuenta esto; tampoco soluciona el tema del conteo porque hay países que aún con boleta única tienen problemas de fiscalización, disponibilidad de fiscales partidarios, etc. También llamaría la atención sobre qué tipo de boleta única. En la Argentina, hay al menos dos modelos, uno el santafesino y el otro el cordobés. Tienen impacto diferente en la conducta de los votantes. El esquema santafesino produce determinados efectos sobre los niveles de fragmentación política que no están presentes en la variante cordobesa y sumado a otras características de las reglas electorales de Santa Fe dejan un espacio -a mi criterio demasiado peligroso- de cómo se distribuye el poder político y cuáles son las herramientas con las que puede contar un gobernador a la hora de gobernar. En ese aspecto, juzgo bastante negativa la reforma en Santa Fe de boleta única.

—El problema serio es la Legislatura.

—Tal cual. Santa Fe hizo la reforma no atendiendo a su Constitución que tiene la cláusula de gobernabilidad. Quien diseñó la Constitución pensó que un gobernador con mandato de cuatro años; una Legislatura que no se renueva parcialmente, la acompañó al menos en una cámara con un recurso adicional que es tener una mayoría propia. La reforma de la boleta única se hizo sin tener en cuenta eso y el impacto que podría tener en las distintas categoría de cargos. Los gobernadores corren el riesgo no sólo de no tener mayoría en el Senado, sino tampoco en Diputados lo cual abre problemas de gobernabilidad y la posibilidad de apertura de juicio político, etc. Cualquier potencial reforma que se haga en Santa Fe tiene que tener una mirada más integral, deberá revisar esto de la boleta por cada categoría de cargos, por lo menos unificarla en los niveles provincial y municipal. Yo alertaría sobre la posibilidad de introducir un balotaje en la Constitución. Balotaje para segunda vuelta en un contexto donde no se reforme en la Constitución la cláusula de gobernabilidad, no se modifica la boleta única santafesina, terminaría con un cóctel explosivo. Me parece que mientras Santa Fe recorrió un camino recomendable al salir de la ley de Lemas, primero con las Paso, reconstruyó la legitimidad de las reglas electorales, en este caso se podría ir para atrás.

—Se habla de incorporar la boleta electrónica.

—El modelo de boleta única que se está conversando a nivel nacional es una boleta única electrónica. Para decirle en lenguaje cotidiano, la máquina funciona como un proveedor o dispenser de boletas. Apunta a resolver el problema de faltantes de boletas en el cuarto oscuro frente a la ausencia de fiscales partidarias. Se desplaza toda la serie de críticas que se podían hacer a los mecanismos de votación electrónica con máquinas y todo el resguardo del resultado dentro de las máquinas, pero también hay problemas como la disponibilidad de máquinas, costo, problemas de posible falta de red eléctrica, etc, todos temas no menores. Ésta es la propuesta que va a hacer el gobierno nacional.

La reforma en Santa Fe

—Se abre el debate de la reforma constitucional en Santa Fe.

—Sería partidario de llamar la atención respecto de la Constitución actual y sus efectos. Entiendo que haya críticas respecto de una Constitución vieja, desactualizada, pero lo cierto es que la cláusula de no reelección de gobernadores en la Argentina permitió cierto juego de competencia abierta a nivel provincial. En 1983, ninguna provincia habilitaba la reelección inmediata de los gobernadores, poco a poco algunas provincias iniciaron un camino de reelección por un período y terminaron en reelección ilimitada. En la práctica, esas provincias perdieron competitividad, la expectativa de la oposición en convertirse en alternativa de gobierno fue decayendo y la ciudadanía no tiene la herramienta de castigar a un gobierno si no le gusta. En cambio, en Santa Fe y Mendoza -las únicas que no permiten la reelección inmediata- siempre hay expectativas de que si el gobierno no hace bien las cosas, no está bien atento a los reclamos de la ciudadanía, enseguida puede venir la oposición a reemplazarlo. Los gobernadores tienen que preocuparse en los cuatro años de mandato de generar un liderazgo alternativo si quieren que siga su partido en el gobierno. En la Argentina, la tasa de reelección de gobernadores es de 9 sobre 10, en los casos en que no compite el gobernador sino el partido, baja la tasa de repetición de partidos. La competencia es un atributo importante en la democracia. Llamaría a reflexionar sobre la cláusula y miremos donde hay reelección cuál es la experiencia , ¿esas provincias están mejor? Me parece que no desde el punto de vista de calidad democrática, rotación del poder, etc. Esto no atenta contra los liderazgos fuertes. Santa Fe los tuvo, los tiene y los liderazgos fuertes han sabido buscar otros lugares de los cuales seguir tomando decisiones. Los ejemplos pueden ser Reutemann, Obeid y Binner. Son influyentes y en muchos casos siguió gobernando el mismo partido.

 

viene de la página anterior

"Juzgo positiva la no reelección porque obliga a los gobernantes a estar más atentos a hacer las cosas bien”.

Miguel de Luca

politólogo