Un futuro que provoca temor

¿Jubilarán los robots a la humanidad?

Ya cubren casi todas las áreas laborales. Y no sólo cumplen tareas rutinarias sino que aprenden funciones sociales como hablar y dar la mano. En este marco, ¿cuál será nuestro papel con el avance de los robots en el mundo del trabajo?

 

El Litoral/DPA

Para entender la revolución digital vale la pena echar un vistazo al pasado: en la segunda mitad del siglo XVIII comienza la primera era de las máquinas, en la que la reina fue sin duda la máquina de vapor. Con la revolución industrial, no sólo se produce la desaparición progresiva del caballo como medio de transporte, sino de la agricultura y el mundo militar. Junto con la electrificación y la motorización, la mecánica sustituye a la fuerza de los músculos y el ser humano permanece como supervisor de los procesos.

Ahora, ha comenzado una nueva etapa que algunos llaman la segunda era de las máquinas, en la que éstas y los programas no se detienen ante nada, ni siquiera ante la capacidad intelectual. Cuando se inventaron las primeras computadoras, se decía que sólo harían aquello para lo que fueran programas, pero esto ya no es así cuando los ordenadores aprenden.

Por ejemplo, los vehículos autónomos sustituirán a los conductores de taxis, conductores de palas mecánicas o camioneros. Las autopistas podrían convertirse en largas columnas de vehículos sin conductor.

Las máquinas serán capaces de diseñar casas en lugar de los arquitectos, de realizar desde traducciones hasta los diagnósticos médicos. Hoy ya algunas mezclan bebidas, otras reparan relojes, regulan el tráfico o participan en las guerras.

Una encuesta del Instituto Pew entre 1.900 científicos revela que en las fábricas y líneas de montaje hoy dominan las máquinas. Y ahora sería el turno de las oficinas.

Los estudios no coinciden acerca de la velocidad ni el alcance de este proceso. E incluso aunque algunos prevean que la mitad de los empleos en Estados Unidos está en peligro por la automatización, los críticos subrayan que eso no quiere decir que el 47 % de los afectados no encuentren otro trabajo, porque el 65 % de los empleos actuales en ese país no existía hace 25 años.

¿QUÉ VALEMOS SI No HAY TRABAJO?

¿Se podrán sustituir los empleos eliminados por otros nuevos? ¿Cómo se mantendrán la cohesión social y la democracia en una sociedad dividida entre los trabajadores “importantes”, de dirección y creativos... y todos los demás? ¿Para qué sirven los seres humanos en un mundo que no necesita su trabajo y en el que sólo una minoría estará ahí para acompañar una economía digitalizada?

En muchos estudios, el futuro aparece pintado bastante oscuro, con la humanidad sometida a una servidumbre por los robots.

Después de la automatización, el siguiente paso es la inteligencia artificial. Entre sus detractores está el físico británico Stephen Hawking, que la considera profundamente amenazante para el ser humano. Por su parte, Ray Kurzweil, de Google, cree que en 2029 las máquinas serán más inteligentes que el ser humano.

Básicamente, de lo que se trata es que todo lo que una máquina pudiere hacer mejor que un ser humano, debería ser hecho por una máquina. Un robot de la construcción australiano planta los cimientos de una casa en dos días. Es decir, que la fuerza física o los conocimientos técnicos básicos no son de gran utilidad, en cambio sí la solución de problemas complejos.

Por eso, muchos expertos exigen que cambien muchas cosas en la educación. El economista y Tyler Cowen sentencia: “Lo mediocre ya no vale”.

Ryan Holmes, empresario y creador de la plataforma Hootsuite, cree que es necesario un cambio radical: cultivar las capacidades humanas extraordinarias y únicas, lo que implica una educación completamente diferente. Adiós a la uniformidad y bienvenido lo extraordinario.

A todos los que se depriman con las previsiones de la segunda era de las máquinas, Holmes les da un consejo: “Inviertan en las capacidades que una máquina no puede reproducir, en las funciones más elevadas: creatividad, resolución de problemas, capacidad de inventiva”.