¿Podrá dar el esperado salto de calidad?

El desafío de Spahn: quedar en la historia

El actual presidente, que iniciará un nuevo mandato a mitad de año, impuso un estilo claro de conducción en la administración del club. ¿Se animará a “desordenarse” un poco?

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Sello: “Administración Spahn”

Posa el presidente del Club Atlético Unión a pedido de El Litoral, con la imponente nueva doble bandeja de fondo, donde por ejemplo mañana se presentarán dos palcos corporativos de primera línea. Hacía años que la institución no modificaba a fondo la estructura de su estadio, desde los tiempos de aquellas viejas plateas de lata de Julio Baldi. Spahn iniciará en junio un nuevo mandato como presidente de Unión. Foto: Mauricio Garín

Darío Pignata

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“El problema del fútbol argentino no es de plata sino de administración”, sentencia Luis Spahn, presidente de Unión. Sin embargo, cuando llegó al club hace algunos años debió apelar a su billetera para sacarlo del vacío. Catalogado como uno de los mejores comerciantes de la ciudad de Santa Fe, iniciará un nuevo mandato bajo el signo de su naturaleza: hoy más que nunca está “obligado” a vender muy bien para comprar mejor.

Hasta aquí siempre la peleó contra molinos de vientos. Pero ahora, parado en un buen momento deportivo, se le abre la esperada puerta de dos transferencias que podrían dejarle a Unión varios millones de dólares con la totalidad de la ficha de Mauricio Martínez y la mitad de la ficha de Ignacio Malcorra.

Ganador de ascensos, derechito para los clásicos y a las puertas de un nuevo mandato, Spahn empieza a ver la luz de una exclusiva galería donde están en bronce las figuras de Marcelo Casabianca, Súper Manuel Corral y Ángel Malvicino.

Rápido para saber dónde está la plata, cómo generarla y —lo que es mejor— cómo cuidarla o potenciarla, a su juego lo llamaron en este receso: serán varios los que harán “cola” para llevarse el tranco europeo de Mauricio Martínez y la pegada brasileña de Ignacio Malcorra.

“A los jugadores no los vendemos más los dirigentes, los venden los representantes de los mismos jugadores directamente”, me decía el otro día un integrante de la CD de Unión. Primera conclusión: hoy los dirigentes aparecen sentados en la vereda de López y Planes esperando que pasen las dos carrozas. A una la conduce Ricardo Schlieper (Mauricio Martínez), a la otra Cristian Bragarnik (Ignacio Malcorra).

Además de fútbol y goles, si algo sobran son rumores. Que los quieren clubes grandes de Argentina, que México, Colombia y hasta de Europa en el caso del “5”.

Que salga lo que entra

Con esa administración prolija de los viejos ferreteros (el oficio de su padre, dicho sea de paso), la libretita de Spahn siempre anota lo que entra para que no supere lo que sale. Así en Unión como en sus varias empresas.

Tan importante como los ascensos, los clásicos o haber renovado en serio la estructura de un estadio 15 de Abril que estaba detenido en el tiempo desde las recordadas plateas de latas de Julio Baldi, es el equilibrio de las finanzas en la principal actividad que desarrolla Unión. Hoy, Spahn preside una institución deportiva integral, que tiene el fútbol como punto de partido pero otras 15 disciplinas como ramas de llegada.

Después de mucho tiempo, con el esperado aumento de Fútbol para Todos logró que lo que entra por atracción del fútbol profesional (derechos TV, venta de palcos/plateas, cuota de socios y marketing) pueda empatar el partido con lo que cuesta el fútbol profesional, donde no sólo debe imputarse el sueldo de Madelón o los jugadores, sino también concentraciones, traslados, hoteles. Hoy, después de muchos años, el grifo de lo que entra alcanza para tapar el grifo de lo que sale.

Si algo sorprende, a todas luces, es el bestial crecimiento de dos áreas: marketing por un lado; relaciones públicas más prensa por el otro. La primera impacta al bolsillo, la segunda a los ojos por una imagen maquillada, mejorada y muy bien mostrada hacia afuera.

Hacia deuda cero

Es imposible suponer un club de la Argentina sin deudas. Antes, ahora y por los siglos de los siglos. Es casi inexistente lo que Unión le debe a la AFA, acaba de cerrar un saldo negativo con la Afip y la familia del ex presidente Ángel Malvicino tiene un acuerdo mensual desde hace dos años que se cobra automáticamente del dinero de la tele. Ése es el sello de la administración Spahn.

¿Cómo se lleva el matrimonio entre un presidente “frío” para administrar y el sueño pasional y caliente que genera todo club de fútbol? Por ahora, por lo visto, bastante bien. Siempre es mejor, tal cual le pasó en este campeonato ganando los dos clásicos, cuando la pelotita entra.

El desafío de jugar una copa continental o armar un equipo que pelee cosas importantes como el del “Toto” Lorenzo en el ‘75 o el de Reynaldo Volken en el ‘79 es el desafío que le falta a Spahn. ¿Se podrá soñar con esto o se pensará en solamente gambetear esos tres o cuatro descensos que se vienen en la próxima temporada larga?

La historia de Unión le está haciendo un merecido lugar a Luis Spahn que en junio iniciará otro mandato como presidente. El pulso tatengue indica que uno de los mejores comerciantes/empresarios de la ciudad de Santa Fe está ante un hermoso desafío: vender muy bien a “Nacho” Malcorra y Mauricio Martínez para comprar mejor. A su juego lo llamaron.