Hay más industrias complicadas

Sancor no navega sola en la crisis

El mercado internacional deprimido y el derrumbe de la producción nacional de leche por efecto del clima anticipan problemas para otras usinas de la región. Los ajustes ya comenzaron con suspensiones y retiros voluntarios.

Juan Manuel Fernández

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El déficit de $1.527 millones de pesos de Sancor en el último trimestre -dado a conocer durante la semana- fue la gota que faltaba para que la incertidumbre se derrame sobre toda la lechería nacional.

Tras aparecer en la agenda informativa a partir de una supuesta negativa del gobierno nacional de socorrer a la cooperativa, circularon distintas versiones hasta que la propia empresa explicó la situación en una carta a sus productores asociados. Allí enumeraron la “abrupta caída en el volumen y los precios” del mercado mundial, así como la suspención por cuatro meses de las compras de sus “principales clientes” (hay un contrato por 40.000 toneladas de leche en polvo con Venezuela por u$s150 millones, pero el cobro está demorado). “Todo eso generó un fuerte impacto en el flujo y resultado financiero del negocio”, dijeron los directivos. Más tarde se supo, a través del intendente de Sunchales, Gonzalo Toselli, que se iniciaron los retiros voluntarios para achicar la sobredimensionada planta de personal (con 4700 operarios, la relación es de 800 litros diarios por cada uno, contra 2000 de las firmas más eficientes en el mundo).

Sin embargo la situación de crisis se extiende también a otras industrias, especialmente a las polveras por la combinación de un mercado internacional deprimido y el desplome de la producción local. Ester Fagiano, directora de FAA, miembro de la Comisión de Lechería de la entidad y presidenta del Clúster Lechero Regional, con sede en Suardi, anticipó que “varias industrias están económicamente en esta situación compleja”. Argumentó que “la falta de leche es una realidad”, y estimó una caída del 50% en el recibo de materia prima, por lo que “van a tener capacidad ociosa en la mayoría de las industrias del país”.

Al respecto, el referente de Apymel Luciano Di Tella había anticipado unas semanas antes que “uno de cada cuatro litros se pierde”, tras el temporal de abril, por lo que apenas se producirían unos 7.500 millones de litros de leche este año, que sólo alcanzarían para abastecer el mercado doméstico. “Este año no se exportarán lácteos”, sentenció, y advirtió que las industrias más castigadas son Sancor, Ilolay y la canadiense Saputo. Mientras las que se dedican exclusivamente a la leche en polvo para exportar “están reaccionando con suspensiones frente a un escenario con mucho de imprevisto”. En esta situación, aseguró, están La Sibila, de la familia Boglione; Corlasa del grupo peruano Gloria (en Esperanza) y La Ramada de la familia Gonella (en Franck).

Fagiano relató que la alarma en Sancor se encendió la semana anterior, con los cheques de las liquidaciones mensuales que empezaron a rebotar cuando los tamberos fueron a cobrarlos a Banco Nación. La situación se resolvió, “pero marca la situación de malestar y desconfianza”.

Con la crisis hídrica de fondo, y la demora en el giro de asistencia a los tamberos afectados, el Subsecretario de Lechería de la Nación, Alejandro Sammartino, se reunió con dirigentes santafesinos en Rafaela el jueves 19. “Estamos acompañando a la cooperativa en una situación muy compleja, como está toda la lechería argentina”, declaró. “Los números de la industria no son buenos, Sancor no es la única complicada, y nosotros desde el Estado vamos a hacer los mayores esfuerzos en procura de evitar quebrantos que tengan impacto social y económico muy fuerte en la región”.