Esta noche, en Island Corp

Guasones enciende el feriado

La banda platense vuelve para presentar las canciones de “Locales calientes” y todos sus éxitos. El guitarrista Maxi Tim dialogó con El Litoral sobre el presente artístico del grupo.

Guasones enciende el feriado

Tim junto a Jimmy Rip, productor del disco, pasando canciones en la previa de un show en el Club Atenas de La Plata.

Foto: Gentileza Martín Bonetto

 

Ignacio Andrés Amarillo

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Esta noche desde las 20, en el complejo Island Corp (Ruta 168, Km 472) vuelve Guasones a Santa Fe, aprovechando la víspera de feriado, con La Verde como banda soporte. Las entradas generales tienen un valor de 350 pesos, mientras que las VIP limitadas (con cerveza y pizza libres) cuestan 550.

Antes del desembarco, El Litoral dialogó con el guitarrista Maximiliano Timczyszyn (Maxi Tim para todo el mundo) sobre el disco “Locales calientes” y la actualidad de la agrupación.

En crudo

—¿Cómo salió que Jimmy Rip sea el productor?

—Fue una casualidad, estaba dando vueltas por Buenos Aires, y Álvaro Villagra (el técnico que nos graba los discos) lo invitó a Facundo (Soto) a cantar una canción en el disco que estaba haciendo él. Justo se dio que tocamos en el show de Eric Clapton, ahí fue que nos hicimos no te digo amigos, pero con buena onda.

—Grabaron a la vieja usanza, todos juntos. ¿Cómo influyó en el sonido?

—No solamente grabar, porque normalmente uno graba con todos los músicos, pero aislando y escuchando por auriculares. Acá grabamos con todo sonando a la vez, con los amplis. Ésa es la cuestión de cómo suena.

—No hay muchos overdubs...

—No, de hecho hay temas que no tienen. Solamente las voces, que estaban con un micrófono más o menos, y teclados y vientos, que no estuvieron en la sesión.

—¿Cuánto tiempo previo a entrar al estudio trabajaron?

—Un par de meses: un tiempo juntos nosotros, después empezó a venir Jimmy a los ensayos, ahí terminamos de definir las canciones. Fue corto, porque si no es insoportable.

—No te sentís muy cómodo en el estudio...

—El estudio no es el ámbito natural del músico, salvo que te dediques a eso. El nuestro es otro: la sala, salir a tocar. Después de tantos años tenemos muchos kilómetros de estudio, pero sigue siendo un ámbito extraño. Es como una pesadilla que aparece una vez por año (risas).

—Lo tuvieron al español Carlos Tarque de M. Clan, en “Tan distintos”. Ustedes giraron con ellos.

—Sí, tenemos una relación medio de amistad y queríamos invitarlos a grabar en algunas canciones. Grabaron en dos pero salió sólo ésa. Les mandamos las pistas, gracias a la tecnología, Internet, y a los dos días teníamos todo grabado listo para mezclar.

—Cambió un poco la cosa...

—Imaginate: antes había que mandar un mono con una cinta abajo del brazo, grabar y traerla.

—Repasando, caímos que en el video de “Pobre tipo” salió “el Negro” García López, que murió poco después.

—Unos meses después. Estuvimos dos días antes con el Negro. Una mala leche increíble, porque morir así, en un accidente de tránsito, es lo peor que te puede pasar.

—Tiene que ver con el músico en la ruta...

—Músico en la ruta es una cosa, morirse en la ruta es otra. Un palo y se terminó la cosa.

Lleno y vacío

—Cortaron “Infierno blanco”, ahora “La sangre de Dios”: es un disco que está rindiendo a nivel de las canciones.

—Estamos medio aparte: las compañías grabadoras si te pueden estirar cinco años lo hacen: con videítos, no les importa un carajo (risas). Con tal de no invertir un mango son capaces de estirarlo siete años. Nosotros tratamos de siempre mejorar las cosas que hacemos y después trabajar con canciones para empezar otro disco, y que no pase todo ese tiempo.

Somos una banda que está todo el tiempo activa; por ahí lo que no estamos es en los medios. Hace poco fuimos a hacer una nota a lo de Mario Pergolini y nos dijo: “Yo los perdí del radar, ¿qué estuvieron haciendo?”. Y estuvimos haciendo lo mismo de siempre. Por ahí uno desaparece, pero es más para el afuera que para el adentro: uno sigue tocando y al que le gusta la banda sabe que estamos activos.

—Entre el Luna Park del año pasado y el Malvinas Argentinas que están preparando, no pararon de tocar por todo el país.

—No paramos nunca, salvo algunos meses que hay un vacío de shows importante.

—¿A qué se deben esos vacíos?

—Cuando arranca el invierno, con el frío, hay un vacío importante. También cómo estamos socioeconómicamente puede llegar a afectar. Todo tiene que ver con todo. Hay que bancar la pelusa y llegar uno también.

—¿Cómo ves este momento de la carrera de Guasones?

—Es muy complejo, porque uno vive el día a día, es difícil ponerse en un lugar. Si lo quiero ver desde afuera, teniendo la posibilidad de tocar en todos lados, haciendo el Luna o el Malvinas, o las cosas que estuvimos generando, la verdad es que está buenísimo. Pero si lo veo desde adentro lo veo como hace 20 años atrás: me compré estas guitarras, a ver cómo afino, estamos siempre en la misma.

Porvenir

—¿Qué objetivos se han puesto para lo que queda del año?

—Ahora nos estamos juntando para hacer canciones nuevas y empezar a definir algunas cosas como para llegar al próximo disco. Eso es lo más importante salvo lo del Malvinas, que son unos meses que tenemos que trabajar para cambiar lo que veníamos haciendo.

—¿Plazo para el disco?

—Complicado, si le ponemos plazo capaz que tardamos seis meses o un año más. Lo antes posible terminar y grabar. Pero eso, depende de cómo se vayan dando las cosas y el trabajo nuestro.

—¿De dónde se saca la pila para seguir adelante?

—Creo que si uno no se cuelga el instrumento, la pila no está. Sale de ahí el seguir haciendo lo que uno hace y disfrutarlo. La relación entre nosotros, después de tantos años, es muy buena, y cada uno sabe dónde no tiene que meter la nariz para que el otro no se moleste, es como una familia.

En lo que es relativo a la música, si no camina, ahí empiezan los problemas. Mientras eso no exista, está todo perfecto. De vez en cuando pasa, pero después de tantos años la cosa está bastante clara.