Fin de semana de furia

Gran cantidad de robos en comercios y casas de familia

  • Desde el viernes a la fecha, hubo más de una decena de golpes delictivos. Crece la preocupación entre los vecinos que reclaman mayor vigilancia.
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Elvio Cochiollati (76) narró que por segunda vez ladrones entraron a su casa, en Alberdi al 6200. “Ahora me cuesta mucho poder dormir”, dijo entre lágrimas. Fotos: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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Fue un fin de semana de terror para muchas familias o, por contrario, fue un fin de semana “excelente” para los “amigos de lo ajeno” que concretaron más de una decena de golpes en distintos puntos de la ciudad.

Una seguidilla de hechos delictivos en comercios y casas de familia dejaron una estela de preocupación entre los vecinos que, en simultáneo, reclamaron por mayores medidas de seguridad.

Volver a empezar

Geraldine y su madre hace un mes que arrancaron con un negocio de comidas para llevar en Güemes al 3700, en el corazón de barrio Candioti.

Pero esta mañana, cuando llegaron para iniciar la jornada, descubrieron que uno o más delincuentes le dieron un golpe casi mortal.

Los rufianes llegaron por los techos y desde allí bajaron al patio del negocio (llamado La Cocina) desde donde robaron dos ollas de tipo industrial y dos garrafas.

Más allá del perjuicio económico las mujeres se mostraron sumamente dolidas porque las ollas que se robaron eran una suerte de legado familiar.

“Entraron a la noche por el techo, bajaron al patio y se llevaron dos ollas grandes. Una de 100 litros y la otra de 80. Además de dos garrafas. Hace un mes que comenzamos. Y ya nos encontramos con esta ‘sorpresa’”, precisó Geraldine.

“Esto me ocasiona un perjuicio económico muy grande. Esas ollas eran de mi abuelo. Cada una vale cerca de 5 mil pesos. Más las garrafas. Y también está el valor emocional. Lo que más duele es que se sabe que quienes hicieron esto en un rato van a la villa y cambian las cosas por dos ‘porros’.

En barrio Candioti, parece que la custodia es sólo para el intendente, que vive acá. Los demás vecinos no importan”, opinó.

A su turno Mirta, la madre de Geraldine, opinó que “tengo 67 años y vengo a ayudar. Y uno se pregunta sobre los que hacen estas cosas. ¿Dónde van, qué hacen? Los que andan robando no se tienen lástima ellos ni tienen lástima por los demás. No tienen códigos. Ellos desprecian todo. No quieren a sus padres, ni a sus hermanos. No les importa nada”, dijo.

“A la sociedad, le hace falta educación. Y si no hay educación, no hay cultura del trabajo, entonces estamos perdidos. Quieren ganar plata rápido para comprarse una moto al otro día. Y no es así. Entonces hacen la fácil, que es entrar a robar a un negocio o a una casa. Les roban a gente indefensa. Muchos recién empiezan un negocio, como nosotros. Tenés que pedir un préstamo, un crédito, y estos golpes te destruyen”, continuó.

“Ahora, me pregunto. Todo lo que se llevaron de acá... garrafas, ollas de gran estructura. ¿Nadie vio nada? ¿Cómo hacen para andar por la calle con eso y que no los descubran? No hay patrullajes”, sentenció.

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Geraldine y su madre lucen dolidas tras el robo que sufrieron en su negocio de comidas, ubicado en Güemes al 3700.

Sin piedad

Otro que no la pasó nada bien fue Elvio Cochiollatti (76) quien por segunda vez en poco tiempo sufrió un robo en su domicilio de Alberdi 6200.

“Esta mañana salí cerca de las 8 para visitar a mi hermana. Regresé a las 9.30 y me encontré con este desastre”, dijo hoy a El Litoral.

El o los delincuentes ingresaron al inmueble previo violentar una puerta lateral metálica la que había sido doblada como si fuese de cartón.

Una vez adentro, los intrusos sólo se llevaron una pocas pertenencias de este jubilado. El golpe pegó duro en el ánimo de Elvio quien, entre lágrimas, confesó que “cada vez me cuesta más dormir debido a estos hechos. No sé cuándo me van a volver a robar”, dijo.

Ladrón herido

Anoche se supo que un malviviente ingresó a una vivienda de Gorostiaga al 3100.

El hecho quedó al descubierto al finalizar la tarde cuando su propietario regresó y se encontró con su domicilio saqueado.

Al igual que en otros casos, el ladrón atacó su objetivo desde los techos. Luego violentó el vidrio de una ventana, aunque esta acción le valió una herida cortante. Todavía esta mañana quedaba en el lugar un rastro de sangre perteneciente al delincuente.

Ladrón violento

Un robo de violentas características se consumó el sábado en una peluquería de Guadalupe Oeste.

Todo comenzó cerca de las 19 cuando un ladrón solitario ingresó al negocio ubicado en Larrea al 1800 donde, armado con un destornillador, atacó al peluquero quien resultó con heridas cortantes.

Tras la demencial acción su autor escapó con rumbo incierto.

* Una casa de familia ubicada en 1 de Mayo 7500; otra vivienda de barrio Siete Jefes al 4500 y una panadería de Sarmiento al 6700, son otros de los sitios golpeados por la delincuencia.

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El delincuente que ingresó a la vivienda de Gorostiaga al 3100 se lastimó la mano al romper una ventana.