Del relato a los hechos

Desde 2012 no se crean empleos formales

“Argentina pasó de ser el tercer exportador mundial de carnes a ser el duodécimo”. El informe de la herencia K podría evaluar que se favoreció -como rezaba el relato- la mesa de los argentinos; curioso balance si se toma en cuenta que la industria frigorífica perdió 18.000 puestos de trabajo.

Precisamente, en materia laboral, la década dejó un 51% de la población potencialmente activa del país (es decir en edad de trabajar) con problemas de empleo, y casi un 50% de los asalariados cobraba menos que el salario mínimo.

Contando a las personas que no trabajaban ni estudiaban, a los trabajadores en relación de dependencia o independientes que se encontraban en el mercado informal y a los desempleados, en 2015 había 11,7 millones de argentinos en situación precaria, sobre una población económicamente activa de 23 millones.

Más de 4 millones de trabajadores privados se encontraban en situación de informalidad, es decir sin obra social ni aportes previsionales. En diciembre de 2015 el peso de la industria en el empleo era menor que a comienzos de los años ‘90.

El informe de la herencia habla de una industria estancada, poco diversificada y que generaba escaso empleo desde 2005. Entre 2011 y 2015 el empleo privado creció 3%, mientras que el empleo público creció 10%. En los tres años anteriores al cambio de gobierno, cerraron unas 8.500 firmas, el 80% de las cuales era microempresa.

En rojo

  • Cristina Kirchner dejó un déficit fiscal de 5,5 % del PBI (el más alto en 30 años) y 700 % de inflación en 10 años, con estancamiento económico en los últimos 4. La producción industrial cayó durante 22 meses consecutivos entre 2013 y 2015, según el Indec kirchnerista. En ese período, las exportaciones cayeron un 25%. El atraso cambiario y el aislamiento internacional deterioró la competitividad de la producción agropecuaria, de la industria y de los servicios. El mal manejo con los “buitres” elevó la deuda de 3 mil a 10 mil millones de dólares.

Pami. Alimentación. Viviendas. Enarsa. Energía atómica. Río Turbio. Fabricaciones Militares. Medios públicos. CCK. Contenidos.

  • El padrón tenía 400 mil personas fallecidas por las que se pagaban servicios de salud. A nombre de 7 mil de ellas, se compraban remedios que luego se vendían en el mercado negro. En diciembre de 2015, el Pami acumulaba una deuda de $ 5.500 millones y perdía unos $ 250 millones por mes.
  • Las tarjetas del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria fueron distribuidas con absolutamente discrecional. Tucumán recibió $ 4.285 millones desde Seguridad Social mientras en Córdoba el programa se aplicó sólo en algunos municipios y San Luis no lo recibió. Buenos Aires o La Pampa, por otra parte, no recibían ayuda para comedores de escuelas.
  • En diciembre de 2015, una de cada tres familias no tenían una vivienda digna e incluso habitaba lugares sin condiciones sanitarias básicas. Una de cada tres viviendas construidas no cumplió estándares mínimos de calidad para unidades de interés social establecidos en los Programas Federales. En julio de 2015, la ex Subsecretaría de la Vivienda suspendió progresivamente los pagos en todo el país; las obras se paralizaron.
  • Mantenía con Bolivia -por la compra de gas- una deuda por 377 millones de dólares. “La construcción del Gasoducto del Noreste se planificó sin ningún estudio de factibilidad que evaluara los beneficios del proyecto. Además, los costos aprobados para su construcción estaban fuera de los valores de mercado”.
  • El “notable atraso” en los pagos correspondientes al ejercicio 2015, que representaba el 40 % del presupuesto del organismo y generaron problemas financieros graves para varias instituciones que dependen de la Comisión, como el Invap, que estaba atrasado en el pago de salarios y aguinaldos.
  • El yacimientos Carboníferos es “un ejemplo paradigmático de mala administración”. “La mina debió estar lista en 2010 para producir 2 millones de toneladas de carbón por año. En 2015, sin embargo, sólo produjo 48 mil toneladas”.
  • En diciembre de 2015, sólo poseía 5 fábricas, tenía en su sede central 600 empleados. Sólo en el área de Prensa y Comunicación había 50 personas.
  • Existían diferentes estructuras, empresas del Estado, programas, planes, centros, unidades ejecutoras y proyectos específicos, dependientes de distintos ministerios, con fuentes presupuestarias y marcos legales diferentes, “que se habían convertido en una maquinaria mediática y cultural al servicio de la propaganda política”. “La Jefatura de Gabinete gastó más de $ 2.200 millones en publicidad oficial, más del doble de lo aprobado por el Congreso”.
  • El Centro Cultural Kirchner abrió sus puertas en mayo de 2015 de forma prematura: el edificio no había sido habilitado sino “en situación de obra” con entrega parcial, con un “funcionamiento excepcional y condicionado en materia de seguridad.
  • “La gestión anterior destinaba anualmente entre $ 120 millones y 200 millones a producir contenidos audiovisuales, al 100%, en calidad de subsidios que no generaron una industria audiovisual sino en la dependencia de las casas productoras de los recursos estatales”. No se generaron ni se instrumentaron variables para medir el impacto de la inversión en el sector, con la consecuencia de no poder generar una política clara de desarrollo para el sector”.