Recorte para el plan de obras públicas por 1.000 millones de dólares

Endeudamiento: el PJ, con su propio proyecto, desafía a la Casa Gris

  • Fascendini denunció intención de “cogobernar”.
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Carlos Fascendini

foto: archivo el litoral

 

De la redacción de El Litoral

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El proyecto de ley de endeudamiento con el que el gobernador Miguel Lifschitz espera contar con 1.000 millones de dólares para obras públicas no tiene (al menos por ahora) chances de avanzar en la Cámara de Senadores.

El enfrentamiento con el bloque de senadores de la oposición, mayoritario en la Cámara Alta, que adelantó El Litoral del martes pasado, se ha agravado.

Además de no permitir una autorización por no más de 500 millones de dólares, los senadores opositores han redoblado su apuesta.

Ahora, desafían a la Casa Gris con su propio proyecto y una lista de obras a llevar a cabo de su propia elección, es decir, sin abrir el debate a la posibilidad de producir modificaciones al despacho que ya votó Diputados. Se trata de iniciar un nuevo expediente, presentar un proyecto de ley diferente del que ya logró media sanción.

Al cierre de esta edición, todo indicaba que ése será el camino a tomar por el justicialismo, que en el Senado se muestra unido.

¿Se puede?

Más allá de lo discutible que luce formalmente iniciar un segundo expediente sobre un tema que ya está en discusión en la Legislatura (algo que la Constitución intenta restringir), no pocas veces se observa la existencia de proyectos de ley “en espejo”, muy parecidos -en ambas Cámaras- con el mero objetivo de discutir su autoría y recibir los méritos de su paternidad.

“Todo se puede con decisión política”, resumen algunos asesores del bloque mayoritario cuando se les menciona lo desprolijo de la salida.

“Cogobernar”

El enojo del vicegobernador, Carlos Fascendini, con los senadores justicialistas muestra hasta qué punto ha llegado el enfrentamiento entre el oficialismo en minoría y la oposición.

El titular del Senado usó munición gruesa: “Vemos esta decisión (de los senadores justicialistas) como una intención de cogobernar. Quieren imponer un listado de obras. Esto marca una desconfianza hacia al Poder Ejecutivo. En todo momento, el Ejecutivo consultó a los senadores del PJ”.

análisis

Luis Rodrigo

El turno del Senado

El recinto de la Cámara de Senadores santafesina vuelve a ser el escenario de la pulseada por el poder entre el oficialismo y la oposición en la provincia.

Durante el gobierno de Antonio Bonfatti, una relación directa, aceitada por recursos del Ejecutivo que aumentaron los subsidios que otorgan los senadores a las instituciones de cada departamento, colaboraba con la gobernabilidad entre la Casa Gris y el Palacio Legislativo, con mayoría del peronismo en ambas Cámaras.

Aquel vínculo privilegiado del bloque de senadores del PJ con el actual presidente de la Cámara de Diputados no requería de debates públicos fuertes. Bastaba con la cordialidad de los encuentros en privado. Cada proyecto de ley importante comenzaba con un mensaje del Ejecutivo a esa Cámara.

Hoy, el escenario es distinto. El oficialismo ha recuperado Diputados, precisamente porque Bonfatti hizo una elección mejor que la que lograron cada uno de los tres más votados en la carrera a la gobernación.

El actual titular del Poder Ejecutivo conoce a sus rivales casi desde adentro. Miguel Lifschitz fue senador por Rosario y si bien no estuvo al frente de aquellas negociaciones, sabe cuáles son las reglas con que funcionó el Senado durante esos cuatro años: las decisiones relevantes de la Cámara se tomaron en las reuniones del bloque mayoritario de la oposición.

Esta mañana, el vicegobernador Carlos Fascendini acusó al PJ de intentar “cogobernar” al conocer la negativa de esa bancada a aprobar el proyecto de ley de endeudamiento, que Lifschitz pide por hasta mil millones de dólares, y que el equipo de once bancas justicialistas rechaza.

A diferencia de lo que ocurrió durante el gobierno anterior, hoy el conflicto por el poder está a la vista. Y la pulseada tiene fuerzas que se muestran en el recinto. Los justicialistas han decidido tener su propio proyecto de endeudamiento por quinientos millones de verdes billetes y así dejar en una suerte de empate entre Cámaras la pelea por cuántos fondos habrá para las obras públicas.

Con ese escenario, se verá quién tiene más espalda frente a la opinión pública, para mantener una posición intransigente que paralice la oportunidad de crecer.

Un detalle: el Fondo de Fortalecimiento Institucional se aprobó con cada ley de Presupuesto y allí sigue. ¿Seguirá en los próximos?