Lucila De Ponti

“Hace falta un punto de inflexión”

La diputada nacional sostuvo que el Movimiento Evita se apartó del bloque del Frente para la Victoria, disconforme con la postura que tomó ese espacio ante los hechos de corrupción.

“Hace falta un punto de inflexión”

“Si hubo funcionarios corruptos en el kirchnerismo deben ser juzgados sin ningún tipo de restricciones”, afirmó la santafesina. Foto: El Litoral

 

De la redacción de El Litoral

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Corresponsalía Rosario

Seis diputados del Movimiento Evita se separaron ayer del Frente para la Victoria y formaron una nueva bancada, por diferencias que mantienen con el FPV sobre la actitud que se debe asumir ante la corrupción, con lo cual abrieron una nueva crisis en el seno del kirchnerismo, que ya perdió 28 legisladores desde el pasado 10 de diciembre.

Lucila De Ponti, diputada nacional por Santa Fe, estaba entre la media docena de legisladores de ese espacio político que se alejaron de la bancada del Frente para la Victoria. De Ponti, de 31 años, aseguró en diálogo con El Litoral que “el Frente para la Victoria no dio un mensaje contundente a la sociedad sobre los hechos de corrupción”; pero aclaró que las diferencias con la conducción de ese espacio se venían dando desde que el kirchnerismo perdió las elecciones el 22 de noviembre pasado.

—¿Cuáles son los argumentos que plantearon desde el Movimiento Evita para separarse del bloque del Frente para la Victoria?

—Fundamentalmente planteamos algunas diferencias políticas que surgieron después de la derrota electoral del 22 de noviembre. El peronismo tenía que darse un espacio de debate y autocrítica para analizar cuáles fueron las estrategias equivocadas que nos llevaron a perder. Si bien hubo y sigue habiendo espacios de discusión, entendemos que no se asumió una voluntad de hacer una crítica responsable sobre cuáles fueron los errores y los elementos que nos fueron llevando a que el espacio del FPV se empezara a achicar. No coincidimos con la actual conducción del Frente para la Victoria sobre el camino que se tomó para hacer una oposición a las políticas del gobierno de Macri. Entendemos que el peronismo se tiene que reconstruir desde un sentido programático, poniendo en un lugar secundario los nombres propios y priorizando cuáles son los objetivos y las ideas.

—Pero la decisión de abrirse del bloque se tomó después del escándalo protagonizado por el ex secretario de Obras Públicas José López.

—Nos parece que no sólo hay que repudiar cualquier hecho de corrupción, sino que es necesario un punto de inflexión que nos obligue a dar un mensaje claro hacia la sociedad de que hay que establecer una política de Estado en cuestiones relacionadas con la lucha contra corrupción. Esto va más allá de las leyes que se discutieron ayer, que tienen un sentido puramente efectista. Debemos comprometernos a crear políticas de Estado que fomenten la transparencia. Estas políticas tienen que ser transversales para que nos permitan consolidar los mecanismos de control internos en el Estado. Eso también tiene que ser un compromiso del Frente para la Victoria, que tiene que dar un mensaje claro: si hubo funcionarios corruptos en el marco del gobierno kirchnerista no sólo hay que repudiarlo sino también los funcionarios deben ser juzgados sin ningún tipo de restricciones. El Frente para la Victoria no emitió un mensaje tan contundente.

—¿Cómo se sale del desprestigio que está teniendo la clase política con todos los casos de corrupción?

—La sociedad va configurando una idea, que en parte es real pero parcial, de que la corrupción sólo es patrimonio de la política. En realidad la corrupción también corresponde a otros sectores, como el privado. De lo que nosotros estamos convencidos es de que, más allá de que se pueda avanzar en leyes que recrudezcan las penas por los casos de corrupción, es necesario crear instrumentos para prevenir y erradicar la corrupción. Esto es una tarea distinta que tenemos que emprender. Hoy por hoy se está poniendo en discusión el tema de la corrupción, porque en parte es una agenda que construyen los medios y porque es un problema real que le interesa a la sociedad. Pero tenemos la oportunidad desde la política en general, no ya desde un solo partido, de avanzar en mecanismos que nos permitan tener un Estado mejor, más eficiente y menos corrupto.

—¿Qué medidas consideran que es necesario instrumentar para dar más transparencia al manejo de lo público?

—Hay distintos paradigmas y propuestas. Están los distintos mecanismos de transparencia del Estado que puedan poner a disposición de la ciudadanía instrumentos para fortalecer los controles. Y después los propios mecanismos del Estado que deben funcionar mejor para que haya un control interno riguroso para que se vaya supervisando el manejo de los recursos. Después hay otras cosas que se discuten a medias, como el financiamiento de la política. Esto tiene que dejar de ser un tabú. En la medida en que el financiamiento de la política sea lo más transparente posible y tengamos una legislación lo más equitativa posible, se van a ir reduciendo los márgenes para que se produzcan hechos de corrupción.

—¿Por qué no pusieron en discusión, durante el kirchnerismo, el tema de la transparencia y la lucha contra la corrupción?

—No fue un problema central en el kirchnerismo. Hubo medidas parciales, como la ley de información pública que se aprobó este año, que está basada en un decreto de Néstor Kirchner del año 2005. Lo que nosotros entendemos es que no se avanzó de manera integral en estos temas.

—¿Cuál considera que va a ser el futuro del espacio kirchnerista?

—El Frente para la Victoria es una parte del peronismo que tiene que continuar. Nosotros nos consideramos parte de la militancia kirchnerista. Pero en esta etapa es necesario construir acuerdos con distintas expresiones para ser más amplios. El kirchnerismo no debe ser el todo.