Proyectan incluir un Metrofé

Sin señalización, Aristóbulo del Valle reclama obras para ordenar el tránsito

Los carriles no están demarcados, no hay canteros centrales ni sendas peatonales. Hay buena semaforización pero no es respetada por todos los peatones ni motociclistas, advierten vecinos y comerciantes.

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Línea imaginaria. Quien es un asiduo conductor de la avenida Aristóbulo del Valle sabe de memoria hasta dónde llega su carril. Sin pintura que los divida, se complica -y mucho- para quien no está acostumbrado a transitarla.

Fotos: Mauricio Garín

 

Lía Masjoan

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Twitter: @lmasjoan

Una línea imaginaria divide los tres carriles que tiene cada una de las manos de una de las avenidas más transitadas de la ciudad. En Aristóbulo del Valle, tras pasar el Puente Negro hacia el norte, desaparece el cantero central, no hay demarcación de carriles ni senda peatonal. Así, la circulación de automóviles y peatones queda librada al sentido común de quienes la utilizan, ayudados -sí- por una adecuada semaforización.

El tránsito es fluido, porque cada automovilista, especialmente el más habituado a utilizarla, intuye hasta dónde llega su carril. Pero no faltan imprudentes que en el apuro por llegar antes traspasan el límite imaginario -en especial motociclistas, según el testimonio de algunos vecinos- o intentan ganarle a la onda verde y ponen en riesgo a los peatones que quieren cruzar por las esquinas.

El tramo más complicado para transitar para quien no está acostumbrado es el que está comprendido entre el Puente Negro -a la altura de calle Ruperto Godoy- y Castelli. En ese sector hay que extremar la atención. A la falta de una línea que divida los carriles, se suma la ausencia total de sendas peatonales, en una avenida que es prácticamente comercial y sus anchas veredas invitan a caminarla.

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En peligro. Esta es una situación que se repite: sin cantero central para hacer un descanso en el cruce, muchos peatones quedan en el medio de una avenida con un tránsito intenso.

Foto: Mauricio Garín

Riesgos

Los más perjudicados son los niños y los ancianos, a quienes les cuesta cruzar en sólo un minuto al otro lado de la avenida. “Necesitamos el cantero del medio para hacer una parada antes de llegar al otro lado. Yo suelo cruzar por el medio, aunque sé que está mal, porque si lo hago por la esquina tengo miedo de que me atropelle un auto al doblar, o las motos aceleran y te apuran. Para la gente grande como yo, es corto el tiempo del semáforo”, contó Betty Gesualdo.

Cristina Pérez tiene una visión privilegiada de la avenida, desde su puesto de diarios ubicado en Aristóbulo del Valle y Lavaisse. “Los peatones no respetan el cruce peatonal, las motos menos. Desde que sacaron el cantero hay muchos inconvenientes porque, por un lado, el peatón no tiene dónde parar, y por el otro, las motos avanzan sobre el otro carril, y a veces los autos también”.

“Es cierto que no están pintadas las sendas, pero la mayoría de la gente que camina es del barrio e identifica bien las manos. Lo que pasa es que muchos peatones son muy imprudentes, no respetan el muñequito de los semáforos y se mandan en cualquier momento y en cualquier lugar”, contó Rocío González, una comerciante de la zona.

Según esta vecina, los accidentes más habituales se producen cuando los peatones cruzan mal y son atropellados por autos que doblan desde las calles interiores de los distintos barrios y toman la avenida. Aseguró que no son frecuentes los accidentes por la falta de demarcación de la avenida, pero “sí por la gente imprudente que viene en auto, tratando de agarrar la onda verde y chocan al de adelante. Ésos son los más comunes”.

Irma Bravo es ciclista y, obviamente, pidió una bicisenda, porque es “un tormento andar por esta avenida”. Por eso, elige las calles interiores y cuando tiene que comprar en negocios sobre la avenida, se baja y camina por las veredas llevando la bici. “Siempre recalco que no hay sendas peatonales, y a mis nietos les cuesta mucho cruzar para tomar el colectivo”, acotó.

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Peatón. La semaforización es muy buena en todo el trayecto, y hasta hay semáforos con dispositivos para personas sordas. El problema es que no todos los respetan.

Foto: Mauricio Garín

En proyecto

Mientras los conductores se aferran mentalmente a una línea imaginaria para no salir del carril que les corresponde y los peatones hacen malabares para llegar sanos y salvos al otro lado, el municipio tiene un nuevo proyecto para esta arteria, que es buen nexo entre el sur y el norte de la ciudad y tiene una fuerte actividad comercial.

La idea de hacer un Metrofé, como el que se construye en avenida Blas Parera, se delinea en la Secretaría de Planeamiento del municipio y ya llegó al gobierno nacional, con la idea de conseguir financiamiento internacional. Si prospera, esta vía rápida incorporará un carril exclusivo para el transporte público en el corredor central y bicisenda. Metros le sobran a una de las avenidas más anchas que tiene la ciudad.

En el año 2013, fracasó una propuesta de remodelación de esa avenida, porque los vecinos se opusieron a financiar parte de los trabajos por contribución de mejoras.