El barrio más joven de la ciudad

Nueva Esperanza Este y el desafío de integrar realidades sociales dispares

Allí se construirán las primeras 60 viviendas para inundados. Otras 54 familias en riesgo hídrico fueron reubicadas en estos terrenos en 2014. Y 210 lotes fueron destinados a beneficiarios de los programas Procrear y Mi Tierra, Mi Casa.

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Paradigmático. En Nueva Esperanza Este se busca el acceso a la vivienda para todos: beneficiarios del Procrear y vecinos reubicados que habitaban ranchos en zonas de riesgo hídrico. Foto: Mauricio Garín.

 

Nicolás Loyarte

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@nicoloyarte

El barrio Nueva Esperanza Este crece en el noreste de la ciudad en medio de una realidad social que pugna por la integración de familias con escasos recursos económicos, beneficiarias de viviendas sociales para inundados, y otras que cuentan con un trabajo formal que les permitió acceder a los programas Mi Tierra, Mi Casa y Procrear.

A diferencia de otros sectores de la ciudad, donde la exclusión social está marcada muchas veces por una avenida que separa lo urbano de sus márgenes de ranchos y casillas, en Nueva Esperanza Este viven todos en la misma cuadra. Y más allá de los niveles de inclusión social a los que pudo acceder cada vecino, todas las familias tienen algo en común: llegaron al barrio con la misma necesidad de la vivienda propia para un futuro mejor.

Allá por 2010, la Municipalidad de Santa Fe expropió los terrenos donde hoy se erige la Nueva Esperanza para muchos. La idea prima del Estado local fue la de propiciar un terreno seguro y una vivienda a familias que ocupaban en forma irregular zonas de riesgo hídrico en los asentamientos Bajo Judiciales, Bajo Gada y Playa Norte. Así nació lo que hoy se conoce como Los Quinchitos, identificado en sus comienzos como el barrio de los inundados.

Más tarde, la Municipalidad y la Provincia continuaron con la urbanización del terreno, propiciando infraestructura como alumbrado público y agua potable, entre otras obras, en lotes con cota segura y calles que no sufren anegamientos.

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Reubicados. Los 60 lotes en amarillo son los asignados a los nuevos vecinos que ocupaban zonas con riesgo hídrico en Bajo Judiciales, Bajo Gada y Playa Norte. El barrio se ubica en el perímetro formado por Callejón Funes al norte, vías del ferrocarril al este, Aguirre al sur y Alvear al oeste, en jurisdicción de la vecinal La Esmeralda. Foto: Gentileza Municipalidad de Santa Fe.

Los vecinos Procrear

Cuando la Nación lanzó el Programa Procrear, muchas familias santafesinas que pretendían acceder a una de las líneas de crédito para la vivienda propia necesitaban contar con un terreno para construirla. Ante la falta de disponibilidad de tierra en la ciudad, fue que la Municipalidad les brindó la posibilidad de comprar lotes de 20 metros de largo por 10 de ancho en este barrio, a $ 100.000.

De esta forma comenzó el proceso de integración social de familias reubicadas que vivían en ranchos en zonas vulnerables y en precarias condiciones con otras que cuentan con un empleo formal y la consecuente posibilidad económica de pagar las cuotas de los créditos para la construcción de viviendas.

Esta semana, la Municipalidad licitó la construcción de otras 60 viviendas para inundados -financiadas por la Nación-, de las cuales 20 llegaron al barrio entre finales del año pasado y principios del corriente, y se instalaron en el refugio montado por la organización Techo; mientras que las 40 familias restantes arribarán al barrio cuando las viviendas estén terminadas (el plazo de obra es de 300 días y la inversión supera los $ 65 millones).

Integración social

Se puede afirmar que hasta hoy, Nueva Esperanza Este estaba dividido en dos sectores: la zona donde se construyeron las primeras viviendas sociales para inundados (Los Quinchitos y el refugio de Techo) y la zona de los beneficiarios del Procrear y Mi Tierra, Mi Casa. Pero el diagrama de lotes dispuesto por el municipio para las 60 nuevas viviendas intercala ahora en las mismas manzanas del barrio a las todas familias (ver imagen).

El barrio Nueva Esperanza Este cuenta con 381 lotes de 20 metros por 10, a cota adecuada y con todos los servicios. De los cuales, 114 fueron asignados por la Municipalidad al programa de reubicación de familias que vivían en zonas con riesgo hídrico. Ya se construyeron 54 viviendas para inundados y ahora levantarán otras 60.

Por otra parte, de los 267 lotes restantes destinados a la demanda en general, 210 fueron asignados a beneficiarios del Procrear, de los cuales 163 ya construyeron su vivienda y han escriturado, mientras que los 104 restantes están en diferentes etapas de construcción.

La preocupación

Por este motivo y más allá del permanente diálogo que tienen con las autoridades municipales, los vecinos beneficiarios de los programas de crédito para viviendas solicitaron una audiencia a la directora de la Agencia Santa Fe Hábitat, Sara Lauría, para interiorizarse del proyecto y con el objetivo de garantizar una fuerte presencia del Estado en el proceso de integración social, para lograr la inclusión de todos los vecinos

Tanto Lauría como el intendente José Corral recibieron la carta con el pedido de diálogo de los vecinos, durante el acto de apertura de sobres de la licitación de las 60 nuevas viviendas, llevado a cabo el martes en la vecinal La Esmeralda.

“Me han manifestado su preocupación”, dijo Lauría ante la consulta realizada al respecto por El Litoral. Y reconoció que el temor de algunos vecinos no es infundado, ya que “hubo problemas de inseguridad, de robo de materiales y puede haber hoy algunas situaciones (de inseguridad) como en el resto de la ciudad”. Aunque dijo que “son problemas menores”. Ya que “las familias en situaciones de vulnerabilidad están acompañadas por proyectos sociales”. Además, hay montado un puesto de seguridad de Gendarmería Nacional.

La funcionaria describió el caso de Nueva Esperanza Este como “un proceso de integración física y social en un lugar que tenía dificultades y ahora tiene mucha potencialidad”.

Por su parte, los vecinos que pidieron la audiencia optaron hasta el momento por el diálogo con las autoridades, sin hacer pública ninguna expresión al respecto para evitar la estigmatización social de sus nuevos vecinos.

Inclusión social

“Creemos que éste es el camino para lograr una ciudad más pareja, integrada, conectada, con servicios, con posibilidades para todos”, dijo Lauría, ya que “el Estado municipal y provincial les ha brindado la posibilidad de la vivienda y muchas familias luego, con esfuerzo propio, han mejorado sus casas, con asistencia técnica de nuestros equipos, de manera que cumplieron con las normas de la buena construcción”.

Recorrer hoy las calles de Nueva Esperanza Este es encontrarse con un barrio a medio hacer pero con muchas potencialidades. Cuenta con iluminación, cordón cuneta y mejorado de calles. Es que durante los últimos años la Municipalidad y la provincia apostaron al noreste de la ciudad. Allí inauguraron días atrás el espacio sociocultural El Alero, que busca contener a cientos de niños y jóvenes de Coronel Dorrego y aledaños.

“En este proceso de integración física y social implica procesos de trabajo y esfuerzo, no sólo de parte del Estado, sino también de las instituciones y de los propios vecinos, y tiene fuertemente una base de gestión”, dijo Lauría. Mientras las obras de urbanización avanzan en el barrio más joven de la ciudad, resta esperar su desarrollo para ver si el desafío de integrar distintas realidades sociales llegó a su fin.

" Estamos convencidos de que no hay que generar barrios de primera y barrios de segunda, sino un único barrio en el que se integran grupos familiares que por distintos motivos, historias de vida, no han tenido posibilidad de acceder a la vivienda”.

Sara Lauría

Directora de Santa Fe Hábitat