Proyectos estratégicos

La ciudad debe vincularse al mundo

por José Curiotto

@josecuriotto

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Sólo a través de la cooperación internacional la ciudad puede encarar los proyectos estratégicos que permitirán el desarrollo. Foto: Archivo El Litoral

 

Cuando Mauricio Macri y sus colaboradores más cercanos insisten en que se abre una etapa de nuevas oportunidades para el país porque el clima internacional hacia la Argentina está cambiando, quizá suene a discurso político de ocasión.

Tanto escepticismo no es casual en un país en el que desde hace demasiado tiempo el valor de la palabra se encuentra devaluado y donde el clima de sospecha generalizada representa una carga acechante.

Sobre todo, en momentos en que la población en general padece las consecuencias de un presente económico espinoso, en el que repercuten las consecuencias inevitables de un ajuste de tarifas implementado de manera desprolija y que impacta de lleno en los niveles inflacionarios.

Frente a una coyuntura tortuosa, no siempre resulta fácil levantar la mirada para observar las posibilidades que se plantean hacia el mediano y largo plazo.

Sin embargo, la reciente gira realizada por funcionarios de la Municipalidad de Santa Fe en Francia, resultó una oportunidad propicia para confirmar que no miente el gobierno cuando asegura que se ha producido un cambio rotundo en la mirada que se tiene de la Argentina.

La primera prueba de este nuevo clima se produjo en la ciudad de Rennes, ubicada en la Bretaña francesa. El encuentro entre autoridades de ambas ciudades se generó a través del Fondo Francés para el Ambiente Mundial (Ffem) que, en diciembre de 2014, seleccionó el proyecto santafesino denominado Reserva Natural Urbana y Gestión de Riesgos Climáticos para otorgarle 1 millón de euros destinados a la preservación y reconversión de zonas de reservorios que comprenden 140 hectáreas ubicadas en el oeste de la ciudad.

El trato dispensado hacia la ciudad de Santa Fe, representada por el intendente José Corral y los funcionarios que lo acompañaron, reveló un profundo interés por el presente de la Argentina y por la posibilidad de establecer canales de colaboración.

Pero las evidencias de este clima recién comenzaban a percibirse. Cuando los santafesinos se encontraron en la ciudad de París con Herve Conan, responsable de la Agencia Francesa para el Desarrollo, comenzaron a comprender mejor los motivos de tanto interés.

“El presidente Francois Hollande nos ha dado instrucciones de que pongamos particular atención en establecer contactos con la Argentina”, explicó el funcionario galo. “¿Santa Fe está en condiciones de recibir créditos sin necesidad de pasar por instancias nacionales?... Si es así, ¿qué proyectos tienen?”, insistió.

Un día después, el escenario fue la embajada argentina en París. Bernard Saules, representante de Cités Unies France (Ciudades Unidas de Francia), saludó a la comitiva santafesina e inmediatamente reiteró los conceptos escuchados pocas horas antes: “Después de visitar en febrero pasado la Argentina, el presidente Francois Hollande regresó con la decisión de acercar a nuestros países”.

El embajador argentino en Francia, Jorge Faurie, explicó a El Litoral que “es un muy buen momento que se abrió en diciembre pasado a partir del cambio de gobierno argentino, pero que sobre todo quedó marcado por la visita que hizo Hollande al país. Francia es un país clave dentro de la Unión Europea. Y la Unión Europea es un socio estratégico para la Argentina”.

Relación descentralizada

Los franceses están convencidos de que, la mejor manera de vincularse con la Argentina y con el resto del mundo, es a través del contacto directo y descentralizado entre ciudades.

Esto representa una gran oportunidad y, a la vez, un enorme desafío; ya que para que este vínculo sea posible las ciudades deben estar preparadas. No sólo es necesario contar con proyectos viables, sino también establecer los mecanismos bilaterales de relación institucional.

Por eso resulta de particular importancia el hecho de que, desde 2011, Santa Fe cuente con una Agencia de Cooperación, Inversiones y Comercio Exterior, desde donde se trabaja para fomentar el vínculo internacional y facilitar el flujo de inversiones, tanto públicas como privadas.

Las agencias estatales francesas están dispuestas a otorgar créditos blandos a Santa Fe. Y diversas empresas ya plantearon su interés en participar de proyectos vinculados con el traslado del puerto, el transporte, la generación de energía y la disposición final de residuos. Se trata, en todos los casos, de temas estratégicos y relevantes para una ciudad que, mientras hace frente a los desafíos de la coyuntura, debe planificar el mediano y largo plazo.

En los próximos meses, Santa Fe asumirá la presidencia de la Red de Mercociudades -organización que nuclea a 293 urbes de toda Latinoamérica-, lo que representará una gran oportunidad para fortalecer sus vínculos y su presencia internacional.

Frente a los problemas acuciantes del día a día, este tipo de desafíos quizá puedan parecer de lejana relevancia. Sin embargo, la apertura al mundo resulta imprescindible. Ninguna ciudad está en condiciones de solventar por sí misma sus grandes proyectos de desarrollo.

Los problemas puntuales de cada barrio existen y deben ser superados. Pero no levantar la mirada para planificar el futuro sería de miopes.

Dicho en pocas palabras, el bache de la esquina no debe tapar el bosque. Si esto sucede, la ciudad quedará encerrada en su propio laberinto.

Los franceses están convencidos de que, la mejor manera de vincularse con la Argentina y con el resto del mundo, es a través del contacto directo y descentralizado entre ciudades.

 

El bache de la esquina no debe tapar el bosque. Si esto sucede, la ciudad quedará encerrada en su propio laberinto.