“Bajo el sol”

“Érase una vez una tierra...”

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Goran Markovic y Tihana Lazovic, protagonistas de la película de Dalibor Matanic. Foto: Gentileza Cineuropa

 

por Laura Osti

“Construimos nuevas casas, con tejas rojas, donde las cigüeñas construyen sus nidos y con las puertas abiertas a nuestros invitados. Le agradecemos a la tierra que nos alimenta, al sol que nos calienta y a los campos que nos recuerdan los verdes pastos en casa. Así, con dolor, tristeza y alegría, recordamos a nuestro país cuando contamos a nuestros niños historias que comienzan como todas las historias: ‘Érase una vez una tierra...'‘ Así finaliza “Underground”, film de Emir Kusturica del año 1995. La frase es pronunciada por uno de los protagonistas, Iván.

Y viene a cuento porque “Bajo el sol” (Zvizdan), del croata Dalibor Matanic, trajo a mi memoria aquella impactante realización del bosnio, emigrado a Francia, que conmocionó el ambiente cinéfilo a mediados de los ‘90.

Y a veces, la memoria tiene razones que la razón no entiende, hasta que las cosas se empiezan a dilucidar.

La asociación evidentemente se produce porque el tema de las dos películas es el mismo: la guerra en Yugoslavia. Y la estructura narrativa también es semejante, porque ambas se desarrollan en tres capítulos que describen la guerra en sendos períodos cronológicamente sucesivos, aunque el film de Kusturica empieza durante la Segunda Guerra Mundial, atraviesa la Guerra Fría, y concluye en la Guerra de los Balcanes, período en el cual da comienzo la propuesta de Matanic.

Otra semejanza es que los mismos actores representan a los personajes principales en los distintos capítulos.

En “Bajo el sol”, los tres relatos se ubican en igual escenario, una zona rural fronteriza entre Croacia y Serbia. El primer capítulo transcurre en el año 1991, el segundo, en 2001, y el tercero, en 2011.

En el primero, la acción corresponde a las vísperas de la serie de conflictos que sucedieron entre 1991 y 2001 en Europa, que se caracterizaron por los enfrentamientos étnicos entre los pueblos que en su conjunto formaban la ex Yugoslavia, principalmente entre serbios, croatas, bosnios, albaneses y musulmanes. Como se sabe, una región fronteriza históricamente sacudida por diversas guerras, por motivos raciales, políticos, económicos, culturales y religiosos.

El desafío que asume Matanic es ofrecer una síntesis de ese drama, que aún hoy subsiste, en un relato que sea de interés para el espectador de cine.

Su propuesta es enfocarse en un grupo de jóvenes que habitan en esa región, compuesta de pueblos pequeños donde conviven familias de diversas etnias, y cómo la situación afecta sus vidas, sus deseos, sus proyectos, sus sentimientos y sus expectativas.

En cada capítulo, cambian los personajes y las historias específicas, pero los intérpretes que los representan son siempre los mismos, destacándose principalmente la actriz Tihana Lazovic y el actor Goran Markovic, quienes componen sendas historias de amor-odio, odio-amor, en las tres instancias, labor que realizan con gran entrega y convicción.

Matanic se concentra en la cotidianeidad de esos pequeños poblados devastados por la guerra, describiendo el comienzo de los enfrentamientos (1991); el período inmediatamente posterior a la guerra (2001) en el que se observan todos los daños físicos en las viviendas y demás construcciones, así como las heridas todavía sangrantes ya que todas las familias tienen muertos a quienes llorar, y por último, la etapa de la reconstrucción (2011), en la que la juventud intenta apostar a un futuro mejor, adoptando pautas culturales del estilo occidental.

Pero lo que quiere expresar el realizador croata, con un recurso expresivo de características poéticas, es que la vida transcurre bajo el mismo sol y que la rueda de la historia se va moviendo de manera cíclica, a través de la cual pareciera que se repiten, una y otra vez, los mismos dilemas, los mismos conflictos, las mismas preguntas y las mismas situaciones, en un devenir que deja poco lugar a la reflexión y a la elaboración profunda de los traumas.

La mirada sobre el paisaje rural pone el acento en la fuerte presencia de una naturaleza bella y pródiga, en la que el sol y el agua adquieren una relevancia simbólica, que tiene que ver con la vida, las pasiones, la alimentación, el inconsciente, distintas capas semánticas que se entrecruzan permanentemente en un ambiente social atravesado de tensiones.

“Bajo el sol” es un film bello, inteligente, cuyo estilo narrativo sabe captar la atención del espectador, con un manejo de la fotografía y la sonorización que refuerzan de manera oportuna la atmósfera y el sentido dramático general de los acontecimientos, invitando a mirar el futuro con esperanzas de reconciliación.

muy buena

Bajo el sol

  • Zvizdan, Croacia-Eslovenia-Serbia/2015, hablada en croata / Dirección y guión: Dalibor Matanic / Fotografía: Marko Brdar / Edición: Tomislav Pavlic / Música: Alen Sinkauz, Nenad Sinkauz / Diseño de producción: Mladen Ozbolt / Elenco: Tihana Lazovic, Goran Markovic, Nives Ivankovic, Mira Banjac, Dado Cosic / Duración: 123 minutos / Calificación: apta para mayores de 16 años, con reservas / Cine América.