Bariloche

La familia del policía desaparecido le apunta a sus compañeros y a autoridades de la fuerza

Télam

Los padres, la hermana y allegados a Lucas David Muñoz, el oficial ayudante de una comisaría de Bariloche que desapareció el 14 de julio mientras se dirigía a su trabajo, protestaron ayer frente a la Unidad Regional III, la máxima autoridad policial de la ciudad y de la zona, y acusaron a sus compañeros y a jefes de la fuerza por el hecho.

“Queremos que se investigue y que todo salga a la luz. Hay mucha corrupción en la Policía, por eso desapareció Lucas y por eso no investigaron como debían”, expresó a Télam Paula Muñoz, hermana del uniformado.

La joven dijo que la familia supo que Muñoz (29) “se quería ir de la comisaría 42a. por las cosas que veía, que estaban relacionadas con las drogas y la desaparición de Micaela Bravo”, una madre de tres hijos, de 28 años, cuyo cadáver apareció en marzo a poca distancia de esa unidad policial, en un descampado que la Policía había rastrillado intensamente antes del hallazgo.

“Se quería ir a Viedma para estar con sus hijos, pero cuando empezó a ver cosas raras en el trabajo le pidió a sus jefes que ‘por lo menos’ lo saquen de la 42a. y lo lleven a otra comisaría”, agregó la hermana.

Escrache

Ayer al mediodía, unas 20 personas, entre familiares y allegados a Muñoz, realizaron un escrache frente a la Unidad Regional III reclamando la “pronta aparición con vida” del efectivo y cárcel para los “policías corruptos”.

Los manifestantes solicitaron a las autoridades que en lugar de apartar a jefes y policías de sus cargos “los investiguen y los metan en la cárcel como delincuentes que son”, y los acusaron de “impedir el avance de la investigación”.

“Todavía no hay nombres, pero está claro que hay policías y jefes atrás de la desaparición de Lucas”, afirmó su hermana.

Luego de dos semanas sin novedades, el fiscal Guillermo Lista imputó ayer por obstruir la investigación a los comisarios Adolfo Poblete (segundo jefe de la Regional III); Jorge Elizondo (jefe de la 42a) y David Paz (jefe de Seguridad Vial); el subcomisario José Jaramillo (subjefe de la 42a ), y a los oficiales Luis Daniel y Julián Maximiliano Morales (Seguridad Vial).

La jefatura policial puso en disponibilidad a los policías imputados, en tanto que por pedido del fiscal Martín Govetto, avalado por el juez Bernardo Campana, detuvieron en Colonia Catriel -a 600 kilómetros al norte de Bariloche- al sargento Néstor Meyreles, sospechoso de haber ocultado pruebas en la investigación de la desaparición.

La Justicia debió recurrir a fuerzas federales para romper la obstrucción policial, por lo que hubo allanamientos a cargo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y Gendarmería Nacional, organismo que trasladará a Meyreles el lunes a Bariloche para su declaración indagatoria.