ERICA RIVAS

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Es una de las actrices de cine más prestigiosas de la Argentina. Su novia desbordada en “Relatos Salvajes” la catapultó a la fama internacional. A eso se suma el éxito de la puesta en teatro de “Escenas de la vida conyugal”, de Bergman, donde comparte cartel con Ricardo Darín y es dirigida por Norma Aleandro. En una entrevista con El Litoral, habló de su experiencia y sus proyectos.

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Su última película, “La luz incidente”, dirigida por Ariel Rotter y precedida por un gran éxito de crítica y público en varios festivales, se estrena en la Argentina este 1º de septiembre.Foto: El Litoral

 

Cuini Amelio Ortiz

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Erica ha viajado mucho en el último mes. Su periplo se inició en el Festival de Cine de Maine, en Estados Unidos, donde presentó “La luz incidente”, película de Ariel Rotter que ella protagoniza, para seguir luego hacia Verona, Italia, donde fue invitada como presidente del Jurado del Festival Internacional de Cine y Video San Gi• de Verona. El Litoral se encontró con ella para hablar de su experiencia y sus proyectos.

—¿Qué tal fue la experiencia del San Gi• de Verona?

—Hermosa y absolutamente surrealista. Se trata del festival de cine más divertido que he visitado en mi vida. En febrero de este año, el director del festival Ugo Brusaporco me contactó preguntándome si no quería presidir el jurado de la edición de cortos de este año. Yo sólo conocía el Festival porque una amiga me había hablado mucho de él, así que acepté. Si estuviste una vez, querés volver al año siguiente...

—¿Qué lo hace tan especial?

—En primer lugar, la gente. Los organizadores del festival son gente entrañable que adora el cine y sabe celebrarlo. Y el otro particular es que a todos los invitados del festival los llevan por las mañanas a visitar las bodegas de los mejores vinos del Véneto, donde probás vinos maravillosos acompañados por especialidades de la zona... El binomio buen cine y buen vino es perfecto.

—¿Viste buenos cortos?

—Sí, el nivel del festival era alto. Vi cortos de todas partes del mundo: Canadá, Emiratos Árabes, Turquía, Nueva Zelandia, Taiwan, Filipinas, por citar sólo algunos. Por supuesto, Europa estaba representada con muchísimos países.

—¿Y de Latinoamérica?

—Vimos cosas muy bonitas de México, Uruguay, Colombia... Una coproducción de Argentina-Chile-Alemania ganó el premio especial del jurado. El corto se llama “#Ya”, de Igor Gama y Florencia Rovlich, y el premio al mejor corto se lo llevó Francia con un corto estupendo que se llama “Quenottes” de Pascal Thiebaux, que es una maravillosa persiflage del cine de terror, cuyo protagonista es el Ratón Pérez. Me interesó también el nivel de los trabajos actorales, recuerdo ese primer plano del peruano Alain Salinas en el corto “El último Milico” y el trabajo del actor turco Mahir Günsiray en “Weird Times”.

—¿Cómo evaluás el trabajo de presidir un jurado?

—Fue estimulante, estuve trabajando con directores de cine de Irán, Rusia, Alemania, un productor americano, una poetisa italiana, un dramaturgo y un crítico de la RAI... El debate fue tan intenso como interesante.

—Tengo entendido que de allí fuiste a Berlín...

—Así es, a trabajar. Estoy escribiendo un guión con una amiga alemana que es documentalista y guionista de ficción. Yo ya filmé una película escrita por ella hace varios años, que se realizó en Alemania. El año pasado ella y su esposo viajaron de Berlín a Barcelona a ver “Escenas de la vida conyugal”, nos encontramos a charlar y surgió la idea de escribir juntas. Comenzamos con el tratamiento a distancia y ahora nos encontramos en Berlín para ajustarlo, cosa que creo hemos logrado bastante.

—¿De qué se trata?

—Es la historia de una venganza, ambientada en la Argentina en la segunda mitad de la década del 50. La protagonista tiene una personalidad muy definida, bastante fuerte, es anarquista y ha regresado de Europa con un objetivo muy específico y difícil. Es un carácter que nunca hice y todo lo nuevo me interesa.

—Tu última película, “La luz incidente”, que se estrena en Argentina este 1º de septiembre, ha tenido enorme éxito de crítica y público en varios festivales y sobre todo en Francia. ¿Lo tomás como un logro personal?

—El logro de una película se debe a un grupo de gente que trabaja junta para que todo salga bien. Una película es algo enorme. Sin un buen director, sin un buen editor, sin un buen director de fotografía, buenos actores... y la lista es larga de todos los que comportan el team de trabajo. Sin ellos no hay buen film, así que cuando el éxito acompaña a una película, es un éxito compartido.