MARIANO CHIACCHIARINI DIRIGIRÁ EL VIERNES A LA ORQUESTA SINFÓNICA
MARIANO CHIACCHIARINI DIRIGIRÁ EL VIERNES A LA ORQUESTA SINFÓNICA
“Hay muchos puentes por construir”
El ensamble realizará un nuevo concierto de temporada bajo la conducción de este músico argentino, nacido en 1982. Será en el Centro Cultural Provincial con obras de Johann Strauss, Richard Strauss y Jean Sibelius. “Las tres son tan distintas como fantásticas”, señaló el director.
Desde 2013, Chiacchiarini comenzó su colaboración con la Academia del Festival de Lucerna y como uno de los principales directores invitados de la Sinfónica Nacional Argentina. Foto: Gentileza Arnaldo Colombaroli
Juan Ignacio Novak
A partir de las 21 del viernes, la Orquesta Sinfónica Provincial desplegará un nuevo concierto de temporada en el Centro Cultural Provincial (Junín 2957). Con entrada libre y gratuita, los asistentes podrán disfrutar la interpretación de composiciones de Johann Strauss, Richard Strauss y Jean Sibelius, bajo la dirección del maestro Mariano Chiacchiarini. En la ocasión participará en calidad de solista el cornista santafesino Dardo Valdez, músico estable del organismo.
El director invitado, en una entrevista vía mail concedida a El Litoral, destacó que será la primera vez que conducirá a la orquesta local. “Hace tiempo que quería venir por una conexión personal, es la tierra que los bisnonos italianos eligieron y me interesaba particularmente hacer música aquí”, señaló.
—El programa del viernes incluye obras de Johann Strauss, Richard Strauss y Jean Sibelius, quienes desarrollaron su obra entre la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. ¿Supone una afinidad por ese período histórico?
—Aquí, habría que marcar una diferencia entre Johann Strauss, quien aún pertenece al vals y la opereta vienesa como así a su aristocracia, y los otros dos compositores, Richard Strauss (no eran familiares) y Sibelius, quienes también forman parte de una difícil transición durante la primera mitad del siglo XX y su lenguaje, donde los compositores buscaban caminos ante una expresión musical que evolucionaba en tiempos de guerras. Las tres obras son tan distintas como fantásticas.
—¿Cómo resultó su experiencia con la Kritisches Orchester de Alemania?
—Fue quizá una de las experiencias más enriquecedoras de mi carrera, trabajando con los músicos de la Filarmónica de Berlín, Staatskapelle, Konzerthaus y otras orquestas alemanas, que se ofrecían para formar jóvenes directores ensayando con ellos y aconsejándolos a través de su experiencia de atril. Era una responsabilidad muy grande, sumado a que el proceso de selección era arduo, se llegaba solamente por concurso. Lo disfruté mucho, curiosamente el primer violín era León Spierer, concertino de Karajan por 20 años. Una de las obras a trabajar fue justamente la 2da. de Sibelius, que haremos el viernes en concierto.
—Trabajó con músicos de la talla de Rattle, Boulez, Eötvös y Fischer entre otros. ¿Hay alguno que lo haya marcado especialmente? ¿Por qué?
—Todos. El primer paso fue superar la incredulidad de ser asistente y estar trabajando con esas personalidades, que pocos años antes solamente veía por las tapas de los CDs que ni siquiera eran fáciles de conseguir en Buenos Aires. Me sentía una esponja, absorbiendo todo lo que se podía. Y de cada uno tomando cosas muy particulares, o al menos intentándolo, el don de comunicación de Rattle, la serenidad de Haitink, la fantástica técnica de ensayo de Fischer, y así podría enumerar un sinfín de cosas, que aún siguen vibrando dentro mío con el asombro y la admiración de un niño.
—El año pasado, su concierto en China fue elegido evento del año y transmitido en vivo a todo el mundo. ¿Cómo resultó esa experiencia?
—La experiencia china fue, en muchos sentidos, reveladora. Porque es un país que ha crecido enormemente en los últimos años y han decidido invertir mucho en infraestructura y cultura. Las salas y teatros tienen que llenarse ahora con eventos que estén a la altura. Y la realidad es que la falta de tradición es muy grande, están hambrientos de arte y gracias a una disciplina ancestral en el estudio, debo decir que aprenden muy rápido. Así como en Sudamérica veo que hay muchas ganas de crecer y hay muchos puentes por construir. Me invitaron nuevamente en 2017, veremos si se puede concretar.
—Pese a su juventud, ha dirigido orquestas y ensambles de primer nivel. ¿Qué mensaje dejaría para los jóvenes que desean iniciar un camino dentro de esta actividad?
—Perder el miedo. Ése es mi consejo, animarse a buscar más allá, inspirarse en la música que hay entre las notas para despegar y entrenar las alas. No quiero sonar naïf, el camino es duro y uno deja muchas cosas de lado, amigos, familia, tiempo. El sacrificio vale la pena. Y por supuesto aconsejo venir al concierto del viernes.
El solista
Programa