Miguel González analizó la situación de los hospitales

Tras los hechos de violencia en el Cullen, el ministro de Salud defendió el protocolo

Rescató la presencia del destacamento policial en el Cullen y las medidas de seguridad. Estimó que el hospital Vera Candioti reabrirá en 20 días y aseguró que todos los pacientes están siendo atendidos por los mismos profesionales.

 

De la Redacción de El Litoral

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Tras la electrocución de un estudiante de kinesiología en el hospital Vera Candioti, la trompada que recibió un traumatólogo del Cullen, la amenaza con una supuesta arma de fuego hacia un enfermero del mismo hospital y el robo en la sala de médicos del Provincial de Rosario, el ministro de Salud de la Provincia, Miguel González, brindó su mirada sobre los protocolos de seguridad, la presencia policial en los nosocomios y la reapertura del Vera Candioti.

—¿Qué lectura hace de las situaciones de violencia que se vivieron en los hospitales Cullen y Provincial de Rosario?

—En primer lugar, no es lo mismo una situación de violencia que un hecho de inseguridad. Lo que pasó en el hospital Provincial fue un robo en un área de descanso de los médicos de guardia. Ya se habían tomado medidas -había lockers para guardar las pertenencias y las habitaciones contaban con llave-, que se fueron relajando. Estamos viendo de qué manera se pueden simplificar estas medidas, por ejemplo con algún tipo de cierre electrónico o con código para facilitar el resguardo de los bienes. Desde hace un tiempo, en el Provincial, hay un trabajo conjunto entre el personal de seguridad privada y la policía, por lo que cuando aparece un hecho que podría ser violento, se activan las alertas y no hemos tenido grandes dificultades.

—¿Y en el Cullen?

—Es muy previsible la situación: una persona tiene una reacción violenta e inadecuada porque recibe una información con la que no está de acuerdo; no comparte la decisión médica de haber postergado unas horas una intervención quirúrgica programada, debido a que el quirófano está en primer lugar para las emergencias. Es un hecho de violencia absolutamente repudiable y respaldamos a nuestro personal porque entendemos que esta información está dentro del marco de posibilidades del trabajo en un hospital de emergencias. Esta persona que reaccionó de manera inadecuada está identificada, se hizo la denuncia y se la derivó a otro hospital para que lo intervengan por el deterioro evidente que sufrió la relación médico-paciente.

—¿Y la otra situación en la que un paciente amenazó a un enfermero con una supuesta arma de fuego?

—En este caso, el protocolo de seguridad se activó y funcionó. Se intervino rápidamente y la persona fue reducida. La presencia del destacamento en el lugar y de ciertas formas de aviso ante un episodio como ése, hicieron que el protocolo funcionara.

—¿Están conformes con el protocolo del Cullen?

—Desde la aplicación del protocolo de seguridad, que implica el cierre de la puerta después de cierto horario, el aviso de incidentes potencialmente violentos y las medidas de restricción de circulación, se ha mejorado notablemente y no hemos tenido hechos de desborde. El protocolo debe ser revisado ante cada situación para ver si funciona o no; en este caso funcionó. No se puede prever esta reacción en el marco de la atención cuando se le está dando una información menor. Distinto es el tema de cómo se comunican las malas noticias, cuestión que está siendo trabajada porque muchas veces los episodios de violencia tienen que ver con cómo se comunican las malas noticias.

—Desde Amra, propusieron que se requise a las personas que ingresan al Cullen. ¿Están de acuerdo?

—En la circulación diaria de quienes van a los diferentes servicios, la revisión uno por uno no creo que sea viable. Respecto de la circulación restringida, hoy las personas que ingresan posteriormente al horario de visita para cuidar a un paciente, están identificadas y sólo se permite un acompañante por persona.

—¿Qué evaluación hacen de la presencia del destacamento en el Cullen?

—Mejoró muchísimo el vínculo y la cercanía ante cualquier problema. Hay visiones críticas sobre si es razonable o no contar con un destacamento policial dentro de un hospital. Para el perfil de este hospital y por situaciones anteriores, rescatamos como positiva la presencia cercana del destacamento. Contar con personal policial que conoce y entiende la lógica del funcionamiento del hospital ayuda a solucionar los problemas.

—¿Cómo está la situación en el Vera Candioti?

—Estimo que reabrirá en 20 días. Todos los pacientes están siendo atendidos por los mismos profesionales.

—A raíz de lo sucedido allí, ¿pensaron en evaluar el resto de los hospitales?

—Es algo en lo que ya venimos trabajando junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para categorizar cuál es el nivel de seguridad -tanto interna como del entorno- que tiene cada uno de los hospitales. En una primera etapa, se analizaron los grandes hospitales, con ayuda de Protección Civil, y muy pronto se conocerán los resultados. Se trabaja para que el hospital, en el peor momento, esté en condiciones de dar respuesta y no colapsar.