Niños y actividad física: la importancia de hacer los controles preventivos

Niños y actividad física: la importancia de hacer los controles preventivos

El ejercicio y los deportes son sinónimos de bienestar y están especialmente indicados para los más chicos. Los profesionales de la salud recomiendan que antes de comenzar se realicen controles de salud.

Por la Dra. Claudia Mudryk.

 

Es bien conocido el beneficio de la actividad física para mejorar las funciones cardiorespiratorias, musculares y la salud ósea en todas las edades.

La Organización Mundial de la Salud recomienda actividad física para todos los niños sanos, salvo que presenten alguna contraindicación médica. Esta actividad debería ser de al menos de 60 minutos diarios, con una intensidad moderada a vigorosa, pudiendo realizarse en dos sesiones de 30 minutos cada una con los mismos resultados.

BENEFICIOS

En niños y adolescentes la actividad física debe ser en su mayor parte aeróbica. El ejercicio adecuado permite que los jóvenes desarrollen un corazón y pulmones sanos, fortalece los músculos, huesos y articulaciones, ayuda a mantener un peso adecuado y a lograr una mejor coordinación y control de los movimientos.

También es reconocido el efecto beneficioso sobre el aspecto psicológico, de bienestar y el desarrollo social en estas edades.

CONSTANCIA DE APTITUD FÍSICA

Es fundamental que los niños y jóvenes que realicen una actividad física sean examinados por un médico para observar su estado de salud. Este examen permitirá detectar anomalías cardiovasculares, si las hubiera, que puedan constituir un riesgo para la vida o de enfermedad para el paciente. Asimismo se considerará el impacto que esta demanda de esfuerzo pudiera tener sobre el niño.

Según la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la constancia de aptitud física se otorgará luego de un interrogatorio detallado de los antecedentes del paciente y un examen físico exhaustivo que contempla el control de la tensión arterial.

Con respecto a la necesidad de realizar un electrocardiograma, hay controversias sobre su indicación. La SAP aconseja que los niños sanos, sin antecedentes familiares ni personales patológicos, y sin intercurrencias con afectación cardiovascular no requieren un electrocardiograma para la realización de actividad física.

En la adolescencia se recomienda hacer este estudio si el paciente no tiene uno previo con resultado normal, junto con el interrogatorio y examen físico. Los estudios de mayor complejidad, como ecocardiograma y ergometría se pueden indicar en casos específicos.