El retorno que Colón y el entrerriano soñaban...

El “Sungui”, un Blanco en el Negro

Volvió con un gol después de haberse convertido en un trotamundos. Admite que no aprendió a hablar ningún idioma y que “lo que más importa es ganar, si es con un gol mío mejor, pero la gente quiere ganar como sea”. Y habló de Madelón y Unión.

Enrique Cruz (h)

“¿Por qué lo de Sungui...?, por mi hermana más grande... Creo que era un dibujito animado, cuando yo era chiquito y vivíamos en Santa Elena”, cuenta Ismael Blanco, quizás contestando una vez más el porqué de su apodo. Y la verdad es que desde aquel ya lejano 2002 en el que irrumpió en la primera de Colón y se convirtió en un jugador querido por la gente más allá de que había grandes delanteros en ese entonces y no siempre jugaba de titular, el “Sungui” inició un derrotero que lo llevó a convertise en un trotamundos. Jugó en Grecia, México, Polonia, Alemania, Paraguay y Ecuador, además de haberlo hecho varios años en Colón, uno en Olimpo y un par de temporadas en Lanús, dejando siempre buenos recuerdos (en Olimpo convirtió 33 goles en 62 partidos y fue gran figura del equipo que consiguió el ascenso a Primera y la permanencia).

—¿Aprendiste algún idioma después de tanto andar?

—No... ¡Si de casualidad sé hablar castellano!... Hablando en serio, siempre fui medio vago con este tema. Por suerte la tengo a mi hija mayor, que ahora tiene 13 años y se hizo un poco la “traductora” nuestra, porque ella aprendió a hablar inglés. De todos modos, tanto en Grecia como en Alemania y Polonia teníamos traductor.

—¿Fue la nieve el lugar más raro en el que te tocó jugar?

—Me chocó un poco entrenar en la nieve, me temblaba todo, pero fue una linda experiencia. Pero la altura es peor. La verdad es que pasé por todos los climas.

—¿Así que es peor jugar en la altura?

—Lo que aprendí es que los primeros minutos son fatales porque no se puede avanzar, parece que estás haciendo fútbol reducido, pensás que vas para adelante pero estás en el mismo lugar, es increíble. Y otra cosa es que me dí cuenta de que a la pelota hay que atacarla, si la dejás pasar se te va porque parece que está a un paso y no la alcanzás.

—¿Cómo es que hay que atacarla?

—Hay que ir a buscarla, interceptarla, si la dejás pasar no la agarrás más. Había un equipo que tenía un delantero que se ubicaba bien ariba, en el área de enfrente, porque el arquero sacaba rápido el saque de arco. Entonces, ese delantero iba bien arriba para aprovechar ese saque largo en la altura.

—Algo parecido hizo Argentina con Barcos, cuando jugamos en Eliminatorias ante Bolivia. Barcos iba detrás de los centrales en los saques de arco y Romero le pegaba bien lejos...

—Yo jugué en el llano, pero en la altura son todos Beckham, le pegan de una manera extraordinaria. Eso sí, cuando van al llano, no llegan al arco, la pelota pica veinte veces antes de llegar al arco rival.

—Vayamos al partido en Mar del Plata, jugaste bien...

—No sé si jugué bien, le metí ganas... El fútbol argentino es rapidísimo, siempre hay dos o tres que te marcan, se corre más que la pelota. Al que le gusta el fútbol de toqueteo, hay pocos equipos que lo hacen. A la mayoría no le importa si se toca bien y mucho, importa ganar. Y a la gente también le interesa ganar.

—Poblete dijo después del partido que la jugada de tu gol es algo que se entrena...

—Es cierto, se entrena, a veces se da y a veces no. La idea que nos da Montero es ésa, la de sorprender con un pelotazo a las espaldas de los centrales. No sólo hicimos la del gol, hubo otra en la que me cobraron posición adelantada y fue parecida. Si los volantes se meten atrás de los volantes centrales, pueden quedar mano a mano, porque los centrales están con los delanteros y no se fijan en los volantes que llegan. Siempre le digo a los volantes que busquen las espaldas de los mediocampistas contrarios y piquen.

—¿Cuánto de importancia tuvo para vos el hecho de marcar un gol?

—A mí lo que me importa es ganar, no me detengo a pensar si es con un gol mío o no. Sabemos que estamos abajo y que hay que sumar de a tres. Por eso queremos ganarle a Banfield, para dejar de pensar en el descenso rápidamente.

—Hablando de la llegada por sorpresa de los volantes, lo que tendrían que aprovechar es la cantidad de pelotas que podés “peinar”...

—Es que a veces viene tan alta que no se puede bajar, por eso la peino. Gané bastante, perdí algunas también, pero si los volantes pican, vamos a hacer algún gol así. Ellos saben que yo la voy a pelear siempre.

—¿Qué fue lo bueno y lo malo del equipo?

—Los primeros 20 fueron buenos, entramos a presionar, agarramos la pelota y no jugamos a esperar, algo que de visitante puede pasar si el rival y la gente te van metiendo atrás. Sabíamos que era un partido de seis puntos, salimos bien y metimos el gol. Ellos jugaron muchos pelotazos y sin darte cuenta te van metiendo en el área. Pero defendimos bien y lo resolvimos.

—En eso que marcás de lo mucho que se presiona en el fútbol argentino, ¿qué considerás que es fundamental?

—La segunda pelota... Siempre un rechazo te puede permitir que recibas relativamente solo y puedas convertir si estás en posición de gol o generar algo positivo.

—¿Sentís que la gente está expectante con este regreso?

—No creo que conmigo en especial, sino con todos. En mi caso, sentí el apoyo de la gente, es positiva y siempre me trató bien el hincha de Colón.

—¿Qué compañero te sorprendió?

—Salvo los más grandes, el resto es muy joven y a muchos no los tenía bien vistos. De a poco los voy conociendo, hay buenos jugadores surgidos de las inferiores y eso me gusta. Hay buen material... ¿Poblete y Conti están para la venta no?... Es bueno para el club que estén jugando como juegan y que eso le permita un buen ingreso en el futuro.

—¿Qué pensás de este esquema con un solo delantero de punta?

—He jugado con uno o dos delanteros, el tema es que nos entendamos. No me preocupa mucho el tema de los esquemas, siempre que haya entendimiento.

—¿Te sentiste solo en algún momento?

—Depende de las jugadas. Cuando ellos atacaban y la rechazaban, estaba solo porque mis compañeros defendían y era lógico. La idea es juntarnos y que eso no pase. Pero me sentí bien.

—Montero siempre habló de que el equipo estaba a cuatro puntos del descenso y que no había que perder de vista eso. ¿Tiene influencia en la estrategia y el rendimiento este pensamiento?

—El cuerpo técnico quiere que juguemos lo mejor posible, volcar lo que entrenamos en la semana y ganar. La gente también quiere ganar y yo quiero ganar. Después, corregir errores en la semana y no cometerlos el domingo. Pero el resultado es el que manda.

—Y marcar goles...

—No me fijo en eso, trato de hacer lo mejor en el equipo que estoy. Si llegan, bienvenidos sean porque sé que es mi principal misión en la cancha.

—Madelón no batió parches pero se sabe que te habló...

—Con Madelón tuvimos un gran paso por Olimpo...

—¿Te hizo pensar?

—¡No!

—¿Para nada?

—Para nada...

—¿Y si Unión era la única posibilidad que tenías para volver a la Argentina?

—No volvía o no jugaba. En Unión no voy a jugar. Yo sé que hay jugadores que han pasado por los dos clubes y no soy quién para discutirlos, pero conmigo eso no pasó ni va a pasar.

—Aunque sea tu única chance de jugar...

—Ni así lo haría...

Repudio, renuncia y disculpas

Tras pedir disculpas y poner su renuncia a disposición de la dirigencia de Gimnasia, el entrenador Gustavo Alfaro, repudiado por sus jefes hasta hace unas horas por unas declaraciones recientes, fue confirmado en su cargo al frente del plantel profesional.

“Si el presidente y la comisión directiva en general se sintieron dañados por lo que dije pido disculpas. Por eso siento el compromiso moral de que si soy un obstáculo para Gimnasia pongo mi cargo a disposición de la comisión directiva”, dijo Alfaro en una conferencia de prensa.

Horas antes, sobre la medianoche del miércoles, la comisión directiva emitió un comunicado en el que manifestaba por unanimidad el “repudio” a las declaraciones del entrenador.

Alfaro había dicho en un reportaje radial que si Maximiliano Meza era vendido a Independiente el presidente Daniel Onofri “no va a poder caminar por La Plata”. En la conferencia, Alfaro aseguró que eso mismo que dijo en la nota por Radio Continental días atrás se lo había dicho a Onofri personalmente: “te van a putear”, aseguró el entrenador que le avisó al presidente.

Luego de la conferencia, Onofri aseguró que Alfaro es “una gran persona y un caballero. Ha pedido disculpas y haber puesto la renuncia a disposición lo enaltece pero bajo ningún punto de vista vamos a aceptar su renuncia sino todo lo contrario, esperemos que el proceso que se inició hace unos meses tenga un final feliz”, sostuvo Onofri.

Ismael Blanco se rió mucho en “Café con Fútbol” y contó varias anécdotas después de tanto andar por el mundo. Pasaron 14 años desde aquella aparición en la primera de Colón, cuando apenas tenía 19 años.

Foto: Manuel Fabatía

Hoy se hace o no se hace

Diego Mayora tiene muchas ganas de venir a jugar a Colón y el deseo es recíproco, al punto tal que José Vignatti viajó a Perú y hoy le dará un corte definitivo, por sí o por no.

La traba más importante, al margen de que aparecieron varios interesados (en Perú, Real Garcilaso y en México y en Europa algunos otros clubes), es que el jugador debería permanecer en Unión Comercio de Perú hasta el 1º de diciembre y Colón lo quiere en forma iniminente.

“El presidente está en Lima y por lo que me dijo, hoy lo define por sí o por no”, confió Patricio Fleming, vice sabalero, a El Litoral.

En cuanto al equipo que jugará el sábado en cancha de Banfield ante el Taladro, será el mismo que le ganó a Aldosivi. Es decir que irá con Broun; Ceballos, Conti, Ortiz y Clemente Rodríguez; Bastía y Poblete; Bernardi, Ledesma y Torres; Blanco.

“La posibilidad de ir a Unión jamás la consideré, no me movió la estantería para nada y no lo haría por más que sea la última chance de jugar”.

Ismael Blanco

Delantero de Colón