JÓVENES Y PADRES FRENTE AL CONSUMO EN UN INFORME DE LA UCA

Acceso o negación: dos formas de percibir las adicciones según la edad

  • Uso de sustancias equiparado con el alcohol y éste como parte inseparable de la vida social, y la marihuana considerada menos nociva que el tabaco. Son algunas conclusiones que se presentarán el viernes en la ciudad, sobre datos del Gran Santa Fe y Gran Rosario.
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Dra. Solange Rodríguez Espínola,

 

Nancy Balza

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Durante septiembre y octubre del año pasado y a pedido del entonces gobernador de la provincia, Antonio Bonfatti, el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina desarrolló una encuesta sobre 100 padres y 400 adolescentes y jóvenes del Gran Santa Fe y Gran Rosario para conocer el estado de situación sobre el consumo de sustancias psicoactivas, factores de riesgo y protección. Ese es, precisamente, el nombre del informe que vendrá a presentar la Dra. Solange Rodríguez Espínola, del Barómetro del Narcotráfico y las Adicciones, al III Congreso Internacional de Familia que organiza para mañana y el sábado la Universidad Católica de Santa Fe. El tema del encuentro es, precisamente, “La familia frente a las adicciones”.

En diálogo con El Litoral, la experta anticipó algunas conclusiones del trabajo que ya está en manos de las autoridades provinciales.

—¿Cuál es el diagnóstico que va a traer a este congreso?

—Vamos a presentar datos que relevamos a nivel nacional sobre las adicciones severas en el hogar y específicamente el consumo de sustancias en jóvenes de Santa Fe y Rosario con respecto a lo que dicen consumir y la situación propia del abuso de sustancias, así como el conocimiento y la opinión que tienen los padres sobre el consumo.

—¿Es muy diferente lo que dicen los chicos con respecto a lo que sus padres saben?

—Esto es lo que ha resultado: que muchas veces hay un salto cualitativo, sobre todo con respecto a la información que los padres creen o tienen de sus hijos, adolescentes en especial, con respecto al consumo de determinadas sustancias. Una mirada que tiene un trasfondo social y generacional que va cambiando.

—¿Qué resultados encontraron cuando analizaron estos datos?

—Lo que podemos ver es que en Santa Fe, en comparación con otras regiones, se posiciona el consumo de sustancias casi en igual manera que el alcohol, cuando en otras regiones, el alcoholismo es predominante. También analizamos la repercusión que tiene el consumo de sustancias en el grupo familiar. Esto, en interacción con la percepción de bienestar, la percepción del estado de salud deficitario y con las características cognitivas y sociales referidas a pertenecer a una familia donde hay problemas de adicciones.

—¿Evaluaron si hay suficientes espacios adonde pueden recurrir las personas que están atravesando por una adicción?

—Se evaluó la accesibilidad, el conocimiento de lugares de atención o adónde recurrir en casos de necesidad. Donde además, a nivel nacional, hay una gran carencia de lugares de asistencia para los chicos con problemas de adicciones y ausencia de estrategias o políticas de prevención. También es cierto que se asocian las adicciones con otras patologías, como trastornos de la personalidad, del estado de ánimo y psicopatías, y suelen ser atendidas desde esa perspectiva.

—¿Qué factores de riesgo identifican?

—Hemos observado factores asociados a la educación, a la familia, a la influencia social y de los pares como también a condiciones socio-residenciales y económicas. Entendemos que puede haber un sub-registro de información por una cuestión que tiene que ver con la discriminación y estigmatización de la persona que consume. Eso también es un trabajo social que hay que tener en cuenta en las políticas públicas. Y por otro lado, lo que tiene que ver con factores que refieren a la accesibilidad, al consumo, la venta de sustancias a nivel cercano donde viven y estudian.

—¿En qué cambió la situación desde que el Observatorio comenzó a medir aspectos referidos al consumo de sustancias y el narcotráfico en 2010?

—El tipo de sustancias que se consumen fue cambiando; hay una mirada respecto de algunas sustancias que se han posicionado como normales o como una práctica no nociva: la marihuana es considerada como de uso habitual y no nociva incluso comparada con el tabaco que, luego de las campañas que se han hecho, desde la mirada de los adolescentes se percibe como sumamente dañino.

—¿Y el alcohol?

—Es otro componente social importante porque, a nivel general, la mirada es que el alcohol es parte de la vida social, sobre todo en situaciones de eventos, fiestas y reuniones. El tema es lo que podríamos llamar la conducta alcohólica o la conducta de conocimiento de cuánto puedo tomar y cómo debo tomar. Y en los adolescentes este registro no se tiene. Incluso está visto que cuanto más se toma es más divertido: no hay fiesta sin alcohol. Pero el alcoholismo es otro perfil de análisis, de propuestas y de trabajo. Sobre todo, porque existen leyes que prohíben la venta o consumo de alcohol en menores de edad, si bien no se están implementando como deberían.

—Además del diagnóstico, ¿se van a presentar propuestas?

—La función del Observatorio es que a partir de los informes, las instituciones, organizaciones y el Estado tomen estos datos para intervenir en políticas para la reducción o el cambio frente a determinadas situaciones que constituyen una demanda social.

Perfil

PERFIL

Solange Rodríguez Espínola es Dra. en Psicología, investigadora del Observatorio de la Deuda Social Argentina y especialista en temas de salud, recursos psicosociales y adicciones; docente de grado y posgrado, y profesora invitada en universidades del país y el exterior; miembro de la Sociedad Interamericana de Psicología; integrante de la Mesa de Diálogo sobre Narcotráfico y Adicciones y asesora técnica para informes realizados para distintos organismos nacionales, además de autora de artículos científicos, presentaciones en congresos, capítulos de libros y libros.

2 %

de los padres

piensa que sus hijos consumen drogas frecuentemente. La marihuana es la droga más asociada con el consumo de los hijos.

27 %

de los jóvenes

manifestó haber consumido alguna droga alguna vez en la vida.

7

de cada 10

jóvenes consideran que les sería fácil conseguir marihuana si quisieran.

6

de cada 10

tienen amigos que consumen marihuana y 3 de cada 10, que consumen cocaína.