Barrio Las Mercedes

Recreo: nuevos vecinos se quejan por malos olores de una fábrica

  • Se trata de una zona que incrementó su población durante la última década por los créditos Procrear. Los pobladores temen por su salud y toman agua envasada. Pero tanto la industria como el municipio aseguran que no existe peligro de contaminación. Ahora investiga Medio Ambiente provincial.
2_A_IMG_8206.jpg

Insuga. La planta industrial se encuentra en proceso de remodelación y los vecinos cuestionan la habilitación otorgada por el Concejo Municipal recreíno.

Foto: Pablo Aguirre.

 

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

Los vecinos de barrio Las Mercedes, ubicado al suroeste de la ciudad de Recreo, están preocupados por los olores nauseabundos que emanan de una fábrica.

Se trata de unas 350 familias —muchas de ellas beneficiarias del plan Procrear— que en su mayoría durante la última década se mudaron al barrio situado detrás de las instalaciones del ex Liceo Militar Gral. Belgrano, delimitado por la Ruta Nacional 11 al este, los reservorios contra la Circunvalación Oeste, la Ruta Provincial 70 al norte y calle Tierra del Fuego al sur.

En el límite norte de ese barrio, sobre la Ruta 70 a la altura del km. 2, funciona desde la época en que la zona era totalmente rural, la planta de Insuga, una fábrica de subproductos ganaderos fundada en 1962, dedicada a la producción de grasas bovinas refinadas y harinas de carne y huesos. De allí salen los malos olores.

Por ese motivo fue que al poco tiempo de habitar el barrio, los vecinos le pidieron a la Municipalidad de Recreo que controle los efluentes que emana la planta, sobre todo el humo y mal olor que se siente por las calles del barrio, como también los líquidos “que salen de la planta por los zanjones a cielo abierto y terminan en el Reservorio de la Casabomba 7, que vierte su contenido al río Salado”, explicó el secretario de la vecinal Las Mercedes, Diego Monzón.

Los vecinos no encontraron la respuesta esperada, ya que el Concejo Municipal de Recreo sancionó en marzo una norma de excepción al reglamento de zonificación de la ciudad que habilita a Insuga a realizar nuevas obras en su planta, pese a que la ordenanza de zonificación sancionada en 2012 considera al barrio como “residencial”. Es que la planta industrial funciona desde mucho tiempo antes de que se habite el lugar, como ocurre con otras industrias que con el crecimiento poblacional, quedaron adentro de la ciudad de Recreo.

“Queremos que la empresa ajuste sus procedimientos de producción a las normas para mantener un ambiente sano”, dijo el vecinalista. “Antes de ampliar la planta queremos que construyan las piletas de decantación y filtrado para devolverla a su estado natural y que no contaminen más el aire con humos”.

Para los denunciantes “la empresa actualmente contamina, y de llevar a cabo la ampliación de la planta va a contaminar aún más”, sostuvo Monzón. “Vecinos del barrio han hecho analizar el agua de napa (no tienen agua de red), y los resultados arrojaron que el agua contiene metales cinco veces más de lo que debería, y un alto grado y diversidad de bacterias nocivas para la salud. No atribuimos ello a la planta, pero pensamos que puede ser, por eso pedimos la intervención de Medio Ambiente de la provincia”, explicó, y finalizó: “No hemos tenido caso de enfermedades, pero el 99 por ciento de los vecinos consume agua envasada”.

Respuesta municipal

El secretario de Planeamiento Municipal, Leonardo Ríos, fue el designado para atender las consultas de El Litoral y dijo: “Hay que aclarar que el barrio no fue aprobado por el municipio, viene impuesto por el gobierno nacional desde 1976, en la época de los militares. Recreo era una comuna y no existía la legislación actual para

 

aprobar un loteo”. Luego continuó su explicación: “Hoy, para aprobar un loteo se necesita una habilitación previa municipal y debe ajustarse a la ordenanza de zonificación” (2056/12).

“Lo que se hizo en la actualidad fue la aprobación de otra ordenanza (582/2016) para darle una categorización específica debido a que es una industria preexistente”, argumentó Ríos. Esto es porque la regulación vigente designa a la zona en cuestión como “residencial” (R4 Residencial baja). Entonces, la ordenanza —que fue enviada por el Ejecutivo y aprobada por unanimidad— es una excepción a la norma de zonificación que limita la actividad de industrias en zonas urbanas.

“Hay que dejar aclarado que la obra edilicia va a evitar que se generen emisiones, no habrá efluentes, ruidos, ni gases”, justificó el funcionario.

“Desde Medio Ambiente hemos pedido que Insuga presente el Informe de Cumplimiento y el Plan de Gestión Ambiental. La empresa los presentó en el municipio y en Medio Ambiente provincial. Al día de la fecha la empresa viene cumpliendo su plan de gestión, por lo tanto tendremos un mejoramiento ambiental”, dijo el encargado de Planeamiento, quien admitió la existencia de “un problema de olores generado en la planta de cocción. Hay nuevas tecnologías que minimizarán ese impacto”.

Por último, el funcionario recreíno dijo que “empresas como Insuga evitan problemas medioambientales mayores, porque tratan los desechos de las industrias frigoríficas, que sino serían volcados sin tratamiento” .

A la provincia

Los vecinos no se quedaron con la respuesta del municipio y denunciaron el caso ante el Ministerio de Medio Ambiente provincial (expediente 02101-0016189-3). En la presentación realizada por la vecinal Las Mercedes, el 5 de septiembre pasado —firmada por su presidente, Oscar Morilla, y su secretario, Diego Monzón—, se afirma que “Insuga contamina el ambiente y no cumple con las normas nacionales y provinciales en la materia”. Y agrega que “por encontrarse en pleno proceso de ampliación (...) contaminará aún más el ambiente en breve tiempo”.

Para los vecinos, la industria en cuestión “realiza sus actividades sin control alguno, arroja sus residuos líquidos a la vera de su establecimiento en zanjas a cielo abierto sin ningún tipo de tratamiento y produce una constante emisión de gases producto de la quema/cocción de materia prima en sus calderas, los que pueden observarse fácilmente y a simple vista con sólo mirar las chimeneas del establecimiento”, consta en la denuncia.

La presentación ante Medio Ambiente agrega que “durante el proceso de producción, las chimeneas de la fábrica emanan humo con un olor que es realmente nauseabundo y vomitivo, el mismo invade nuestros hogares y torna prácticamente imposible la permanencia fuera de nuestras viviendas, a las que debemos cerrar herméticamente para no respirar las putrefactas emisiones de la fábrica”.

La respuesta de la firma

Por su parte, desde Insuga se mostraron sorprendidos ante la denuncia de los vecinos, negaron cualquier tipo de contaminación y los convocaron a que visiten la planta para verificar su estado y dialogar con sus propietarios. Fue el presidente de la industria, Fabián Ardeti, quien atendió a El Litoral en la planta, acompañado del responsable de Medio Ambiente de la firma, Diego Vallejo, y por un asesor externo especialista en la materia, Rubén Formichelli.

“Hemos convivido con la comunidad de Recreo más de 50 años sin ningún tipo de problemas y su gente se siente identificada con ‘La Insuga’, como la llaman. Acá hay generaciones de hijos y nietos de trabajadores de Recreo” (70 empleados), comenzó explicando Ardeti. “Tenemos los tratamientos de efluentes pertinentes, es una empresa que no contamina, no tenemos metales pesados, ni fertilizantes, ni es una curtiembre o fábrica de pintura; es una fábrica de productos alimenticios”, dijo, y agregó luego que “los efluentes líquidos están perfectamente controlados por la Secretaría de Medio Ambiente”.

En cuanto a las reformas edilicias, Ardeti explicó que se trata de “una adecuación de la refinería a las normas de Senasa. Es un galpón blanco que no va a largar gamezán, ni metales pesados, ni va a matar gente”, graficó el empresario con la intensión de ser elocuente.

“El barrio Las Mercedes no tiene la historia en Recreo, hay mucha gente que vino de Santa Fe, que no está identificada con nosotros, pero lo vamos a lograr, porque tenemos que convivir, así que los invitamos a que vengan a dialogar, que conozcan los proyectos de la empresa y vean que no hay ningún peligro”, sostuvo Ardeti, y mencionó luego a modo de ejemplo: “Hay miles de casos de empresas que están pegadas a viviendas, empresas santafesinas en Marcial Candioti y Alem, y no hay ningún problema”.

En cuanto a los controles específicos del tratamiento de efluentes, el asesor externo Formichelli dijo que hicieron “un estudio ambiental con un cronograma de obra”, y explicó: “El tratamiento de efluentes se realiza con tecnología, con un barredor de grasa que optimiza el proceso que realiza la pileta decantadora. Estamos construyendo humedales artificiales para la parte final del tratamiento de efluentes. Son piletones que generan oxígeno y algas, y el agua sale en óptimas condiciones para ser reutilizada”.

Por último, El Litoral consultó a Ardeti si la empresa estaría en condiciones de mudarse al futuro parque industrial que el municipio de Recreo tiene proyectado al norte de la ciudad, a lo que el empresario respondió: “Obviamente que nos mudaríamos a un parque industrial, ya sea al de Sauce Viejo o al futuro parque de Recreo. Pero a un parque que ofrezca una serie de beneficios que ameriten una inversión millonaria, como ser el tratamiento de efluentes, seguridad, tarifas diferenciales de energía y un crédito para trasladar la planta; no sólo un terreno con un alambrado olímpico”. Y finalizó: “Insisto, que los vecinos vengan a dialogar para que las denuncias no lleguen a través de El Litoral; estamos abiertos a hablar, no tengan miedo, porque no contamina. Damos trabajo y vamos a seguir progresando”.

Ahora será el Ministerio de Medio Ambiente provincial el que determine si la denuncia de los vecinos de Las Mercedes tiene fundamentos o si es desechada. El expediente sigue su curso y por estas horas es analizado por la Subsecretaría Legal y Técnica de dicha repartición.

2_B_IMG_8183.jpg

Zanja a cielo abierto. La industria vuelca los líquidos efluentes tratados a la zanja que termina en el reservorio 7 y luego son bombeados al río Salado, pero los vecinos quieren garantías de que no contaminan. Foto: Pablo Aguirre.