Cifras alarmantes

Nuestra infancia con derechos postergados

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En el año 2015 el 49,9% de la infancia y adolescencia urbana en la Argentina vivía en un medio de vida insalubre, tanto por problemas de contaminación ambiental como a consecuencia de la cercanía de fábricas y/o basurales. Foto: Mauricio Garín

 

Por Susana Elena Dalle Mura*

Los días 20 de noviembre de 1959 y 1989 respectivamente, se sancionaron en Nueva York, en el seno de las Naciones Unidas, una Declaración y una Convención Internacional de los Derechos del Niño, dando origen al Día Internacional del Niño. La mencionada convención integra los tratados incorporados en nuestro país con rango de derecho constitucional desde la reforma de 1994 (art. 75, inc.22). Es oportuno recordar que las normas per se no transforman la realidad y que recientemente un estudio del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, reveló que uno de cada cinco niños de nuestro país padece problemas de nutrición. Lo dramático es que es un país capaz de alimentar a cuatrocientos millones de personas. La pobreza infantil en la Argentina en los últimos cinco años creció. Se estima que uno de cada cuatro niños vive en hogares con necesidades básicas insatisfechas. Uno de cada cinco niños argentinos padece problemas de nutrición diaria.

Estas son las alarmas de un exhaustivo informe de la UCA sobre la niñez y la adolescencia, publicado en el mes de septiembre de este año. El estudio se denominó “Infancias con derechos postergados” y fue realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (UCA); la franja etaria estudiada va de los 0 a los 18 años y el período se extiende entre 2010 y 2015, en coincidencia con el aniversario del Bicentenario de la Nación. Recordemos que para el Derecho Internacional y Nacional se es niño y adolescente hasta los18 años de edad y de acuerdo con el nuevo Código Civil y Comercial unificado, a partir de ese momento se es mayor de edad. El análisis resaltó la realidad de la infancia en temas como: alimentación, salud, hábitat, subsistencia, crianza y socialización, información, educación y trabajo infantil.

Por ejemplo, la inseguridad alimentaria afectó en 2015 al 19,5% de la población y el 7,7% en niveles graves. “Las cifras dan cuenta de un porcentaje muy grande de niños que se encuentran en condición de vulnerabilidad. Para realizar la evaluación de las condiciones alimentarias, se realizó un test de 12 preguntas, de las cuales muchas indagan sobre las experiencias de hambre de los niños”. Uno de cada cuatro niños (26,6%) recibía en ese mismo año la cobertura alimentaria diaria directa exclusivamente en los comedores escolares. Uno de cada cinco estudiantes argentinos no recibe clases de música, plástica o educación física.

La propia UCA reconoció la dificultad a la hora de obtener datos confiables y certeros sobre los indicadores de pobreza en el país durante los últimos cinco años. Si bien en el lapso del último lustro algunos de los principales indicadores sobre la pobreza infantil descendieron, son todavía muy elevados en la Argentina. Se estima que en 2015, uno de cada cuatro niños (24,7%) pertenecía a hogares con las necesidades básicas insatisfechas (NBI). Con respecto a los derechos a la educación, salud e información, hay inequidades evidentes. Éstos deberían estar entre los principales temas de atención para las políticas públicas en nuestro país.

Existe una educación para príncipes y mendigos; con comedores escolares que representan la cobertura alimentaria diaria de uno de cada cuatro niños argentinos. Las 10 cifras más relevantes del informe son: 1) Un 42% de la infancia y adolescencia reside en viviendas con problemas de saneamiento (ausencia de cloacas, o de acceso a la red de agua potable, y/o no tiene inodoro con descarga de agua); 2) El 48% de los chicos/as en la Argentina urbana tienen como única opción para la atención de su salud el sistema público; 3) El 23% de los adolescentes se encuentra en situación de déficit educativo (no asiste o si lo hace es con sobre edad). El déficit es del 40% en el estrato social muy bajo y del 35% en villas o asentamientos urbanos; 4) En el año 2015 el 49,9% de la infancia y adolescencia urbana en la Argentina vivía en un medio de vida insalubre, tanto por problemas de contaminación ambiental como a consecuencia de la cercanía de fábricas y/o basurales, proximidad a lugares de quema de basura o existencia de plagas; 5) La situación de inseguridad alimentaria afectaba en 2015 al 19,5% de la infancia y adolescencia urbana y al 7,7% en niveles graves; 6) En 2015, la calidad de la construcción de la vivienda resultaba deficitaria para el 18,9% de la población de niños/as y adolescentes. La situación de hacinamiento afectaba al 18,5%; 7) El 12,8% de los chicos/as no festejaron su último cumpleaños, en el estrato social más bajo no lo hizo el 23% y en el medio alto, el 4,8%; 8) Se estima que el 25% de los estudiantes secundarios no tiene enseñanza de computación, y que el 12% carece de enseñanza de idioma extranjero; 9) El 12% de los chicos/as de 5 a 17 años trabajaba en actividades domésticas intensivas (4,3%) y/o en el mercado de trabajo (9,5%); 10) Se estima que en 2015, el 18,7% de los chicos/as compartía cama o colchón para dormir, y si bien dicha incidencia trepa al 30,5% en los hogares de estratos más bajos, también se presenta en el 10% de los chicos/as del estrato medio profesional o medio alto. En el país nacen 12 niños por hora de una madre adolescente. Además de los llamados ni-ni, es decir, los que ni estudian ni trabajan. Sólo el 50% de los adolescentes argentinos termina el nivel secundario, un nivel absolutamente deteriorado y de poco nivel de exigencia que no prepara ni para el trabajo ni para la universidad. En el nivel universitario sólo el 10% de los ingresantes logra egresar: en carreras duras (ingeniería) el porcentaje es aún menor y en derecho es por supuesto mayor. Ante la contundencia de las cifras de este informe se infiere la terrible postergación de los derechos de la infancia en la Argentina y nuestro futuro próximo y lejano está amenazado. Como diría el filósofo español, José Ortega y Gasset: “argentinos a las cosas...”

* Escritora. Autora de “Los derechos del niño globalizados. Historia de Flores” (2010).

Existe una educación para príncipes y mendigos; con comedores escolares que representan la cobertura alimentaria diaria de uno de cada cuatro niños argentinos.