Jorge Álvarez, ministro de Desarrollo Social

Pobreza: “Los datos no sorprenden pero no dejan de ser duros”

Copa de leche, raciones en comedores comunitarios y tarjeta de ciudadanía entre las modalidades de asistencia. El diagnóstico, entre lo estructural y lo coyuntural. La compleja situación del empleo informal y una crisis que golpea en todos los sectores sociales.

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Casi 500 mil raciones de copa de leche, más de 220 mil en comedores y 185 mil transferencias por tarjeta única de ciudadanía. Los números incrementados de asistencia en la provincia

Foto: Mauricio Garín

 

Nancy Balza

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El ministro de Desarrollo Social de la provincia, Jorge Álvarez, admitió que el dato difundido el miércoles por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), que ubica en un 32,2 % el nivel de pobreza en el país, no le sorprendió. “Teníamos los datos publicados por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina que son similares. Incluso estuve participando en la presentación que la UCA hizo a principios de septiembre sobre la situación de niños, niñas y adolescentes, donde los porcentajes de pobreza son muy elevados y son similares a los del organismo oficial, de alrededor del 50 por ciento”.

Claro que “no porque los datos sean similares dejan de ser duros”. En ese punto consideró como positivo que “se pone a discutir, en una agenda nacional y con datos oficiales, una realidad social que obliga a que nos involucremos todos. Hay respuestas que podemos dar desde el gobierno de la provincia y lo hacemos, no sólo desde Desarrollo Social sino en forma integral con Salud, Educación, Cultura, Hábitat y distintas áreas, y con los municipios y comunas. Porque no es solamente un problema de pobreza económica sino que el abordaje de la marginalidad debe ser integral”.

—En este contexto se plantean dos situaciones: una la alimentaria que es la urgente, y otra que se viene advirtiendo desde distintos sectores, también desde la Iglesia, sobre los empleos informales que sostenían a muchas familias y ahora desaparecieron.

—El trabajo de la Iglesia es realmente muy importante, tanto la católica como la evangélica. Nos hemos reunido con los obispos y también con el Consejo de Pastores por el programa Nueva Oportunidad donde hay una voluntad de sumarse a trabajar. Un proceso inflacionario, la eliminación de subsidios tal cual se dio y ahora en un nivel de recesión en determinadas áreas condenan al que menos tiene. Pero, además, hay un sector que no está habituado a tener una relación directa con el Estado: un sector informal que ve disminuida desde hace tiempo su vida laboral porque aquella tarea que estaba programada se deja para más adelante. Si se le suma la disminución de puestos de trabajo que ha reconocido el propio ministro a nivel nacional, empresas en situación de crisis, reducción de horas extra, se ve que a distintos niveles sociales la crisis golpea. Y cuanto menor es el ingreso, golpea mucho más.

—Hace menos de tres meses, el Ministerio planteó que se habían tenido que aumentar las partidas destinadas a asistencia social.

—Tenemos 700 convenios con municipios y comunas y hacemos un monitoreo permanente para ver la necesidad de actualizar los fondos en los lugares donde resulta necesario. Y, por supuesto, planteamos a nivel nacional la necesidad de que se refuercen los aportes para la provincia. Pero hay una realidad que ha crecido y estamos acompañando desde un nivel de inversión importante: en copa de leche son casi 500 mil raciones, en comedores son más de 220 mil y a eso hay que sumarle las transferencias por tarjeta única de ciudadanía que totalizan unas 185 mil, más otras modalidades de asistencia. Por parte del gobierno provincial, sea de Desarrollo Social, Educación u otras áreas, el aporte es importante, a lo que se suman las transferencias de la Nación a través del Pnud a más de 100 organizaciones. Entonces, el nivel de asistencia es importante. Por supuesto que siempre hay una mayor demanda y una realidad que varía día a día. La decisión del gobernador Miguel Lifschitz es invertir en lo social todo lo que sea necesario y esté a nuestro alcance.

—En su opinión, ¿cuánto del porcentaje de pobreza difundido por el Indec corresponde a la herencia del gobierno anterior y cuánto se fue gestando con las medidas de la administración actual?

—Para no dar una apreciación subjetiva, si uno analiza los datos que difundía la UCA, se hablaba de un 29 % a fines del año pasado, cifra que ascendió al 34 % en el primer trimestre de este año. Ésa es la realidad que uno ve a nivel provincial, en cuanto a la necesidad de la demanda en forma directa. Por supuesto que si se observa el nivel de ingresos y cómo afectó el bolsillo de la gente, los porcentajes son importantes. Pero como país tenemos un nivel de pobreza estructural con un piso alto y esto requiere otro tipo de acción.

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Jorge Alvarez, y “una realidad social que obliga a que nos involucremos todos”. Foto: Pablo Aguirre