Cómo sigue el trámite

Pidieron un embargo de 240 millones

  • Mañana Pablo Abdala será sometido a una audiencia imputativa. Se definirá también si los otros 10 acusados seguirán presos.
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Fiscal Sebastián Narvaja Foto: El Litoral

 

De la redacción de El Litoral

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Corresponsalía Rosario

La megacausa por estafas, fraude y lavado de dinero tendrá mañana un día crucial. Será sometido a una audiencia imputativa Pablo Abdala, quien volvió de Panamá el viernes pasado y quedó detenido junto con los otros 10 imputados que ya habían caído en los operativos que llevó adelante el fiscal Sebastián Narvaja, quien pidió durante las últimas horas que la jueza Mónica Lamperti dicte un embargo por 240 millones de pesos contra los acusados. Esa elevada suma impidió que los detenidos salgan bajo fianza. Ofrecieron sumas millonarias.

Según informaron a El Litoral fuentes judiciales, el fiscal va a plantear mañana la necesidad de que los acusados sigan presos una mujer está con prisión domiciliaria por dos razones: en libertad pueden entorpecer la investigación, sobre todo aquellos imputados que tienen un alto nivel económico, y también hay riesgo de fuga. La jueza tomará la decisión final en una audiencia que está previsto que comience a las 14.

Trompadas y escuchas

A horas de la reanudación de las audiencias imputativas que se iniciaron el viernes se produjeron incidentes entre los detenidos que están alojados en la subcomisaría 24º. “Se agarraron a trompadas”, contó una fuente policial, por lo que cuatro presos fueron trasladados a otro lugar.

En la megacausa que derivó en decenas de allanamientos el miércoles pasado están detenidos tres escribanos, dos contadores, un sindicalista y empresarios rosarinos, que fueron denunciados por diferentes víctimas de falsedad ideológica, estafa, falsificación de documentos públicos y estelionato.

El fiscal en la audiencia del viernes pasado habló de lavado de activos, incluso con bienes provenientes del narcotráfico, y le achacó vínculos con la banda de Los Monos a tres de los sindicados. También mencionó “apetencias hedonistas de los integrantes” de la organización delictiva.

El fin de semana se conocieron una serie de escuchas telefónicas que dan cuenta de las supuestas actividades ilícitas de este grupo, que según contó a El Litoral un empresario que estuvo vinculado al puerto de Rosario se reunían en el amenity de la Torre Aqualina allí viven dos de los presos. En uno de los edificios más caros de Rosario los imputados hacían una especie de peña para delinear los negocios espurios que tramaban.

Según publicó el diario El Ciudadano, en una de las intervenciones telefónicas se menciona el fraude con un campo de 124 hectáreas ubicado en Monte Flores, en la localidad de Villa Amelia, la que permitió conectar al eslabón superior, descrito por el fiscal Narvaja como el encargado del fronting, es decir el corredor de bolsa y operador inmobiliario Jorge Oneto.

Esa propiedad pertenece a la viuda del ex camarista penal Ernesto Navarro, quien detectó la venta apócrifa cuando le pidió a su hijo que revisara por la web los impuestos porque ya no le llegaban. A partir de la denuncia de la familia se empezó a desentrañar la trama de los sindicados estafadores no sólo para desligarse de la propiedad sino también para afrontar los gastos que les conllevó el frustrado golpe. Entre las pruebas están las conversaciones entre los compradores que le siguieron al sindicalista Maximiliano De Gaetano donde el empresario Leandro “Lelo” Pérez era el enlace.

El engranaje

El fiscal explicó que en este engranaje de fraude y estafas “cada una de las células se activaba de modo independiente: si se trataba de ejecutar maniobras de fraudes con propiedades, actuaban Juan Roberto Aymo, Ramona Rodríguez, Jonatan Zárate, Portillo Retamar y Eduardo Torres. Cuando se trataba de un bien cuya magnitud excedía la capacidad operativa de éstos, actuaban Maximiliano González de Gaetano, Leandro Pérez y Juan Bautista Aliau, para poner en circulación los bienes y conectar la operación con Oneto, Pablo Abdala, Kurtzemann y Jaef”. Y agregó: “Si los fondos provienen del narcotráfico, se activaba la red conformada por Pérez, Aymo y González de Gaetano que recepta fondos y los pone en circulación mediante compra de bienes en efectivo o con intercambio de tráfico financiero con la red conformada por Abdala, Jaef y Oneto”. En el gráfico de la red, aparece Ariel Máximo “Guille” Cantero, como un contacto asiduo de Pérez, Aymo y De Gaetano, que a su vez tienen vinculación con el estrato social más alto de los acusados.

Superti: “Que no sea una caza de brujas”

  • El ex ministro de Justicia Héctor Superti manifestó que se siente “dolido y agraviado” por los cuestionamientos que generó su decisión de representar a uno de los detenidos por lavado de dinero y fraude. Retrucó a quienes lo critican por una supuesta doble moral y aclaró que antes que funcionario, es abogado. Señaló que su vínculo profesional con al agente bursátil Jorge Oneto comenzó hace cuatro meses y que está convencido de que su defendido es una víctima en esta historia. Explicó que dio un paso al costado de su rol como asesor en la Legislatura por su amistad con el diputado provincial y ex gobernador Antonio Bonfatti. “Lo hice para liberarlo”, dijo.

“Hace cinco años que dejé la función ejecutiva. Nadie me dijo que cuando volviese a la profesión iba a tener que pedir permiso sobre qué causa tomar o no; si no, no hubiera asumido”, advirtió Superti en declaraciones a Radio 2, de Rosario.

El ex ministro explicó que tomó el caso de Oneto hace cuatro meses cuando otro abogado los puso en contacto por la compra y venta de un campo en el que se detectaron irregularidades.

“Estaba y estoy convencido de que estoy atendiendo a una víctima. Yo juré ser abogado y defender las causas con lealtad, primero soy abogado, después funcionario”, subrayó.

“Yo pregunto, ¿los que hablan de doble moral saben del principio de inocencia? ¿Que pretenden? ¿Una investigación sin defensa?”, disparó Superti, que aclaró que le presentó su renuncia a Bonfatti por la amistad que los une.

“Me di cuenta de que con la cantidad de cosas que se estaban diciendo lo estaba perjudicando y no quiero perjudicar a un amigo. (...) Mi renuncia fue en homenaje a Bonfatti, para liberarlo”, explicó y aseguró que continuará en el caso “en la medida en la que tenga que seguir”.

Finalmente, cerró con una advertencia sobre las reacciones que generó la llamada “megacausa” y las presiones que suponen sobre el trabajo de la Justicia.

“(Muchos) hablan como si (los detenidos) fueran todos culpables. Estos climas son muy contraproducentes para que la Justicia trabaje con serenidad”, observó y lanzó: “Cuidado con la caza de brujas. Vamos a tenerle miedo al delito, esperemos no tenerle miedo al Estado”.

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Héctor Superti Foto: Archivo El Litoral