DESTACADA COLORISTA

Graciela Genovés en Santa Fe

Mañana presentará una exposición de óleos y acuarelas y brindará un recorrido guiado por sus obras.

E7 - GENOVES.jpg

la foto /

Graciela Genovés es profesora y licenciada en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de La Plata. Foto: Archivo El Litoral

 

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

Invitada por Zurbarán Santa Fe, la gran colorista Graciela Genovés estará presente en la ciudad. La muestra “Óleos y acuarelas” será expuesta mañana, de 17 a 19 en Aleste, en Costanera Este, con la presencia de la artista, quien luego realizará un diálogo abierto y recorrido guiado de sus obras.

Miradas

“Es una mujer feliz. No porque viva abstraída de la realidad cotidiana, sino porque ha aprendido a ver y a beber de la mitad llena del vaso”, la define Ignacio Gutiérrez Zaldívar, titular de la galería. Dice Graciela: “Creo que con mi pintura intento crear mundos posibles, ficciones arbitrarias y subjetivas pero más esperanzadoras...”.

“Tiene un taller en los fondos de una vieja casona de San Telmo —continúa Zaldívar- que da a un jardín inundado de luz y de pajaritos. Por eso la luz que entra a través de grandes ventanales está filtrada por el verde de la naturaleza, el verde de la esperanza que rebosa en sus pinturas.

“Sus temas son cotidianos. Pinta los bares de su barrio que dibuja con trazos rápidos y certeros en el lugar para luego elaborarlos en su estudio. Sus espacios siempre luminosos incluyen ventanas y vidrieras que vinculan lo interior con lo exterior.

“También pinta los objetos que le son familiares (mesas, manteles, frutas, flores, libros de pintura) pero en sus composiciones no se ve la rigidez de algo expresamente colocado con el fin de ser pintado, sino que las plasma cargadas del sentimiento que ella le tiene a sus cosas; las pinta tal cual son, tal cual están distribuidas en su taller; es como si Graciela nos dejara ‘ver con sus ojos’, que se detienen por un instante, como ‘una foto instantánea’, en un rincón de su atelier.

“Los desnudos femeninos son una de sus temáticas favoritas, ya que en el cuerpo humano encuentra las formas más complejas y armónicas que existen en la naturaleza y en la piel, una gran riqueza cromática que varía con la luz”.

Dice Graciela: “Cuando pinto un desnudo de espaldas, por ejemplo, siento el vértigo de tratar de atrapar con colores y formas una sucesión de planos que están ahí y al mismo tiempo se funden unos con otros, escapándose justo cuando alzo el pincel...”

“Nacida en La Plata, al terminar el colegio secundario se inscribe en la Facultad de Medicina, pero luego de tres años, abandona la carrera y decide dedicarse al arte. Se esfuerza, pinta, trabaja, lee, estudia... y el siglo XXI comienza para ella con la consagración de una exposición individual”.

En 2000, el crítico de arte Rafael Squirru sostuvo: “El aspecto sobresaliente de esta joven artista, en términos de artes plásticas, es la composición por un lado y el color por el otro. Respecto del color, ella misma nos ha confesado su admiración por Bonnard, pero me atrevo a decir que el de Graciela es bastante más luminoso y brillante. Los naranjas, los pálidos violetas y los verdes mantienen tonos apastelados, pese a que trabaja en óleo sobre tela o sobre cartón. El resultado es una pintura alegre, de la que no descarto una dimensión sensual que tiene remoto parentesco con el creador europeo Balthus”.

Otro crítico, Fermín Fevre, acotó que las obras de Graciela le traían a la memoria a Edward Hopper y su sentido de la soledad en la inmensidad de la vida urbana. “Nuestra artista aborda esas temáticas sin dramatismo, sin dejarse llevar por esa vena tenebrosa que caracterizó a los expresionistas. Lo suyo tiene más que ver con una mirada sosegada y reflexiva, que asume la realidad desde su costado más positivo”.