A LOS 82 AÑOS, MURIÓ LEONARD COHEN

Adiós al maestro de la melancolía

Con su sombrero negro y su perpetua aura de profunda nostalgia, se convirtió en uno de los mejores autores de todos los tiempos, al que hoy lloran millones de seguidores en todo el mundo.

E3 - A - 1492D600A5A1623A.jpg

A modo de una premonición, en su último disco “You Want it Darker”, publicado apenas un mes atrás, el artista profundizó una temática ligada a la muerte. Foto: DPA

 

DPA

El compositor, novelista, poeta y cantante canadiense Leonard Cohen, un exquisito artista pop, murió, a los 82 años, según informó el sello discográfico Sony Music Canada en Facebook. “Es con profunda pena que anunciamos que el legendario poeta, compositor y artista Leonard Cohen ha fallecido (...). Hemos perdido a uno de los visionarios más reverenciados y prolíficos de la música”, reza el texto.

El sello discográfico anunció además que se realizará un memorial en Los Ángeles en fecha a determinar y aclaró que la familia ha pedido que se respete su privacidad en este momento. A modo de una premonición, en su último disco “You Want it Darker”, publicado apenas un mes atrás, el artista profundizó una temática ligada a la muerte, seguramente debido a una resquebrajada salud que le impidió dar forma final a varias canciones.

Al momento de publicar el decimocuarto álbum de estudio de su trayectoria de medio siglo en la música, se había declarado “preparado para morir” y había dicho: “Sólo espero que no sea demasiado incómodo”.

Una leyenda

Cohen nació en 1934 en el seno de una familia acomodada judía de Montreal. Empezó a aprender guitarra de niño y pronto se presentó en bares y clubes, pero durante largos años la música estaría por detrás de su sueño de ser escritor. Publicó novelas como “The favourite game” (1963) y “Beautiful Losers” (1966) aunque la poesía fue quizás el género que más lo deslumbraba. Entre sus volúmenes de poemas figuran “The Spice-Box of Earth” (1961), “The Energy of Slaves” (1972) y “Book of Mercy” (1984).

Su habilidad para las letras lo llevó a recibir en 2011 el Premio Príncipe de Asturias. Sin embargo, los ingresos que obtenía por sus libros no le alcanzaban para vivir y así fue como, en los años 60, volvió a los escenarios musicales con gran éxito. Álbumes como “Songs of Leonard Cohen” (1967), “Songs of Love and Hate” (1971) y “Death of a Ladies’ Man” (1977) influyeron en generaciones enteras de músicos.

Sus canciones hablan de amores perdidos, de nostalgia, de la búsqueda de Dios, de sexo, éxtasis, desencanto, religión y política. Temas como “Suzanne”, “So Long, Marianne”, “First We Take Manhattan (Then we take Berlin)”, “Hallelujah” y “Chelsea Hotel #2” pasaron a la historia como clásicos y ubicaron a Cohen en un Olimpo donde habita el reciente Nobel de Literatura Bob Dylan.

Después de recibir el Grammy a la carrera artística en 2010 casi como un regalo de despedida, el intérprete, famoso por su voz grave y áspera, lanzó tres aclamados álbumes (el ya citado “You Want it Darker” y, anteriormente, “Old Ideas” en 2012 y “Popular Problems” en 2014), y realizó varios exitosos tours mundiales.

“Desde sus primeros versos”, las letras del cantautor canadiense han abordado con frecuencia el tema de la muerte, apuntó alguna vez The New Yorker. Pero fue en el último álbum cuando Cohen reflexionó como nunca antes sobre las despedidas y los abandonos.

El cantante vivía en Los Ángeles con su hija y su nieta y aseguraba que su fama como mujeriego “era un chiste”. “Esa fama me hizo sonreír con amargura en las miles de noches que pasé solo”, contó en una entrevista.

Cohen no era muy partidario de hablar de su vida privada. Se sabe que tuvo dos hijos con la artista plástica sueca Susanne Elrod y que mantuvo una relación amorosa con la actriz Rebecca De Mornay. “El amor no tiene cura, pero es la única cura para todos los males”, dijo alguna vez el maestro de la melancolía.