En Santa Fe y Sauce Viejo

Investigan estafas inmobiliarias

  • La maniobra consistía en suplantar la identidad de los dueños legítimos mediante poderes apócrifos, realizados en una escribanía de Rosario y luego ofrecerlos al mercado. Una inmobiliaria local es querellante.
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El fiscal Estanislao Giavedoni imputó por el delito de estafa a tres de los cuatro miembros identificados de la organización.

Foto: Archivo El Litoral

 

De la Redacción de El Litoral

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Dos santafesinos y dos rosarinos se encuentran seriamente comprometidos en una causa por estafas inmobiliarias detectadas en la capital provincial y en la localidad de Sauce Viejo, por la que han sido perjudicadas al menos cuatro víctimas, que de buena fe se embarcaron en un negocio infausto.

Los terrenos ubicados en el barrio María Selva de Santa Fe y en el barrio Nueva Detroit de la vecina localidad, fueron quitados a sus legítimos propietarios mediante la sustitución de identidad, concediéndole poder de negociación a terceros que, a la hora de hacer el negocio, se encargaban de firmar los boletos de compraventa.

“Hemos detectado una mecánica de estafa que está relacionada con la utilización de poderes para la venta que fueron otorgados por escribanía pública, en este caso de la ciudad de Rosario”, explicó el fiscal Estanislao Giavedoni, que se encuentra al frente de la investigación desde septiembre, luego de que una de las víctimas detectara la maniobra y radicara la denuncia penal en el MPA.

Todos alerta

El fiscal destacó que “con ese poder hecho a través de una escritura pública que tiene folio y registro, se autorizaba a dos personas a realizar ventas de inmuebles en la ciudad de Santa Fe y de Sauce Viejo”.

Dada la complejidad de la trama delictiva, “ni bien nos enteramos de esta situación, lo primero que hicimos fue poner en conocimiento al Registro de la Propiedad, al Colegio de Escribanos y a la Cámara de Corredores Inmobiliarios para que estén alertas”, agregó Giavedoni.

Tal fue el efecto que causó la noticia en el mundo de los negocios inmobiliarios que “de hecho hay una inmobiliaria que se ha presentado como querellante, porque los han hecho intervenir con la utilización de un poder apócrifo”, aprovechándose de su trayectoria y buen nombre.

Una vez conseguidos los compradores que de buena fe iban a realizar las operaciones “llevaban la información a otra escribanía pública donde se firmaban los boletos de compraventa, pero nunca se perfeccionaban las escrituras, justamente porque faltaba el resto de la información registral del inmueble”, detalló el jefe de la investigación.

Estafa y otros

Aunque no fue precisada con exactitud la magnitud del daño, está acreditado que “sí hubo víctimas que perdieron dinero”, de hecho en una de las tres audiencias imputativas que lleva realizadas la fiscalía “en el caso de uno de los imputados se suscribió una fianza por 600.000 pesos, que entendemos es un monto aproximado al valor del perjuicio denunciado”.

Asimismo, además de la estafa para el fiscal se configuran otros dos tipos delictivos que son la “suplantación de la identidad y la adulteración de documento público”.

Afortunadamente la luz de alerta encendió rápidamente en el mundo de las escribanías, ya que para evitar mayores estragos “hemos generado una especie de campaña hacia adentro del Colegio de Escribanos, que se contactó con los profesionales para estar alertas a esta situación”.