mesa de café

Cuba; de la dictadura bananera a la dictadura militar

Remo Erdosain

—Murió Fidel Castro -se lamenta José-, una mala noticia para los pueblos que luchan por su liberación.

—A mÍ, a esta altura del partido -dice Abel- esa muerte no me va ni me viene; y creo que a la inmensa mayoría del mundo le pasa lo mismo.

—El pueblo lo llora y el pueblo nunca se equivoca.

—Yo quisiera saber cuántos van a llorarlo porque lo sienten y cuántos van al velorio para cuidar sus miserables puestos de trabajo.

—También hay que hablar de los que festejan esa muerte.

—A los reaccionarios del mundo, esta muerte los alegra; miren a los gusanos de Miami como festejan -observa José.

—Yo no festejo -dice Marcial-, para mí hacía rato que estaba muerto, pero, repito, no festejo su muerte... en todo caso, me lamento que alguna vez haya nacido.

—Sos un reaccionario.

—Claro, yo soy un reaccionario y vos sos un progresista bárbaro lamentándote por la muerte de un despreciable tirano, un tipo que mató, corrompió, y mandó a Cuba al fondo del mar.

—Cuba nunca fue tan importante como cuando Fidel.

—Habrá sido importante en el mundo apoyando guerrilleros en toda América Latina, guerrilleros que murieron sin pena ni gloria por una causa delirante, imposible. Para no hablar de los miles de soldados que mandaron a Angola en nombre del internacionalismo proletario cuando después se descubrió que lo que importaba era el contrabando de marfil y diamantes y el narcotráfico... claro... la revolución necesitaba financiarse...

—Los responsables de esas trapisondas fueron fusilados.

—Asesinados dirás, asesinados para proteger al jefe de la banda que no era otro que Fidel. Alguna vez habrá que preguntarse qué le pasó a tanta gente para haberse dejado seducir por un tipo cuya moral política era la de un gángster.

—Pensamos distinto Marcial, muy distinto; para mí, Cuba fue digna gracias a Fidel, antes era un prostíbulo de los yanquis.

—Ahora es un prostíbulo más barato y sumó, además de los yanquis, a todos los turistas del mundo.

—Yo no me atrevería a dar un juicio definitivo -digo- creo que el personaje fue complejo y es muy difícil establecer un juicio definitivo.

—Yo no creo que sea complejo -insiste Marcial-; Fidel a su manera fue transparente: un dictador que siempre se honró de su condición de dictador.

—Fue un jefe revolucionario...

—Sesenta años en el poder en cualquier parte del mundo y en cualquier momento de la historia da cuenta de un dictador, revolucionario, contrarrevolucionario, de derecha o de izquierda, dictador en todos los casos.

—Los sociólogos hablan de liderazgos carismáticos -dice Abel.

—Qué lindo, qué original; Hitler también era un líder carismático y también lo era Stalin...

—Las revoluciones envejecen -digo- esta revolución envejeció mal y Fidel también envejeció mal.

—Linda manera de disculpar todo... las revoluciones envejecen y mientras tanto generaciones de cubanos debieron aguantarse un régimen cada vez más corrupto y degradado...

—Lo que vos llamás corrupto y degradado yo llamo dignidad; dignidad y austeridad; ¿o qué quieren, una sociedad contaminada, llena de autos, shoppings, consumo, mierda...? Cuba era austera y ascética...

—Algo parecido escribió hace cincuenta años el monje Ernesto Cardenal -digo- pero con ese criterio vamos a terminar ponderando las villas miseria como modelos alternativos de vida.

—A mí, no me llamaría la atención que los populistas reivindiquen la villa miseria, ¿o no se acuerdan cuando el periodista Morales, que vive en Avenida Libertador, ponderó las ventajas de la buena vida en una villa miseria?

—Es indefendible ese régimen José -dice Marcial- indefendible por donde lo mirés: retornaron de la era del automóvil a la del buey y el caballo... para la gente, aclaro, porque los burócratas empezando por Fidel se movían en Mercedes Benz.

—No te entiendo.

—Sencillo, como se quedaron sin petróleo, los vehículos oficiales se movilizaban tirados por bueyes y caballos, mientras que a la población la convencieron sobre al ventaja de trasladarse en bicicleta...

—Todas esas necesidades no lograron doblegar al pueblo.

—Al pueblo lo doblegó Fidel y lo doblegó con persecuciones, represión, demagogia, miedo...

—O sea que según vos todo fue verso, la revolución no hizo nada...

—Hay que admitir -digo- que amplios sectores sociales se vieron favorecidos con la revolución...

—Sí, pero en el camino -corta Marcial- se comieron a la clase media, una de las clases medias más desarrolladas de América Latina...

—Ahora, vamos a llegar a la conclusión -dice José- que en la época de Batista se vivía mejor.

—Batista era un dictador execrable -dice Abel- pero Cuba existía antes de Batista y esa existencia habla de un país con problemas pero mucho mejor que el que ahora deja Fidel.

—Yo diría que todo fue un fracaso -acusa Marcial- Franco también era un dictador repudiable, pero convengamos que a España la dejó mejor de lo que la que la recibió; Pinochet era muy desagradable, pero a Chile lo dejó mejor; Castro en cambio no sólo estuvo sesenta años en el poder, el doble o el triple de los dictadores antes mencionados, sino que se puede demostrar con números en la mano que Cuba está peor que en 1959. Sesenta años de dictadura, paredones, cárceles, dos millones de exiliados para estar peor... solamente la alienación ideológica puede ponderar semejante disparate.

—Ustedes parecen pasarse de corbata el bloqueo, la conspiración de los yanquis...

—Yo, en lugar de bloqueo, hablaría de embargo, un embargo justo, salvo que alguien crea que se puede expropiar sin indemnización, sin recibir una sanción al respecto. Pero además, me parece un disparate justificar todo lo que les pasó por ese embargo; ¿nunca se les ocurrió preguntarse qué anduvo mal en una economía nacional que siempre necesitó ser subsidiada? Primero los rusos, después los venezolanos... para no mencionar cuando nos clavaron a nosotros después de los acuerdos firmados con Gelbard.

—Fidel Castro -dice Abel- en ese sentido fue un piola bárbaro: siempre consideró que su condición de revolucionario lo habilitaba a mangar a todo el mundo y no pagar... así cualquiera...

—Lo peor de todo -digo- no es lo que pasó, que de alguna manera ya es pasado, sino lo que se viene.

—Cuba no va a dar el brazo a torcer a los cantos de sirena del imperialismo...

—Al brazo lo tiene torcido hace rato -dice Marcial- en el mejor de los casos el régimen puede derivar en una suerte de dictadura capitalista al estilo Vietnam o China.

—Tanta retórica del hombre nuevo para terminar con una monarquía absoluta, porque a Fidel lo sucede el hermano y ya se habla que a Raúl lo sucede otro Castro.

—Una dictadura absoluta -digo- de carácter militar, porque con la muerte del líder carismático, como le gusta decir a José, queda claro que la base real del poder son las fuerzas armadas... Cuba es una dictadura militar, un régimen bananero de la peor especie.

—No comparto -concluye José.

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