Jorge Gómez Abrams, consultor internacional en innovación

“Vive tres días como abogado antes de seguir abogacía”, la idea de un experto

  • Lo llama “prototipar” previamente experiencias y vivencias para los ingresantes universitarios. Así, se reduciría la posibilidad del cambio de carrera y la deserción. El mexicano disertó en la UCSF sobre el design thinking -ser pensador de diseño- y el valor de una idea innovadora.
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“La responsabilidad no es de las universidades de forma exclusiva. Es de todos los sistemas educativos, que deberían reforzar las nociones de innovación, de alumnos creativos, de ideas con valor”, dice el experto. Foto: Luis Cetraro

 

Luciano Andreychuk

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“Hay que desafiar las creencias dominantes que existen alrededor de la educación. Los “chavos” (por los jóvenes) de hoy salen de la universidad con un chip incorporado: ‘Lo que necesito es conseguir un empleo ya’, se dicen a sí mismos. ¿Qué haría yo si estuviera en el poder, como ministro de Educación de un país, por ejemplo? Lo siguiente...”. Jorge Gómez Abrams hace una breve pausa y sigue hablando con la seguridad de quien sabe de qué habla. Su currículum lo avala: es un consultor internacional en design thinking -pensar de diseño-, la new wave a nivel global: esto es, gestar ideas innovadoras que generen un valor -económico, social, tecnológico- en un mercado determinado. Tiene consultorías hechas en todo el mundo (ver Quién es).

¿Y qué haría el consultor mexicano si estuviese en el poder o al frente de una cartera educativa? “Prototipar” previamente experiencias en los jóvenes que van a ingresar a una universidad. El experto aclara el concepto: “En la orientación vocacional de quien termina la secundaria, la clave pasaría por determinar qué quiere ser y qué le gusta a cada joven. Y haría una lista de tres opciones posibles”.

“Y luego prototiparlas, que viva una experiencia previa -prosigue-. Por ejemplo, un chico dice que quiere ser abogado, porque frente a su casa vive uno que le va muy bien económicamente, y hasta tiene una Ferrari en su cochera. Yo le diría: ‘Vivirás como abogado tres días, conocerás cómo trabaja un hombre del derecho, a qué responsabilidades se enfrenta’”.

Eso es ‘prototipar’ vivencias. “Luego, a ese mismo joven podrá gustarle o no el trabajo de un abogado, y decidir si sigue esa carrera o no. Si sigue, tiene a favor la certeza de que le gusta esa ciencia. Este prototipaje ayuda al joven a definir su elemento”, agrega Gómez Abrams en diálogo con El Litoral.

Con esta prueba, “el joven que ingresa a una casa de estudios acorta mucho la posibilidad de cambiar de carrera o de abandonarla, y hace foco en lo que su elemento le está pidiendo. Es muy probable que ese joven tenga mucho éxito en su profesión. Porque la entiende y se apasiona de verdad, pero desde el inicio, desde la experiencia de prototipaje experiencial. En Latinoamérica, hay muchos estudiantes cambiando de carrera, o desertando. Y creo que se podría evitar desde un inicio”, dice.

En Santa Fe

El consultor en creatividad visitó la ciudad en el marco de una serie de talleres, charlas y workshops que dictó para los alumnos de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF). “Innovar es ver lo mismo pero con ojos diferentes”, fue el slogan del evento.

El pensamiento creativo es, para el mexicano, algo que puede marcar la diferencia. “Si definimos a la innovación como una nueva forma de generar valor, entonces alguien que lo hace es un innovador, y no importa si ese valor es social, económico, tecnológico, etc., siempre y cuando se genere un valor tangible, convincente y estratégico”, explica.

Gómez Abrams tiene la suerte de trabajar con instituciones y empresas en Silicon Valley, la meca del futuro tecnológico. “Esto me permite estar actualizado en estos temas. Y en Latinoamérica, he conocido proyectos realmente relevantes, en donde el valor inmediato que se tiene que medir es qué retorno se tiene de la inversión. Esto es, qué valor económico real se generó con esa innovación. Ése es el gran desafío”.

Según el experto, hay empresas mundiales que han obtenido un retorno de esa inversión hasta 10 veces más. “Entonces, esta idea (valor de la innovación-retorno de la inversión realizada), evidentemente, funciona y no sólo para empresas grandes, sino también para empresas pequeñas e instituciones”, asegura.

Valor de una buena idea

—¿Qué valor real se le atribuye hoy al concepto de idea innovadora desde las empresas, instituciones o casas de estudios superiores, sobre todo en América latina?

—Es un problema de percepciones. El valor siempre depende de a quién quieras generar ese valor. El valor para una empresa será medida en términos de rentabilidad, por ejemplo. Pero el valor para el usuario es cuánto beneficio obtiene éste de ese producto o servicio, y cuánta “deseabilidad” se logra en los consumidores. Ése es el valor de uso. El reto en el design thinkink es generar valor de uso y valor económico de forma simultánea, trascendente y continua.

El pensador de diseño no sólo escucha al cliente: lo entiende. “Y entenderlo significa observar comportamientos en un determinado nicho de mercado, identificar necesidades tácitas y latentes que van más allá de las explícitas. En Latinoamérica, hay casos de empresas pequeñas, de no más de 200 empleados, que han tenido éxito luego de identificar el valor de sus productos para los consumidores” (ver sotol con tapa luminosa).

Sotol con tapa luminosa

  • En México, hay tres bebidas alcohólicas muy conocidas: el tequila, el mezcal y el sotol. Son distintas entre sí. Al sotol no se lo conoce mucho. El tequila es mundialmente famoso. “La empresa mexicana Hacienda de Chihuahua no vendía nada de sotol en China, donde hay gran demanda de tequila. Nos pidieron que rediseñemos la botella para incrementar las ventas. Pero, ¿realmente creían que rediseñando el envase iban a obtener más ventas? ‘No lo sabemos’, nos respondieron”, cuenta.

“Nos fuimos a China a observar, por tres semanas. En China, al sotol le dicen tequila. Tequila es el gigante, pero es diferente al sotol y al mezcal. Allí, analizamos los comportamientos sociales-etnográficos en bares, centros nocturnos, restaurantes. Identificamos necesidades latentes y tácitas. Y detectamos que los chinos tienen una fascinación por las luces: todo está lleno de colores y luces de todo tipo. Es abrumador”, relata.

El equipo de trabajo de Gómez Abrams decidió transformar la “amenaza” en oportunidad. “Lo que hicimos fue un solo cambio: a la botella del sotol, que tiene un tapón de madera o corcho, lo cambiamos por un tapón de plástico que lleva una pequeña pila que da luz LED. Imagina tú en un salón nocturno, cuando se agita la botella de sotol y se enciende esa luz sobre una luz”.

—¿Y qué pasó?

—Se generó un efecto increíble -relata-. Cuando los chinos vieron ese tapón luminoso por primera vez, quedaron hipnotizados. Y empezaron a pedir ese tequila que estaba ahí, lumínico, que en realidad era sotol. La empresa aumentó en un 500 % su participación en el mercado. La fórmula del producto no se tocó, sólo la tapa. Eso es el design thinkink.

 

El dato

Quién es

  • Nacido en México, el Dr. Jorge Gómez Abrams es consultor en Innovación de valor, socio fundador del DBI (Design and Business Innovation Institute). Lideró proyectos de productos premiados internacionalmente.