A 225 años de su muerte

Mozart o el “milagro” de la música

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Una de las partituras escritas por el joven Mozart. Cuando alguno de estos escritos sale a subasta, alcanza precios increíbles. Foto: Archivo El Litoral

 

dpa

El cementerio St. Marx de Viena no es exactamente un lugar de reposo. A unos metros de la tumba del compositor y genio Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) retumban los sonidos de una autopista, una avenida y del tren.

A los admiradores de Mozart esto no parece molestarles. Su tumba forma parte de las paradas obligadas de una visita a la llamada “capital mundial de la música”.

Todo aquel que se pare frente a su lápida, interprete piezas de Mozart en el piano o el violín y sienta el “milagro” de su música, como dijo Goethe, probablemente estará interesado en algunos hechos.

A continuación, un vistazo a su historia con motivo del 225 aniversario de su muerte, que se cumple mañana lunes:

LA CREACIÓN: Impresionantemente amplia. Mozart compuso 25.000 páginas de música. El catálogo Köchel, armado por el botánico Ludwig von Köchel en 1862, incluye 626 obras. Luego se descubrieron otras composiciones y actualmente se conocen más de 1.000 títulos. Hay además 46 obras desaparecidas, de las que se sabe su existencia por diversas fuentes.

EL NIÑO PRODIGIO: Mozart compuso dos obras para piano a los cinco años. Aprendió a tocar el piano y el violín. Cuando tenía siete años, su padre Leopold, profesor de violín, emprendió una gira de tres años por el oeste de Europa junto a él y su hermana Nannerl, una excepcional pianista. Mozart brilló ante numerosos soberanos.

LOS VIAJES: Mozart pasó más de diez años de su vida de gira. En total fueron 17, entre ellas tres por Italia. La mayor gira por Europa occidental costó 20.000 florines (unos 460.000 euros). Confiado por el éxito de su hijo, Leopold tomó varios préstamos.

EL DINERO: Mozart hizo mucho dinero y gastó mucho más. Era un apasionado por los juegos de azar y el billar.

Los tratamientos para su mujer Constanze, debilitada después de seis embarazos, costaron mucho dinero. Finalmente el genio dejó deudas por 3.000 florines (unos 70.000 euros).

EL PERSONAJE: Mozart era un artista por naturaleza. Espontáneo, fantasioso, muy versátil e inquieto. Con los extraños era muy confiado. Como su padre creía que era algo ingenuo, veía de mala gana que su hijo viajara solo.

LA RELACIÓN PADRE-HIJO: Para el joven Mozart su padre era su gran ejemplo. “Después de Dios está papá”, era su dicho, que a muchos padres les gusta escuchar, tanto entonces como ahora. Leopold fomentó mucho el talento de su hijo. Por respeto a las habilidades de su hijo, dejó de componer cuando Amadeus tenía alrededor de 15 años. La relación se deterioró más adelante.

EL MATRIMONIO: Constanze (1762-1842) fue su segunda opción. En principio Mozart se quería casar con su hermana mayor Aloisia, que ya lo había rechazado. De todas formas, las cariñosas cartas que intercambiaban demuestran que había un verdadero amor entre Mozart y Constanze. Ella no participó demasiado de la vida cultural. En general no lo acompañaba y no vio muchas de sus presentaciones.

LA HERENCIA: De los seis hijos que tuvo, sólo dos, Carl Thomas y Franz Xaver Wolfgang, sobrevivieron a la niñez. Franz Xaver también fue compositor. Ninguno de ellos tuvo descendencia. La línea de Nannerl, la hermana de Mozart, también se cortó pronto, por lo que no quedaron más Mozart.

LA RELACIÓN MOZART-SALIERI: Desde la premiada película “Amadeus” (1984), de Milos Forman, el compositor italiano Antonio Salieri (1750-1825) quedó en el imaginario colectivo como el que envenenó a Mozart. Pero eso es incorrecto. Ambos tenían una buena relación y de hecho compusieron juntos una obra, que fue descubierta en 2016. Mozart, que estaba debilitado por su estilo de vida poco saludable y por una sobrecarga de trabajo, murió por una fiebre reumática aguda.

EL ENTIERRO: Mozart recibió una sepultura de tercera clase, que era lo habitual en esa época para los ciudadanos comunes. Fue enterrado en el cementerio St. Marx sin que estuvieran presentes sus familiares, que se habían despedido del muerto en la última bendición, tal como se acostumbraba en ese entonces. El lugar exacto de su tumba quedó en el olvido. La tumba actual está ubicada donde se cree que están sus restos.