EFRAÍN COLOMBO EN LUZ Y FUERZA

Con clima festivo

El cantautor rafaelino se presenta el viernes para cerrar un año que estuvo, según sus palabras, “lleno de momentos soñados”. Repasará canciones de sus discos anteriores y adelantará algunas obras de su próximo material.

Con clima festivo

Nacido en Rafaela y santafesino por adopción, Colombo recorrió escenarios de todo el país y logró acceder al festival más importante del folclore nacional, el de Cosquín.

Foto: Gentileza producción

 

Juan Ignacio Novak

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Aunque compartirá canciones de sus discos ya editados (“De la esencia al canto” y “Libertad y Misterio”) y el que está por venir (“Lo que queda en el aire”, con canciones compuestas con el poeta Mariano González) la impronta que le quiere dar Efraín Colombo al concierto que hará este viernes a las 21 en Luz y Fuerza (Junín 2957) es la del festejo. Es que, como el propio folclorista se encarga de resaltar, vivió un 2016 cargado de “momentos soñados hechos realidad”. Cuando los repasa, se nota el orgullo en su voz. “Entoné el Himno Nacional Argentino cuando vinieron los Pumas a la ciudad (en mayo) y también en el acto que se hizo en Santa Fe por el Bicentenario de la Independencia. Empecé el año con la presentación del disco ‘Un canto, una voz’, me presenté con Jorge Rojas en ATE Casa España y participé en el programa “Morfi, todos a la mesa”, de Telefé. Fue un año muy fructífero”.

—O sea que el concierto será como un broche de oro.

—Un cierre de año para festejar los grandes momentos vividos, que fueron soñados. Nunca pensé que iba a estar cuatro veces en el escenario de Cosquín, jamás pensé que iba a grabar tres discos, mucho menos que iba a grabar con Abel Pintos, con la Sole, con Jorge Rojas, con Orlando Vera Cruz, con Julián Ratti. Se fueron dando muchas cosas. Creo que este 2016 fue un año de cosecha de toda esa siembra que significaron para mí “De la esencia al canto” y “Libertad y Misterio”, los dos discos que llevo grabado como solistas. En realidad tres, porque “Un canto, una voz” lo tomo como uno de los discos que también se pensaron una vez.

—Ése es el disco que compartiste con el Grupo Setúbal y César Ayala.

—Fue algo soñado entre los tres. Nos juntamos porque encontramos un vacío de la canción folclórica santafesina. Cuando digo esto, me refiero a lo que sucede del centro de la provincia, abarcando una franja de este a oeste hacia el norte, con poetas que dejaron su obra pero que no fueron puestos a consideración de un público a nivel nacional. Si bien Orlando Vera Cruz trascendió, son pocas las obras que se conocen. No se conocen los quince discos, como sí se conoce lo que Rosario hizo por Rosario mismo. Creo que “Un canto, una voz” tiene ese pensamiento como raíz. Yo tengo un pensamiento, y lo voy a llevar al ambiente del fútbol, porque somos todos futboleros. Si Unión o Colón le ganan a Boca o a River, Buenos Aires no nos va a contar la victoria de Unión o de Colón, sino la derrota de Boca o River, porque vende más. Si nosotros no salimos a festejar las cosas que nos pasan, no van a venir los de afuera a decirnos “qué lindo lo que te pasó”. Ese pensamiento me llevó a generar esta fecha de fin de año en Luz y Fuerza. Volver a ese teatro después de tres años es significativo, porque la última vez que canté ahí estaban mi abuelo y Claudio Andrés Palo Oliver, dos personas fundamentales en mi vida que hoy ya no están.

—O sea que hay una cuestión sentimental de por medio.

—La elegí porque cuando estuvimos en Luz y Fuerza, “Libertad y misterio” no existía y presentábamos las canciones. Y hoy ese CD ya tiene dos años y un montón de satisfacciones. Es como que quise volver a esa sala para respirar el aroma de aquel tiempo, que fue de muchos sueños. Que todavía tengo, no es que hasta acá llegó lo que yo hago. Quiero seguir trabajando por la pluma y la poesía de este lugar, a veces avasallado.

—En todo caso, tus metas son distintas a las de aquella vez.

—Eso quiero agradecérselo a la gente, porque si no existiera la gente, los sueños que yo tengo en mi pieza seguirían siendo sueños de mi pieza. Y hoy puedo soñar y querer más gracias a que estas cosas se fueron concretando. Por eso, quiero hacer esta fecha del viernes.

Al rescate de la canción

—También este año te sumaste, en cierto modo, a los sueños de otros, como en el caso de “Romance de los Siete Jefes”.

—Todo tiene una lógica, no hay algo que haga que no tenga que ver con la provincia. La de los Siete Jefes es una historia que los santafesinos no contamos, pero perduró 443 años. Estos hombres que murieron no tuvieron hijos, y sin embargo la historia trascendió. Por eso, participé en esta obra de Coco Domínguez y Sergio Ferreira. Está bueno lo que señalás, porque involucrarse con la canción no significa que todo sea para beneficio propio, sino para la cultura que uno trata de mostrar. Lo hago porque siento que hay un vacío de la canción folclórica provinciana, que abarca la franja que mencioné.

—Ése sería uno de los ejes rectores de tu carrera, seguir recuperando la canción litoraleña.

—A veces, no tenemos claro cuáles son los ritmos folclóricos que tiene la provincia. Y si repasamos los paisajes, ahí vamos a empezar a verlos. Tenemos río, pampa, monte, llanura. Podemos cantarle al salitre, como le canta Santiago del Estero con una chacarera y podemos cantar una milonga como canta La Pampa, porque en el sur somos pampa. Y podemos cantar una chamarra y un rasguido doble, porque tenemos ríos en el este. Y tenemos tambos en el oeste. Rescatar una canción santafesina también significa trabajar en el verdadero significado que le debemos dar a la canción del lugar. Mucho tiempo se escuchó que Santa Fe no tiene ritmos que la caractericen. Ahí hay un laburo que intento todos los días.