Por no cumplir su promesa

La peor derrota política de Macri

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Todos unidos opondremos. La falsa promesa del presidente junto a todos los bloques no oficialistas. Eso sí: Massa se cuidó y no compartió la foto con Kicillof. Foto: DyN

 

Ernesto Behrensen/DyN

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“El Estado no tiene que quedarse con el fruto de tu trabajo. En mi gobierno, los trabajadores no van a pagar impuesto a las Ganancias. Ése es mi compromiso. Vamos juntos. Mauricio Macri. Presidente de la Nación. Cambiemos. Lista 135”.

Esa fue la promesa que, mirando fijamente a la cámara, Macri pronunció antes de las elecciones del año pasado. Ésa fue una promesa incumplida. Ayer, por esa razón, el gobierno de Cambiemos sufrió su peor derrota política desde que asumió el 10 de diciembre pasado con la foto de los principales dirigentes de la oposición juntos, incluidos massistas y kirchneristas.

Con esa promesa incumplida, justificada en el “costo fiscal” y la “herencia recibida”, Macri consiguió que se unificaran el kirchnerismo, el massismo, el socialismo y el resto de la oposición.

La concepción de la política del macrismo, centrada en las redes sociales y en las metodologías “no tradicionales”, chocó de frente con la realidad. Hubo señales que el oficialismo no quiso percibir.

Los errores en la aplicación del aumento de las tarifas, el rechazo a la Reforma Electoral, el falso optimismo respecto a una economía que no termina de arrancar y los mensajes sobre la necesidad de “hacer política” que lanzó el presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó no fueron tomados en cuenta.

La promesa de eliminar el impuesto a las Ganancias fue, lisa y llanamente, una mentira. Hoy, a casi un año de asumir, sus principales funcionarios creen que realmente realizan un “cambio” al anunciar que los que paguen por primera vez sólo lo harán con una alícuota del 2,5 por ciento.

El cambio hubiera sido cumplir con la promesa electoral. ¿O acaso no sabían que ello implicaría un alto “costo fiscal”? El macrismo cuestionó al kirchnerismo por usar a la inflación como variable de ajuste para que los trabajadores paguen lo peor de la crisis. Sin embargo, con los parches propuestos para el impuesto a las Ganancias, el monotributo o los autónomos, siguen los mismos lineamientos que utilizó Cristina Fernández de Kirchner.

Si se aprobara la propuesta de la Casa Rosada, un matrimonio con dos hijos, que hoy tiene un piso de 30 mil pesos, pasaría el año próximo a 25.200 antes de pagar el impuesto. ¿Ése es el cambio? Tras la jugada de Sergio Massa, Cambiemos anunció “su” proyecto. Pero hicieron trampa.

Primero dijeron que habría un incremento del 17 por ciento del mínimo no imponible. Luego lo bajaron al 15 y eliminaron a los cónyuges como deducciones. Esas “trampitas” ya habían sido utilizadas cuando anticiparon el aumento anterior del mínimo de Ganancias.

Pese a lo dicho, tributó más gente. Con el proyecto del gobierno actual pasaría lo mismo. La impericia (o soberbia) oficial logró lo que todos sabían que ocurriría el año próximo: que la luna de miel con la oposición terminaría.

Hoy, diputados de Massa, de La Cámpora, el FPV, el socialismo, Libres del Sur, Peronismo y Proyecto Sur se plantaron ante un oficialismo que, mediáticamente, se muestra como un “cambio”, pero que en materia fiscal es una continuidad.

Los operadores del gobierno intentaron durante toda la jornada presionar a los gobernadores para que salgan a apoyar su proyecto en contra de la oposición. Como el impuesto a las Ganancias es coparticipable, los gobernadores perderán recursos. Por eso, la llave la tendrá el Senado.

Allí, lo mandatarios provinciales juegan fuerte. Una incógnita es si priorizarán sus intereses fiscales o los políticos. La otra, es si Macri utilizará el veto en caso de ser necesario.