Lo que hay y a lo que se aspira...

El 60 por ciento de Pumpido y un alcanzable objetivo copero

La decisión que tomó la dirigencia de Unión de asegurar la continuidad del joven entrenador, se vio totalmente justificada en los números y el juego del equipo. Dos buenos refuerzos pueden fortalecer la aspiración a pelear por algo más en 2017.

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El afectuoso saludo en los minutos previos al comienzo del partido, de Agustín Orión a Juan Pablo Pumpido, el entrenador tatengue. Foto: Manuel Fabatía

 

Enrique Cruz (h)

Los números y las decisiones que tomó avalan la confianza que la dirigencia de Unión depositó en Juan Pablo Pumpido. 11 puntos sobre 18 posibles (3 victorias, 2 empates y una derrota) implican el 60 por ciento de cosecha positiva, que supera la media del equipo en el torneo (22 puntos sobre 42 posibles, es decir poco menos del 50 por ciento). Y además, ese 60 por ciento de “Juampi” mejora la productividad de un Madelón que realmente hizo un buen trabajo y dejó una base de funcionamiento que el muy joven y actual entrenador logró mejorar con sus decisiones.

Si vamos al caso y dependiendo de los resultados que se den en dos partidos que se juegan hoy (Boca-Colón y Olimpo-River), Unión puede terminar en el octavo lugar en este 2017. Es decir, dentro del lote de equipos que eventualmente están clasificando para la Sudamericana, objetivo que Unión debe proponerse desde lo deportivo para alcanzar algo que resulta inédito y, de por sí, implicaría todo un logro.

Está claro que desde los números, este miniciclo de seis partidos de Juan Pablo Pumpido le dan un gran respaldo. ¿Hubo seguridades en el momento de la decisión?, evidentemente no y por eso se hicieron averiguaciones. Pero bastó un partido (el empate con Atlético Tucumán) y la manera en la que Pumpido se relacionó en esos días con el plantel, para que rápidamente se le otorgara el voto de confianza para la continuidad, algo que se fortaleció indudablemente con los resultados.

Otro “sí digo” para el miniciclo de Pumpido es la fortaleza que Unión adquirió en su condición de local. Se parece al Unión de otras décadas, cuando en Santa Fe casi siempre se ganaba. Y esto adquiere trascendencia en un fútbol argentino en el que a los equipos le cuesta jugar de local, ya sea por las presiones propias o por los planteos ajenos. Unión ganó los tres partidos con Pumpido en Santa Fe, a lo que se agrega el triunfo ante Sarmiento en la despedida de Madelón. Esto es muy bueno y no cualquiera lo consigue.

Vayamos a las decisiones. Los cambios futbolísticos de Madelón a Pumpido no fueron muchos, pero puso algunos jugadores e hizo crecer a otros. Por ejemplo, le sacó lo mejor al paraguayo Godoy, que hoy es el goleador del equipo junto con Soldano. Además, le dio ritmo de competencia a este último, continuidad a un De Iriondo que se ha convertido en una gratísima revelación (es el “5” de neto corte defensivo, muy recuperador, que Unión estaba necesitando para respaldar a los buenos “doble 5” que tiene en el plantel), puso a Rivero y le tuvo confianza a Algozino.

Esto ha permitido suavizar el concepto en torno a los refuerzos que llegaron al club. Hay algunos que son “desconocidos”, como Magallán e Insúa, pero hay dos jugadores a los que “Juampi” reflotó considerablemente (Godoy y Rivero), sumado a un Vadalá que debería estar más tiempo en cancha del que ha estado hasta ahora, porque demuestra que tiene mucha explosión y desequilibrio.

Ahora llega el momento de tomar otro tipo de decisiones, como por ejemplo la de reforzar el plantel con los dos cupos que otorga la reglamentación. Va a buscar un delantero, porque Anselmo no funcionó y el mejor “refuerzo” en ese puesto terminó siendo el retorno de Soldano. Debería darse en la tecla con ese jugador, porque la posibilidad de que se vaya Gamba es muy concreta (su representante hizo declaraciones en el estadio, antes del partido, dando a entender que se reflotaría un interés de un club norteamericano, que le reportaría un buen dinero a Unión).

¿Y después?. Algunos hablan de un volante por derecha (puesto en el que Algozino está haciendo méritos para que se lo respalde) y otros de un volante ofensivo, movidos por la chance de que se vaya Rolle. En realidad, el esquema de Pumpido es un clásico 4-4-2, por lo que la función del enganche se reduce a ser utilizada en circunstancias específicas que se puedan dar en un partido.

En un esquema tan cerrado, el enganche puede aportar por el costado siempre que tenga libertades para correrse al centro y el ida y vuelta lo haga el marcador de punta, como por ejemplo se hizo muy bien en el partido con Sarmiento y en el segundo tiempo con Rosario Central, a través del tándem Rolle-Bruno Pittón y Godoy-Pittón, respectivamente.

Llegue un enganche o se busque un jugador en otro puesto de la cancha, la realidad es que Unión debería apuntar muy bien y reducir al máximo la posibilidad del error para no desaprovechar a este buen plantel, que se lo nota muy unido, sin vanidades y competitivo, para darle ese tan mentado salto de calidad que le permita aspirar a esos objetivos grandes que el hincha espera.

Dos con ofertas

  • Tanto Martín Rolle como Lucas Gamba tienen posibilidades de emigrar, ya que cuentan con ofrecimientos de clubes del exterior.

A Rolle le queda todavía medio año de contrato —está a préstamo— y es un jugador que no ha tenido continuidad como titular, más allá de algunos pasajes en los que Madelón le dio cabida, cuando jugaba con un 4-2-3-1.

En el caso de Lucas Gamba, ayer estuvo su representante en el 15 de Abril y dijo que hay un par de ofrecimientos. Uno de ellos es de un club norteamericano —no sería nuevo el interés— y en los próximos días le acercaría la propuesta a Unión. Gamba tiene un año y medio más de contrato y Unión, además, dispone de una parte de los derechos económicos de su pase.