El martes, en Fomento 9 de Julio

La última de “Por encima de este techo que nos cubre hay un cielo”

  • El grupo La Pensión in Heaven presenta su función despedida de la obra, definida como “un experimento teatral, ritual, corporal”.
U22 - POR ENCIMA.jpg

“La obra trata de descargar las emociones y las pasiones, llegar a la catarsis, un ida y vuelta del amor a la ira, la violencia, la otra cara del amor y la otra cara de la violencia”.

Foto: Gentileza Federico Ariel Rodrigo

 

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

Luego de su exitosa vuelta, La Pensión in Heaven en su octavo año presenta la función despedida de 2016 de “Por encima de este techo que nos cubre hay un cielo”, definida como “un experimento teatral ritual, corporal, en dos actos consecutivos, intermedio desestresante y final abierto”. Actúan Mauro Bonaparte Acevedo, Sergio “Sergei” Etchetto, Nadia Indiana Frate, Vanesa Haupt, Hernán Romero, Lucía “Lushan” Savogin y Sergio “Zeraus” Suárez.

Será este martes desde las 21 en la vecinal Fomento 9 de Julio (Pedro Ferré 2928). Se suspende por mal tiempo (se pasa al miércoles en caso de lluvia). La entrada es gratuita, con salida a la gorra; se invita a quienes lo deseen a llevar alimentos para compartir, si quieren quedarse a festejar con el elenco luego de la función. Reservas al 0342-154352021.

Una mirada

María Paula Olivieri (docente), sostuvo: “La obra deja que cada uno entre como pueda o como su historia lo deje. El actor roza sutilmente al espectador, como diciéndole: ‘No te asustes, no te vayas, es sólo ficción, dejá que la obra te hable, quizás encuentres aquí algún que otro sentido a tanto sinsentido'. Unos confían en el gesto del actor, otros deciden abandonar la sala. Y creo que eso es parte de lo que esta puesta en escena, tamizada por lo experimental, produce o recrea”.

“También podría ser leída en clave de una crítica social: ‘Veo gente de atrás que camina hacia ningún lado, por una calle de tierra estéril', grita el actor. Esta frase se reitera, una y otra vez, como también se reiteran unas historias que se suceden, entre amores y desamores, entre gestos de ternura y desgarros o desprecios. Lo único que pareciera introducir una diferencia en ese continuo es la música, que va marcando quizás el paso de un tiempo en el que otros tiempos respiran. Y entonces la obra asume la figura de ese ‘palimpsesto' del que hablaba algún filósofo, en el que unas historias se superponen sobre otras y respiran, como memorias de otros tiempos”, define.

Dicen los directores

Para Sergio “Zeraus” Suárez: “La obra trata de descargar las emociones y las pasiones, llegar a la catarsis, un ida y vuelta del amor a la ira, la violencia, la otra cara del amor y la otra cara de la violencia, la esencia humana, la condición humana. No podemos prescindir de ello, de esa polaridad. A mí, como espectador, me gusta vivir emociones: que una obra me transporte a otro ámbito, a otro mundo, y que me haga vivir muchas emociones juntas. Eso para mí es válido: está planteado como un viaje a los sueños, a las pesadillas, y una vuelta a la niñez. Se trata de la protesta y de estar en contra del establishment, de lo establecido, de utilizar otros espacios teatrales, otras alternativas de luminarias, etc.”.

En tanto, para Sergio “Sergei” Etchetto: “La obra habla de mujeres, habla de Ana, habla de Ruth, por ejemplo. Son importantes las mujeres, la energía femenina, de desfachatada, libre, caprichosa, abierta, de apertura, que quiere buscar la libertad, pero también que recibe todos los golpes. En todo el desarrollo de Ruth no es casual que termine violentada, no la dejan pero igual lo hace, sigue sus convicciones. No es una cosa arbitraria: es el espíritu de la mujer”.