En la provincia hay alrededor de 500 menores en hogares

Crean la asociación Niños Visibles, “la voz de los institucionalizados”

Tras lograr la adopción de dos niñas que vivían en el Hogar Casa Cuna de la ciudad, Sandra y Rodolfo Di Terlizzi conformaron una organización para monitorear la situación de niños alojados en instituciones. “Buscamos que se cumplan los derechos... para que tengan una infancia plena”, afirmaron.

U_10_A_IMG_7695.jpgEl fin de un extenso viaje. Ni bien obtuvieron los documentos con la nueva identidad de las hermanas mellizas, los Di Terlizzi disfrutaron de unas vacaciones.

Foto: Diario El Litoral

 

De la Redacción de El Litoral

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Hace años que son una familia, pero recién ahora cuentan con el documento que acredita el vínculo entre todos sus integrantes. A poco de partir hacia las ansiadas vacaciones, Sandra Di Terlizzi desandó el camino que la depositó en esta actualidad tan deseada: tiene a su cargo a las pequeñas V. y B., las hermanas mellizas que adoptó junto a su marido, Rodolfo. 

Es el mismo trayecto que, casi sin querer, llevó al matrimonio santafesino a conformar la Asociación “Niños Visibles”, que tiene el objetivo de ser “la voz de los niños y niñas que permanecen institucionalizados”, afirmó Sandra.  

La relación de los Di Terlizzi con las niñas comenzó hace años cuando las pequeñas estaban alojadas en el hogar Casa Cuna y ellos colaboraban allí. En 2012 solicitaron la guarda preadoptiva de ambas y desde hace tres años, las niñas viven con Sandra y Rodolfo.  

El caso llegó a la justicia y tomó estado público. El proceso para el matrimonio fue desgastante y no estuvo exento de dificultades.  

Hoy, todo ese extenso periplo llegó a su fin. B y V, obtuvieron el DNI que confirma que son “las mellis Di Terlizzi”. 

Los casos a seguir

En adelante, Rodolfo y Sandra, buscan volcar su experiencia en el trabajo de la organización que conformaron, para lo cual ya obtuvieron la personería jurídica.

—¿Cómo surgió la iniciativa de constituir la asociación?

— En 2012, cuando nosotros dejamos el hogar (Casa Cuna) fuimos conociendo la situación en la que están los niños, que se suele mantener en silencio. Nos prometimos por entonces ser la voz de esos niños que están silenciados por el sistema, hay debates y congresos sobre niñez, pero no son escuchados en su realidad. Por eso también la asociación está compuesta por las personas que nos acompañaron a nosotros. Y quien se quiera sumar, lo va a poder hacer en breve.

— Decís que “serán la voz de los niños”, ¿cuál será el eje de trabajo de la asociación?

— El seguimiento de los casos, monitoreo, diálogo con las instituciones oficiales vinculadas a niñez, constituir mesas de trabajo para hacer ese seguimiento. Buscamos concientizar sobre lo que representa para cada niño, pasar más del tiempo establecido por ley en una institución. La Ley 26.061, de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, sancionada en 2005 establece los plazos para resolver sobre la situación de un niño apartado de su familia biológica. Hoy esos plazos no se cumplen y así les robamos la infancia. Ya tuvimos reuniones con la directora y la subsecretaria de Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia, con la Defensoria del Niño. Queremos constituir una mesa de trabajo con todas las partes y organizaciones vinculadas con el tema.

— ¿Tienen números o estadísticas de la cantidad de niños institucionalizados?

— Estamos trabajando en conjunto con la Subsecretaría de Niñez para aportar datos. Hoy en toda la provincia habría alrededor de 500 niños institucionalizados, pero los relevamientos se están haciendo. De todas maneras, nuestro objetivo es monitorear cómo se le da a cada niño, la atención seria que cada caso requiere.

— ¿A partir del caso de las mellizas, se les acercan familias a contarles sus experiencias?

— Es impresionante en la calle, en las redes. Hay de todo: gente que quiere adoptar, familias solidarias que hace tres o cuatro años que tiene un niño a cargo. Todos esos problemas nos han alcanzado a nosotros, de una u otra manera. A veces nuestra mirada es absolutamente distinta a la que tienen los organismos oficiales, que trabajan con niños. En algunas reuniones fuimos nosotros los que les actualizamos a los titulares de esos organismos los datos de niños, información de las familias, de casos. Capaz que hay niños que ingresaron a una familia solidaria cuando tenían un año y hoy tienen seis. Si bien esa familia no lo puede adoptar, por la reglamentación, el lazo es tan fuerte que ya resulta imposible sacarlos de ahí. Por eso buscamos que se cumplan los derechos de los niños institucionalizados, para que tengan una infancia plena.

Documento en mano

En agosto del año pasado, el Tribunal de Familia Nº 2 dictó sentencia: otorgó la adopción plena de las hermanas mellizas B y V al matrimonio Di Terlizzi. A partir de entonces, comenzó la gestión de los nuevos documentos en el que figuraría el apellido de los adoptantes.

“Nos los dieron antes de ayer (el lunes 16 de enero). Hasta diciembre las nenas tuvieron el apellido biológico. Es algo muy importante, representa pertenecer a una familia. Previamente lo trabajamos con apoyo psicológico para que se identifiquen con el nuevo apellido”, comentó Sandra, la flamante mamá.

En todo el proceso, los Di Terlizzi dialogaron con las niñas sobre lo que iba ocurriendo. “En la relación abunda el cariño, la comprensión, pero sobre todo hay naturalidad. Ellas conocen su pasado, nunca les ocultamos nada. Hoy están viviendo su presente a full: fuimos a hacer los DNI, la foto, pusieron sus deditos con una alegría inmensa”, celebró Sandra.