MARTIN SCORSESE

El cine de un cinéfilo

  • En febrero se estrena en la Argentina “Silencio”, la nueva producción del director neoyorquino tras “El lobo de Wall Street”. Es una historia sobre las tribulaciones de los misioneros jesuitas en el Japón del siglo XVII. El American Film Institute la incluyó entre las diez mejores películas de 2016.
El cine de un cinéfilo
 

Juan Ignacio Novak

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El 19 de febrero llegará a los cines argentinos un film que se anticipa como uno de los mejores de 2017. Se trata de “Silencio”, inspirada en la novela de Shusaku Endo, centrada en dos misioneros jesuitas que, en el siglo XVII, van a Japón a rastrear a un miembro de la orden que ha renunciado a su fe tras ser perseguido y torturado. El mayor interés de esta película en la que actúan Andrew Garfield, Adam Driver y Liam Neeson, además del violento conflicto cultural que mostrará, es que la dirige Martin Scorsese, uno de los cineastas modernos más respetados.

Violentos y marginales

A principios de los ‘70, Martin Scorsese rodó un film autobiográfico, “Malas calles”, que resume las vivencias de un joven de un barrio conflictivo de Nueva York. Pero fue en 1976, con “Taxi driver”, cuando removió las aguas: su retrato de un taxista insomne que quiere destruir una ciudad a la que no sabe adaptarse, es un golpe directo al centro de un sistema social decadente, donde los límites morales se han trastocado. En su siguiente film, “Toro salvaje” (1980), mostró a un boxeador hundido en su incontrolable violencia, corporizada en una actuación memorable de Robert De Niro.

En “El rey de la comedia” (1982) volvió a apuntar (también con De Niro) a las contradicciones de un sistema expulsivo y egoísta, a través de la ácida historia de un cómico que secuestra a su ídolo (Jerry Lewis) para conseguir una audiencia masiva. En “Después de hora” (1985), propuso otra visión oscura de la ciudad en una trama de suspenso y comedia.

Newman y Cristo

En “El color del dinero” (1986) retomó la historia de Eddie Felson (antiguo campeón de billar, protagonista del film “El buscavidas” de 1961), con una actuación de Paul Newman que le permitió ganar el Oscar. Pero fue en “La última tentación de Cristo” (1988) cuando puso el dedo en la llaga y generó polémica. La versión de Paul Schrader de la historia escrita por Nikos Kazantzakis es una visión particular de la vida de Jesús de Nazaret, con hincapié en sus sentimientos humanos. La controversia se tradujo en boicots y prohibiciones que no hicieron más que acrecentar su aura.

Consagración

En “Buenos muchachos” (1990), Scorsese retomó buena parte de las temáticas que había despuntado en “Calles salvajes”, pero estilizó las formas, convocó personajes más complejos y construyó una crónica detallada (por momentos escalofriante) de tres décadas en la vida de la mafiosos de Brooklyn. Mereció más premios Oscar que los que finalmente obtuvo (sólo uno, para Joe Pesci). Al año siguiente, Scorsese realizó una embrollada remake de “Cabo de miedo”, cuyos mayores logros fueron las actuaciones de Robert De Niro y Juliette Lewis y el manejo del suspenso.

En “La edad de la inocencia” (1993) mostró la cara más hipócrita de la sociedad norteamericana del siglo XIX, con Michelle Pfeiffer y Daniel Day-Lewis en un romance prohibido. Y en “Casino” (1995), volvió a reclutar a De Niro y a Pesci para mostrar los turbios manejos de Las Vegas. “Kundun” (1997) fue su acercamiento al budismo y “Vidas al límite” (1999) a las tribulaciones del conductor nocturno de una ambulancia en Nueva York.

Pandilleros, aviadores y codiciosos

“Pandillas de Nueva York” (2003), sobre la corrupción política y los enfrentamientos entre bandas en la Nueva York de 1860 y “El aviador” (2004), biopic del controvertido millonario Howard Hughes marcaron un cambio de registro para la producción del director de “Taxi driver”, pero también iniciaron su etapa de colaboraciones con Leonardo DiCaprio, que tendría muy buenos resultados, el primero de ellos “Los infiltrados” (2006), remake de la oriental “Infernal Affairs”, que se tradujo en el primer Oscar al Mejor Director que recibió Scorsese en su carrera.

Tras la consagración, siguieron “Shine a Light” (2008), un documental lúcido, entretenido y honesto sobre los Rolling Stones, “La isla siniestra” (2010), sobre la novela de Dennis Lehane, “La invención de Hugo” (2011), homenaje a los inicios del cine y la aclamada “El lobo de Wall Street” (2013), con DiCaprio como codicioso corredor de bolsa. Este film fue, para muchos, el regreso de Scorsese a sus mejores registros. Habrá que ver qué ocurre en “Silencio”, aunque las críticas que recibió hasta el momento fueron muy positivas.