Sin Justicia

San Justo: se cumple un año del crimen de Roque Zanutigh

  • No hay detenidos y la familia cuestiona la falta de impulso en la investigación fiscal. El empresario de 70 años fue varias veces apuñalado en su casa, en pleno centro de la ciudad. Hoy se celebra una misa en su memoria.
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El de Zanutigh fue el único homicidio ocurrido en la ciudad de San Justo en todo el 2016. Foto: Agencia San Justo

 

Juliano Salierno

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A un año del asesinato del empresario ganadero Alberto Roque Zanutigh, sus familiares convocan a amigos y vecinos a participar de una misa en su memoria y elevar una plegaria para pedir justicia, puesto que el hecho se encuentra aún impune. La celebración está prevista para hoy a las 20, en la parroquia Nuestra Señora de la Merced, tras lo cual se hará un minuto de silencio en las escalinatas de la iglesia.

Fue el único homicidio ocurrido en la ciudad de San Justo en todo 2016, y mientras para la policía existen indicios suficientes como para orientar la investigación hacia un sospechoso, para el Ministerio Público de la Acusación la información volcada a la causa no es suficiente.

“Nunca hubo una persona imputada, ni sospechada con la contundencia suficiente como para que nosotros podamos ordenar una detención”, sostuvo la fiscal de la Unidad Especial de Homicidios, Cristina Ferraro. Por contrapartida, el jefe de la Unidad Regional XVI, comisario Miguel Ravelli, aseguró que “se aportaron elementos contundentes”. “En concreto, se secuestraron los dos teléfonos celulares que habían faltado esa noche del domicilio de Zanutigh” y que estaban en poder de un hombre con frondosos antecedentes penales, el cual se encuentra detenido por otro delito.

Puerta abierta

El crimen de Roque se produjo el lunes 25 de enero de 2016, alrededor de la una de la madrugada, según surge de las últimas conexiones telefónicas que realizó la víctima y del horario de apagado de los dispositivos móviles, presuntamente en poder de los asesinos.

Sin embargo, el hecho fue descubierto a la mañana siguiente cuando pasadas las 8 la mujer encargada de la limpieza, se comunicó con los hijos de Zanutigh para decirles que algo extraño había ocurrido en la casa de calle Belgrano al 2600.

La puerta del frente estaba sin llave, lo cual no llamó la atención de la mujer, porque su patrón solía dejarle abierto. En cambio el desorden que encontró en el cuarto principal, sumado a la falta de respuestas a su llamado, hicieron que abandonara el lugar.

Luego, dos allegados a la familia entraron en la vivienda céntrica, que está a dos cuadras y media de la plaza principal. Uno de ellos advirtió que entre dos camas de una plaza, como envuelto en una sábana, estaba el cuerpo de Roque.

Nueve puñaladas

Sin tocar nada salieron del cuarto y llamaron a la policía, que tras el hallazgo del cadáver valló la zona y esperó la llegada de efectivos de la Policía de Investigaciones del departamento La Capital, para el levantamiento de huellas y rastros.

Los investigadores aseguraron que no había aberturas forzadas y se supo más tarde que el o los asesinos, se habían llevado un maletín donde estaban las llaves del auto VW Vento -estacionado en el garaje-, documentos varios y una suma de dinero que rondaba los 20 mil pesos. Además, fueron sustraídos dos teléfonos celulares, uno viejo y otro más moderno.

Nueve puñaladas fueron las que recibió el empresario ganadero -Cabaña Monte Grande- y titular de una planta distribuidora de gas envasado -Extra Gas-. Además de su avanzada edad, Zanutigh vivía solo -estaba separado-, y había sufrido un ACV seis años antes, lo cual lo colocó en una situación de absoluta indefención ante el brutal ataque.

El crimen conmocionó a la comunidad de San Justo, no sólo por tratarse de una persona conocida y respetada en los distintos ámbitos en los que se manejaba; sino por la saña empleada en lo que se presenta como un caso de robo.

Única hipótesis

Varias semanas transcurrieron hasta que los investigadores de la policía local rompieron con el hermetismo y ventilaron la única hipótesis correlacionada con pruebas materiales.

El robo a un camión distribuidor de cigarrillos ocurrido el 17 de marzo frente a un parador de la Ruta 11, derivó en la detención de dos sujetos de 22 y 37 años, de los cuales el mayor tenía en su poder uno de los teléfonos robados a Zanutigh casi dos meses atrás. En simultáneo, por declaración de testigos la policía descubrió que el mismo sujeto había vendido el otro teléfono a un tercero, lo cual lo convertía en el principal sospechoso, junto con la acusación por el ataque armado al transportista.

Los asaltantes fueron detenidos el 18 de marzo cuando escapaban en un VW Gol en dirección a la localidad de Videla. En su poder secuestraron, además de celulares, una pistola Bersa, calibre 22 con cartuchos intactos, dinero y documentos varios. También recuperaron una motocicleta Yamaha Crypton 110 c.c. utilizada en el atraco y que habían escondido en un galpón de calle Tucumán al 1300.

A los pocos días, el juez penal Sergio Carraro dictó la prisión preventiva para José Carlos F. por el delito de “robo calificado por el uso de arma de fuego”. El hombre de frondoso prontuario, permanece tras las rejas en la actualidad, no obstante y a pesar de ser atrapado con los celulares de una víctima de homicidio, nunca fue vinculado al caso en calidad de imputado.

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Roque Zanutigh era un conocido cabañero y empresario del gas envasado del norte santafesino. Foto: Gentileza familia Zanutigh

“No sabemos quién fue...”

  • “Por confiar en la Justicia jamás hicimos nada, pero si seguimos así nunca se va a resolver”, dijo Silvana Zanutigh, una de las hijas de Roque, el empresario asesinado en San Justo el 25 de enero de 2016. La persona que cometió el crimen “nos puede estar cruzando tranquilamente y nosotros no sabemos quién fue”, se lamentó.

La idea de Silvana, apoyada por sus hermanos Andrea y Mauricio, fue realizar un minuto de silencio después de la misa de ocho de hoy, “para que no se olviden y que no se naturalice la cuestión”. “Aparte en San Justo esto no es común y no queremos llegar a lo que pasa en Santa Fe que son crímenes y crímenes y nunca pasa nada porque es normal”.

“Simplemente haremos un recordatorio de lo que fue él y seguiremos pidiendo justicia”, “sin dar nombres, ni agredir a nadie”, precisó la organizadora. Aferrada a su fe, Silvana llama a participar de una “manifestación pacífica”, “simplemente para que alguien haga algo para no naturalizar hechos delictivos que son aberrantes y que pasan desapercibidos porque son tantos”.