Víctimas rurales

Inseguridad en ganaderos de Tostado

Nuevas denuncias por robos y faenas clandestinas de animales, que delincuentes realizan dentro de los mismos establecimientos ganaderos en los que irrumpen, reflotan el tema de la inseguridad rural en jurisdicción de Tostado.

6ABRE_IMG_3147.jpg

Solo la cabeza. En el norte provincial el tema ya es una práctica habitual. Foto:Gentileza

 

Eloy Rodríguez/ Campolitoral

[email protected]

Dos nuevos casos de abigeato y faena de animales (seis vacunos en menos de 5 meses) irrumpiendo en campos ajenos, reavivan la problemática de la inseguridad rural en establecimientos ganaderos de Tostado.

En la reciente denuncia de fecha 7 de febrero de este año, Roberto Odetto, propietario del campo “El Caprichito”, ubicado en la Ruta Provincial Nº 2, en el KM 362, 11 kilómetros al noroeste de la ciudad de Tostado, zona cercana a Fortín Inca (Santiago del Estero), denunció ante la Sección 27, de la Guardia de Seguridad Rural “Los Pumas”, el hallazgo de restos de 3 animales vacunos (2 vaquillas y 1 ternero), sin poder precisar la autoría de este hecho de vandalismo.

Lo llamativo de la problemática es que, el día 10 de setiembre de 2016, este mismo ganadero de Tostado realizó una denuncia por un hecho similar, ocurrido en la ensenada del mismo establecimiento de su propiedad cuando encontró restos de 3 ejemplares de terneros ya faenados.

Indignado por la situación que está padeciendo, este productor tostadense manifestaba “quiero ver a las autoridades trabajando a disposición de la gente honesta. Que los controles pasen por cada puesto caminero, por cada carnicería de moral dudosa, por lugares de comida donde la carne que se vende no pasa por frigoríficos y por cada asado con cuero a beneficio. Es la mínima respuesta que deberían darme los funcionarios responsables de los controles. Soy un pequeño productor ganadero con un rodeo de unos 200 animales, a quien ya le han robado 6 vacunos en el término de 5 meses”.

Voces de solidaridad

Un vecino ganadero expresó: “esto no es hambre, es un hecho delictivo con complicidades”. Otro manifestaba que “parece que estamos en tierra de nadie, a nosotros nos queda la impotencia y la resignación, mientras los que deben controlar no apresan a ninguno de estos delincuentes. Es indignante.”

Un tercero expresaba que “Estas cosas suceden, porque las autoridades lo permiten y/o lo fomentan. ¿Cuánto pueden demorar en descubrir hechos de esta naturaleza? Es indudable que no tienen vocación de condenar delitos”.

Otro productor, irritado por la misma situación vivida afirmaba que “el año pasado me carnearon 9 animales vacunos y todavía no tengo ningún tipo de respuesta de los funcionarios responsables de investigar. Estamos totalmente indefensos”.

Problemática sin solución

Estas violaciones a la propiedad privada vienen sucediéndose desde comienzo del año pasado, y quizás de antes también ante situaciones no denunciadas. En una nota de fecha 15 de julio de 2016, “El Litoral” se hacía eco de la denuncia de más de una docena de productores, del distrito Tostado, que manifestaban su preocupación por ser víctimas de constantes hechos delictivos y por la falta de respuestas de quiénes deben ofrecer seguridad, contexto en el que se vieron perjudicados económicamente en más de $ 2.000.000

El “modus operandi” se reitera. Los delincuentes ven facilitado su accionar ya que, cortando alambrados o violentando candados, se introducen en los establecimientos agropecuarios para cometer estos hechos delictivos que mantienen en ascuas a la población rural de Tostado.

En Gálvez

Esta semana, esta modalidad delictiva también se registró en zonas aledañas a Gálvez. Puntualmente en un campo de Loma Alta, limítrofe con la localidad de Gessler, donde una productora denunció la faena de 11 animales en una sola noche. Fue pasada la medianoche del pasado viernes, cuando se apagaban los festejos de la Fiesta del Folklore, y los delincuentes cortaron los alambres de los campos aledaños para ingresar al potrero donde descansaba la hacienda. “Trabajaron con total impunidad”, dijeron testigos que denunciaron el hecho en el programa “A Pura Radio” de LT9. “Sólo dejaron las patas y el mondongo”, agregaron otros, quienes reconocieron no haber presenciado una cosa así en toda su vida. Por las huellas, se infiere que se movían en dos vehículos.

 

análisis

por Eloy Rodríguez

Un cóctel delictivo

Una zona de extensa superficie, de muchos caminos rurales, de atajos alternativos, limítrofe con otra jurisdicción (Santiago del Estero) más la red de complicidades, hacen un “cóctel” delictivo difícil de desarticular. Difícil por un control que, a veces, intencionalmente no se hace, por falta de respuestas ante las denuncias realizadas, por una resignación originada por la anemia oficial y, porque no, por temor a algún tipo de represalia. Los delitos rurales, abigeato y robos, necesitan de la concurrencia de cuatro elementos: más de una persona para poder delinquir, movilidad, tiempo y elegir la vía de fuga. Los responsables de los controles también lo saben.