El plan de Colón...

Arrancó por el kiosquito y no paró hasta el shopping

Domínguez ideó su propio negocio, lo hizo crecer de a poquito, lo expandió y se encontró conque tenía los mejores artículos, precios y ofertas del clásico.

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El grito de la felicidad. Germán Conti, otro de muy buen rendimiento además de Ledesma, fue uno de los que llegó de pibe a Colón y disfrutó como pocos la victoria. Es hincha sabalero y por eso lo vivió diferente.

Foto: Mauricio Garín

 

Enrique Cruz (h)

Hagamos de cuenta que se nos ocurre un negocio. Lo primero es elaborar la idea y elegir la mejor. Es decir, tenemos que saber qué es lo que vamos a vender, cómo lo vamos a vender y dónde lo vamos a vender. Primera moraleja, el plan: Domínguez tuvo la mejor idea y estrategia. Supo cómo tenía que jugar el partido. 1) Sin arriesgar con salidas inseguras desde el fondo; 2) frenando el ritmo para llevarlo a lo que más le convenía. Cuanto más lento sea el partido, mejor.

El segundo paso es empezar a construir el negocio. Hay que armarlo, tener una buena vidriera, buenos vendedores, buena publicidad. Segunda moraleja, el crecimiento y expansión. Colón tuvo concentración, actitud y aptitud para llevar adelante todo lo que se había ideado durante la semana desde el mismo arranque del partido y en ese primer tiempo. Muchos sabían que era la gran oportunidad, en algunos casos de “reivindicarse” y en otros de “consagrarse”. Había mucho para ganar, pero también mucho para perder. Hasta del técnico se hablaba en la semana, injusta y prematuramente porque Domínguez apenas ha dirigido 180 minutos al equipo.

El tercer y último paso lo dio en el segundo tiempo, y ahí, ese pequeño negocio en expansión se convirtió en un verdadero “shopping”. Colón hizo todo bien. A la concentración le agregó más concentración; a la actitud y aptitud, más de las dos cosas; y llegaron los goles en jugadas de pelota quieta. Tercera moraleja, el éxito. Domínguez fue un gran ganador y de ese pequeño negocio que quiso empezar a construir en la cancha de Unión, terminó haciendo un megamercado con los mejores artículos y precios. “Vendió” todo el técnico de Colón y hasta se encargó también de que los “héroes” fueran jugadores de los que nadie esperaba semejante consagración, como Ortiz y Garnier.

¡Qué gran partido de Ledesma!... Cuando con tanto nerviosismo, presión y pocos espacios, alguien pone la pelota debajo de su suela, es porque sabe muy bien adónde quiere llegar. Ledesma se paró bien en la cancha, marcó, recuperó, jugó, habló con el árbitro, serenó a sus jugadores y llevó el partido al ritmo que más le convenía a Colón. Fue un cabal intérprete de las necesidades de su equipo y del libreto de su entrenador. Casi como si lo conociera desde siempre. El a Domínguez y también Domínguez a él.

Colón acertó en todo, afuera y adentro de la cancha. Y Unión jugó equivocado casi todo el partido. Primero, porque no lo pudo llevar a su propio ritmo. Le faltó la personalidad que había tenido una semana antes en la cancha de River. Claro que en ese partido, la mayoría rindió uno, dos o más puntos por encima de ayer, aspecto clave, el individual, para definir lo colectivo.

Esta vez no fue buena la lectura que hizo Pumpido del partido y de su equipo. Estaba faltando fútbol, Rivero no se lo daba y tenía a Acevedo afuera. Prefirió primero la verticalidad de Algozino; después sacó a Gamba, que era el que más exigía y recién en el final se inclinó por Cejas. No usó a Acevedo y hasta el mismo Vadalá, con su habilidad en la corta, podría haberle servido más. No hubo respuestas, ni adentro ni afuera de la cancha, para revertir un trámite que jamás le fue favorable al equipo.

 
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¡Ojo con las piernitas! Ledesma y Ortiz metidos en la disputa de la pelota contra De Iriondo, Sandona y Nereo Fernández. Fue en el transcurso del primer tiempo y una de las pocas situaciones claras que tuvo esa etapa. Iban 15 minutos.

Foto: Hugo Pascucci

El dato

Afuera

  • En Colón, el que quedó afuera y no firmó planilla fue Diego Lagos. En Unión, Pumpido decidió que Magallán y Zárate lo vieran desde las tribunas. Los tres jugadores habían concentrado con sus respectivos planteles. En la cancha estuvo Diego Villar (se recupera de un desgarro en el gemelo) y también se lo vio a Cristian Bernardi, que cumplió en este partido con la fecha de suspensión y podrá volver ante Lanús, el domingo que viene.