Ganar era el primer y gran objetivo, pero Argentina lo hizo a costa de nada

Bauza vio lo que nadie vio

Para el entrenador de la selección, el equipo hizo un partido brillante. Jugando sin una idea clara de juego, ganó sin luces ni merecimientos. Para los amantes —y no amantes también— del resultadismo, no cabía otra. Es lo único que sirve de justificativo. La propuesta futbolera fue escasa y ganamos con un penal dudoso.

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El único que intentó. Messi encara rodeado de rivales. El “10” careció de socios para lograr el desnivel en el juego. Detrás observa Mascherano, quien no podrá estar el martes en Bolivia por haber llegado a la segunda amarilla. Foto: Télam

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Bs. As.)

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Pareció más bien la reacción de alguien que caprichosamente se empecina con manifestar algo con vehemencia y firmeza, que ese concepto claro y lleno de autocrítica que siempre se espera de parte de un protagonista directo, en este caso un entrenador.

Bauza quiso hacernos creer a todos que el equipo había jugado un partido brillante. Y la pregunta es: ¿vio Bauza realmente a un equipo brillante, que hizo todo bien?, ¿o quiso sembrar confusión donde no la hay?. El único que vio jugar un partido brillante a la selección, fue el propio entrenador. Nadie más. Y ni siquiera se puede decir que fue bueno, meritorio o rescatable desde el planteo o desde la idea de juego. Y explicaré el porqué.

¿Alguien puede decir con certeza a qué juega Argentina?, es una pregunta de difícil respuesta. ¿Es un equipo ofensivo y que sale a buscar los partidos o a “comerse” crudos a los rivales?, no. ¿Es un equipo defensivo y contragolpeador?, casi nunca, o de ratos. ¿Es un equipo que muestre con claridad a qué intenta jugar cuando tiene la pelota?, tampoco. Por eso, verdaderamente cuesta justificar con hechos o realidades, la reacción caprichosa del técnico. O vio otro partido, o la mayoría vimos otro partido o hay cosas que, evidentemente, pasan sólo por la vista de Bauza y por eso dice lo que dice.

¿Qué hizo Argentina cuando tuvo la pelota?, casi nada. Tiró pelotazos profundos, muchas veces frontales o mediante cambios de frente. Y nada más. De a ratos se intentó la búsqueda desesperada de Messi para descansar en él y tirarle toda la responsabilidad. ¿Qué más se vio?, poco. Alguna subida esporádica y por sorpresa de Mercado; los ya apuntados pelotazos de Mascherano y Messi; una producción que fue de mayor a menor de Di María, un penal que Ricci vio claramente pero que no fue tan así y un equipo —el argentino— que terminó metido adentro de su área y pidiendo la hora.

Con estos jugadores, es imposible pensar en un equipo defensivo o contragolpeador. Creo que sería ir en contra de principios históricos y esa retórica futbolera que nos distinguió desde siempre. Entonces, no hay otra que buscar el protagonismo directo. ¿Cómo se consigue?, teniendo más la pelota que el rival, acelerando ritmos y tiempos o haciendo la pausa en los momentos necesarios. Argentina pareció que a la batalla la ganó en un cuarto de hora y luego se dedicó a dormirse en la gloria. Y por momentos, no jugó a nada. Así fue el segundo tiempo, de escaso valor futbolístico y causante de justificadas preocupaciones.

Es cierto lo que dijo Pizzi respecto de que Chile mereció algo más. Si el partido terminaba empatado, no iba a ser un resultado alejado de la realidad. Entonces, con más razón resultan injustificadas las apreciaciones de Bauza después del partido.

¡¿Un partido brillante?! No hay manera de juzgarlo si no se tiene en cuenta que al fútbol se juega con la pelota. Y a la pelota la tuvo el rival durante buena parte del encuentro, no sólo en esos quince minutos finales de cada tiempo, que Bauza quiso explicar y lo hizo reiteradamente, como queriendo convencernos a todos de las limitaciones exhibidas por el equipo.

En lo único que se puede coincidir —y mucho— con el técnico, es en el valor indispensable que tenía el resultado. ¿Qué hubiera pasado si Argentina perdía jugando como jugó ayer?. Era una alternativa totalmente potable. Argentina no fue superior, golpeó primero y luego se dedicó, sobre todo en el segundo tiempo, a cuidar lo máximo posible la victoria parcial. Por lo tanto, podría haber pasado que si el tiro libre de Alexis Sánchez o la puntada final de Castillo luego del centro de Beausejour, entraban, ni Bauza hubiera hablado de un partido brillante ni tampoco la gente se hubiese ido contenta del Monumental.

Si la consigna era ganar cueste lo que cueste o a cualquier precio, la misión está cumplida. Pero al análisis futbolero hay que hacerlo y Bauza es el que debe entender que su equipo deja dudas en el funcionamiento. No se sabe a qué juega, cómo ataca y sólo se puede pensar en que la “idea” es juntar mucha gente de mitad de cancha para atrás a los efectos de defenderse. Escaso. Muy escaso para un equipo que tiene para jugar mejor y debe jugar mejor.

“Nos tuvieron miedo”

  • Varios jugadores chilenos coincidieron en que “Argentina nos tuvo miedo” y en la inexistencia del penal que le dio a Messi la posibilidad de marcar el único gol. “Por decirlo de una manera educada, fue dudoso”, dijo Beausejour.

Uno de los grandes ausentes en el partido de anoche fue Arturo Vidal, quien sin embargo acompañó al plantel al Monumental. Dijo que “Argentina fue un equipo tímido” y compartió lo que tácticamente se encargaron de señalar la mayoría de los jugadores de la Roja: “Nosotros sabíamos que había una línea que debíamos superar, que era la de los cuatro de arriba. Si la pasábamos, nos quedaba un amplio terreno para manejar la pelota. Y muchas veces, los cuatro de arriba bajaron casi hasta su propio sector y nos esperaron”, dijeron la mayoría de los jugadores chilenos.

Pocas veces un himno tan silbado

  • En el estadio Nacional de Chile, cuando se jugó la final de la Copa América de 2015 y cuando Argentina venció a la Roja en estas Eliminatorias, se repartió un cartón verde que los espectadores debían levantar en el momento de la ejecución de los himnos. El objetivo, claramente, era concientizar sobre la necesidad de respetarlo.

Anoche, un coro de silbidos estruendoso, mezclados con gritos de hostilidad, tornaron imperceptible el sonido del himno chileno. Además, en varios pasajes del partido se escuchó también el grito de “el que no salta es un traidor”, dirigido a los muchos trasandinos que se ubicaron en el sector alto de la tribuna que da a la Figueroa Alcorta. Antes del partido, un hincha de la Roja resultó agredido.

 

síntesis

Argentina 1

Chile 0

Estadio: Monumental de River.

Arbitro: Sandro Ricci (Brasil).

Argentina: Romero; Mercado Otamendi, Rojo y Más; Biglia y Mascherano; Messi, Agüero, Di María e Higuaín. D.T.: Edgardo Bauza.

Chile: Bravo; Isla, Medel, Jara y Beausejour; Fuenzalida, Aranguiz, Silva y Hernández; Alexis Sánchez y Vargas. D.T: Juan Antonio Pizzi.

Gol: en el primer tiempo, a los 15 m Messi (A) de penal.

Cambios: todos en el segundo tiempo, al comenzar, Musacchio (A) por Mas; a los 10 m Castillo (C) por Fuenzalida; a los 12 m Banega (A) por Agüero; a los 24 m Valdivia (C) por Silva; a los 31 m Roncaglia (A) por Mercado y a los 45 m Paredes (C) por Aranguiz.

Amonestados: en Argentina, Biglia, Otamendi, Mascherano e Higuaín.

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Los extremos. Alexis Sánchez intenta superar la marca de Sergio Agüero. El “7” chileno fue la figura de la cancha, mientras que el argentino tuvo un muy pobre rendimiento.

Foto: Télam

Bajo la lupa

ROMERO (5).- No tuvo muchas intervenciones, hizo vista en el tiro libre de Alexis Sánchez en el travesaño pero luego le tapó bien un remate débil a Castillo.

MERCADO (6).- De lo mejor de Argentina, junto con Messi. Tuvo bastante trabajo defensivo con Alexis Sánchez (cuando se volcó por allí) más la subida constante de Beausejour. Le quedó resto, voluntad y coraje para acompañar arriba. Lo ovacionaron.

OTAMENDI (6).- Expeditivo y fuerte ante rivales de buen toque de primera y rápidos. Marró una ocasión increíble en el final del primer tiempo, cuando le erró al arco desde inmejorable posición.

ROJO (5).- Arrancó de central y luego pasó a marcar la punta en el segundo tiempo. Trató de cumplir.

MAS (5).- Poca proyección y mucho trabajo en el tiempo que jugó, porque Chile le jugó muchas pelotas cruzadas a su espalda o aprovechando su cierre hacia el medio.

BIGLIA (6).- Un motorcito que trabajó incansablemente en los 90 minutos. No se lo vio mucho en el juego, pero marcó y corrió.

MASCHERANO (6).- Algunas pelotas bien puestas en el primer tiempo tratando de aprovechar las espaldas de los centrales y el adelantamiento permanente que hacían para achicar a espaldas de los volantes. Se sacrificó.

MESSI (6).- Por momentos se puso el overol, fue el más claro con la pelota y ejecutó brillantemente el penal. Lo apretaron mucho y le cometieron algunas infracciones. No brilló, pero tuvo poca compañía.

AGÜERO (4).- Un remate que pegó en la parte exterior de la red luego de una gran jugada de Messi y poco más. No entiende demasiado lo que debe hacer en esa posición, detrás del “9”.

DI MARÍA (5).- Fabricó el penal (dudoso) que le dio la victoria a Argentina. Trató de aprovechar en el primer tiempo la espalda de Isla. Fue de mayor a menor. En el segundo, casi nada.

HIGUAÍN (4).- No tuvo una sola situación adentro del área, la pelota le llegó poco y tampoco se las ingenió para generarse algo a su favor.

MUSACCHIO (5).- Otro que hizo de la simpleza un estilo necesario de juego. Debió estar atento ante un equipo de buen manejo y rápido.

BANEGA (4).- Se esperaba más de él. Bauza vio que Argentina perdía la pelota y necesitaba alguien que la maneje. A veces, aparecía más retrasado que los dos volantes de marca.

RONCAGLIA.- Cuando Chile apretó en esa parte final, tuvo algunos problemas para ponerle candado al lateral derecho de la defensa.