Por encubrimiento

Barrabravas de Boca procesados

Agencia DyN

Los líderes de la barrabrava de Boca Juniors, encabezados por Rafael Di Zeo y Mauro Martín, fueron procesados junto a un jefe policial por encubrir la fuga de un integrante de “La Doce” que era buscado por la Justicia por haber perpetrado un secuestro extorsivo y fue a la Bombonera a ver un partido de la Copa Libertadores.

Fuentes judiciales revelaron a la agencia DyN que el fallo fue dictado el viernes por el juez federal Sebastián Ramos, quien responsabilizó a los imputados por “encubrimiento agravado”, que prevé penas de hasta seis años de cárcel, y les dictó un embargo sobre sus bienes de 100 mil pesos a cada uno.

De acuerdo a las fuentes, el procesamiento alcanzó a Rafael Di Zeo, Mauro Martín, Cristhian Leonardo Roblero, Luis César Arrieta, Carlos Cristhian Santa Cruz, Antonio Viñales, Carlos Sebastián Maciel, Eduardo Alberto Tripodi, Ariel Maximiliano Pinazzi, Miguel Ángel De Santis, Gustavo Alberto Iglesias y Eduardo Elías Aballay, custodio de “La Doce” y apodado “Hulk”.

“Está acreditado” que los integrantes de “La Doce”, liderados por Di Zeo y Martín, formaron un cordón humano, como “una masa compacta” de personas y en el centro se ubicó Maximiliano Germán Oetinger, prófugo de la Justicia por el secuestro de un odontólogo jubilado, en abril de 2015, estableció la Justicia.

Cambio de ropa

Cuando los policías de Antisecuestros, que se habían instalado frente a las cámaras de seguridad del estadio, lo divisaron, “Mey” Oetinger logró escapar, se cambió la ropa y se refugió entre “un conjunto de individuos pertenecientes a la agrupación conocida como ‘barra’ de la facción oficial de simpatizantes” de Boca, llegó al estacionamiento y desapareció, siempre de acuerdo al fallo al que tuvo acceso DyN.

“Mey” -que también fue vinculado al secuestro de Abraham Awada, el padre de la primera dama Juliana Awada- fue atrapado meses después en Villa Ballester tras visitar a su novia.

El procesamiento dictado esta semana por Ramos también alcanzó al comisario inspector Ángel Humberto Ponce. En la causa ya está camino a juicio el empleado de seguridad del club, Guillermo Bunetta, alias “Mou”.

En tanto, Ramos dispuso la falta de mérito de Guillermo Néstor Calviño, ex superintendente de Seguridad Metropolitana de la Federal y actual jefe de esa fuerza traspasada a la órbita porteña, quien al declarar negó su vinculación en los hechos.

Para el juez aún resta establecer “cuál habría sido la intensidad de su participación en los hechos investigados” porque no estuvo en el lugar de los hechos, y por lo tanto amplió la investigación sobre él, precisaron a DyN las fuentes que accedieron a la resolución.

En la Bombonera

Todo ocurrió el 19 de mayo, en la Bombonera, cuando Boca jugaba contra Nacional de Uruguay su pase a las semifinales a la Copa Libertadores, y en la hinchada apareció “Mei”, ladero de Di Zeo y Martín.

La división antisecuestros de la Policía Federal lo esperó en la cancha, con la intención de atraparlo cuando terminara el partido, entre las puertas 12 y 14 del estadio, a raíz de lo cual siguieron sus movimientos desde la UCO de la cancha, donde se manejan las cámaras instaladas en tribunas, pasillos, escaleras y accesos. Allí estaban el subinspector de Antisecuestros, Pablo Aguirre, que podía reconocerlo; el subsecretario de Seguridad de la Ciudad, Juan Pablo Sassano, y el comisario inspector Ponce, jefe del operativo policial abocado a la seguridad del espectáculo entre otros funcionarios del Ministerio de Seguridad y técnicos.

Según se puso constatar, “Mey” se ubicó en el paravalanchas junto a Di Zeo y Martín y las cámaras registraron cómo “Mou” Bunetta le tocaba el hombro al prófugo y le hablaba al oído; inmediatamente el buscado bajó del paravalancha, fue al pasillo, habló por teléfono “mirando constantemente a las afueras del estadio”.

“De forma intempestiva y pese a lo acordado previamente, Ángel Humberto Ponce ordenó trasladar el procedimiento policial desde la puerta 14 -única salida del sector popular donde se encontraba Oetinger- hacia el sector conocido como el ‘campito’ y, en consecuencia, aquel acceso quedó con escasa o nula presencia policial”, sostuvo el juez.

La policía intentó apurar el arresto. Pero, mientras los agentes subían escaleras, el prófugo se esfumó. En las cámaras apareció diez minutos después con otra ropa y rodeado de personas que le daban indicaciones mientras que la “masa humana” de La Doce lo condujo al estacionamiento del club, donde lo esperaban cuatro autos.

“Se pudo demostrar que Maximiliano Oetinger egresó del predio del Club Atlético Boca Juniors y logró evadir el procedimiento policial montado para proceder a su detención, presumiblemente a bordo de alguno de los automóviles de menor tamaño”, se añadió al describir la fuga.