El secretario de Estado visita Moscú

Putin y Trump buscan normalizar la relación entre los dos países

Los ministros de exteriores de Estados Unidos, Alemania, Italia, Reino Unido, Francia, Canadá y Japón junto con la jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini, se reunieron en Italia para analizar la situación mundial. Foto: DPA

• La cancillería rusa dijo que la relación transita una “parálisis inaceptable y preocupante”.

De la Redacción de El Litoral

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Telam

Rusia subrayó hoy la necesidad de normalizar las relaciones con Washington, tras señalar que el actual vínculo transita una ‘parálisis inaceptable y preocupante‘ para “sostener la seguridad internacional‘, en un comunicado de la Cancillería en el que responsabiliza al gobierno de Barack Obama, pocas horas antes de la llegada del secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson.

“Confiamos en que haya unas negociaciones productivas. Esto es importante no solo para el futuro desarrollo de nuestra cooperación bilateral, sino para la situación general en la arena internacional”, afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso en un documento reproducido parcialmente por las agencias de noticias EFE y Reuters.

La Cancillería rusa no dudó en acusar a la administración Obama tanto de la guerra en Siria como del conflicto en Ucrania, dos de los principales temas que tratarán hoy y mañana Tillerson y su homólogo ruso, Serguei Lavrov.

“Los intentos de culpar a Rusia que se llevaron y se llevan a cabo por el ‘establishment’ político estadounidense son una hipocresía. No fuimos nosotros los que provocamos la revuelta anticonstitucional en Ucrania, ni tampoco prendimos la hoguera de la llamada primavera árabe”, subrayó la nota.

El texto insistió en que Moscú espera que la visita de Tillerson sea “productiva”, pero dejó claro que no va a ceder a las presiones anunciadas por Washington sobre el apoyo al presidente sirio, Bashar al Assad, y reiteró que pedirá al jefe de la diplomacia estadounidense explicaciones sobre el ataque a una base área siria el jueves último, además de insistir en una investigación imparcial del uso de armas químicas en el país árabe.

“Rusia no va a renunciar a sus legítimos intereses y sólo aceptará cooperar de igual a igual, algo que tampoco ahora le gusta a todo el mundo en Washington. Pero estamos abiertos a un diálogo de lo más sincero sobre cualquier cuestión de la agenda bilateral e internacional”, advierte el comunicado.

Moscú busca así circunscribir de antemano los límites por los que permitirá que transite la futura relación con Estados Unidos.

Previo a la acción militar de Donald Trump contra una base siria la expectativa era que este viaje de Tillerson constituyera el inicio de una cierta normalización de las relaciones Moscú-Washington, pero el bombardeo limitó esa expectativa y en este momento lo máximo que puede esperarse es que conduzca a una “estabilización a bajo nivel” o evite que empeoren aún más.

La lucha contra el extremismo, la no proliferación de armas de destrucción masiva y la solución de conflictos regionales son algunos de los asuntos en los que, según Moscú, los objetivos de los dos países coinciden.

Tillerson anunció que exigirá a Moscú que deje de apoyar a Al Assad, mientras que Lavrov insistirá ante su colega en que no hay pruebas que demuestren que el ataque con armas químicas que costó la vida a más de 80 personas fue obra del Ejército sirio.

“Occidente ha culpado sin pruebas del ataque a las autoridades de Siria, pese a que en la zona operan combatientes del Frente Fateh al Sham (antiguo aliado de Al Qaeda), que se dedicaban a la fabricación de bombas cargadas con sustancias venenosas”, destacó la nota.

Por último, el comunicado ruso dice que el país está extremadamente preocupado de que Estados Unidos pueda decidir atacar unilateralmente a Corea del Norte.

El hermético país asiático está emergiendo como uno de los problemas de política exterior más urgentes para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, luego que Pyongyang llevara a cabo cinco ensayos de misiles y está trabajando para desarrollar armamento que pueda alcanzar a Estados Unidos.