Juan Pablo Pumpido se fue entre lágrimas...

“Dejamos lavida y no nos acompañaron los resultados”

  • “No tenemos más nafta para que esto funcione”, señaló el ex entrenador rojiblanco, explicando los motivos de su renuncia. Los dirigentes, en el mismo vestuario del José Amalfitani, intentaron convencerlo. Final de ciclo.
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La última en el 15 de Abril. Juan Pablo Pumpido en el partido ante Defensa y Justicia, el último que le tocó dirigir en condición de local. Se va luego de una campaña en la que cosecha el 41 por ciento de los puntos. Foto: Pablo Aguirre

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Los dirigentes entraron de inmediato al vestuario. Había varios. Entre ellos, hablando de los más encumbrados, la plana mayor actual y haciendo abstracción del presidente Spahn, que el miércoles viajó a China. Pasaron más de 45 minutos para que se abrieran las puertas del vestuario y aparezca Juan Pablo Pumpido. ¿Qué pasó en ese ínterin?, lo que se vislumbraba. Pumpido presentó la renuncia y los dirigentes intentaron convencerlo para que depusiera su actitud. Los jugadores empezaron a irse un ratito antes y sin hablar. Entre ellos, Nereo Fernández, la figura de Unión y del partido. Adentro, había quedado el otro referente del plantel: Emanuel Brítez. Alguien del cuerpo técnico salió raudamente del vestuario para ir hasta el micro con un objetivo preciso: que Nereo vuelva al vestuario. El capitán ingresó y a los pocos minutos se produjo la salida del técnico. En realidad, ya era el ex técnico, porque la renuncia no tenía marcha atrás. Edgardo Zin, Emilio Lamas y Marcelo Martín son los tres vicepresidentes. Ellos estuvieron en el vestuario y el único que salió antes de tiempo fue Martín, aunque ya con la decisión tomada por parte del entrenador. Eran las 20.30 pasadas y la diferencia horaria no impedía el diálogo directo con Luis Spahn. Ya era domingo en China y el presidente se había despertado con la nueva mala: la derrota del equipo y la renuncia del técnico.

¿Qué dijo Pumpido en los cuatro o cinco minutos de charla con la prensa?

—¿Tomaste una decisión?, ¿por qué tanta demora para salir del vestuario?

—Hablé por teléfono con Luis y ya le manifesté que me voy de Unión. Es una decisión que me duele en el alma porque dejé la vida para que todo salga bien y los resultados son los que mandan. Hace un año y medio o dos que veníamos manejando un proyecto y lamentablemente tuvimos que dejarlo sin efecto por los resultados.

—¿La decisión es tuya?, ¿se puede decir que es renuncia?

—La decisión es mía. Me voy por los resultados y porque no quiero causarle daño a Unión. Se trabajó muy bien, dejamos la vida y no nos acompañaron los resultados.

—¿Hablaste con el plantel?

—Sí, con los capitanes.

—¿Qué te dijeron los dirigentes?

—Fue una charla privada... Lo concreto es que no hay marcha atrás. Ya les dije que me voy.

—¿No le veías una salida a la situación?

—No. Sólo deseo que a estos jugadores les vaya bien. Si nosotros tenemos que irnos pagando cosas que se nos escapan a nuestro control, pero vemos que es necesario el cambio. Amamos a este club y hemos trabajado a destajo para que esto saliera adelante. En fútbol lo que vale es que la pelotita entre. No tuvimos la suerte en estos últimos partidos, hicimos todo lo que pudimos, dimos todo lo que teníamos y nos tenemos que ir.

—Tristes...

—Esto es tremendo para nosotros. Pero la verdad es que me quiero serenar un poco y seguramente iré encontrando respuestas que hoy no puedo dar. Tomé la decisión y listo.

—¿Encontrás un porqué el equipo mermó el rendimiento?

—Lo buscaré con el paso de los días... Lo único que te puedo decir es que la decisión está pensada. Y lo otro que quiero decir es que deseo fervientemente que estos muchachos salgan adelante. Se arrancó todo de muy buena manera, no estoy dolido con nadie, le agradezco a los hinchas, a los dirigentes y a los jugadores, pero el fusible es el cuerpo técnico y no tenemos más nafta para que esto funcione.

—O sea que lo tenías pensado antes del partido...

—Yo vine a jugar este partido con la idea y la convicción de que lo íbamos a ganar. Si no pensaba eso, directamente ni me presentaba. Pero por otro lado, sabía que si el resultado era negativo, teníamos que dar el paso al costado por el bien del club.

Hasta allí, lo que en ese lapso de cuatro o cinco minutos habló Pumpido, explicando las razones. Se nota que la decisión la tenía madurada y tomada con anterioridad al partido. La primera pregunta que surge es: si Vargas no metía el segundo gol en el segundo minuto de descuento, ¿también renunciaba? Seguramente que no. Con un empate no se iba a ir, por más que el equipo jugó un partido muy flojo, casi tanto como lo hizo ante Defensa y Justicia en Santa Fe.

¿Qué hicieron los dirigentes?, intentar convencerlo. Se juntaron en el vestuario, hablaron todos pero los intentos fueron infructuosos. “Me la veía venir. Si bien no nos había dicho nada, tenía la presunción de que una nueva derrota iba a precipitar la decisión. La realidad es que el equipo se le vino abajo. Jugamos un mal primer tiempo con San Martín de San Juan, la mejoría en el segundo fue escasa, y después vinieron estos dos partidos”, comentó a El Litoral un allegado a la dirigencia tatengue.

Está claro que, de parte de la dirigencia, no había ninguna intención de provocar el final del ciclo luego de la derrota de ayer. Rumores sobre un hipotético “respaldo dividido” existieron durante la semana. Esto es algo que no debe extrañar porque se trata de algo demasiado opinable como es el fútbol. Hasta los técnicos más exitosos han tenido alguna contra en los clubes en los cuales dirigieron. Y ésta podía no ser la excepción. Pero no sirve para sostener una postura contraria a la estabilidad del entrenador.

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Otra vez las pintadas

Como ya había ocurrido luego del encuentro con Defensa y Justicia, a las pocas horas de terminado el partido de ayer reaparecieron las pintadas, esta vez en la zona de Cándido Pujato. Los cobardes anónimos apuntaron nuevamente a una parte de la dirigencia rojiblanca y al retorno de Madelón, algo que se vislumbra como improbable en este momento. Foto: Flavio Raina

Choque.

  • En un momento del primer tiempo chocaron muy fuerte sus cabezas los jugadores Desábato y De Iriondo. Si bien el primero fue el más impetuoso, también fue el que se llevó la peor parte. Faltando poco para el final del encuentro, el volante de Vélez se mareó y cayó al piso. De inmediato, De Felippe ordenó su reemplazo y fue atendido en los vestuarios.

Perdió la reserva

  • La reserva tatengue cayó derrotada ante Vélez por el mismo resultado que se dio en el partido de Primera: 2 a 1.

Unión empezó ganando con un gol de Tarquini en el primer tiempo, pero Vélez lo dio vuelta con dos tantos de tiro libre: uno de Delgadillo y otro de Robertone.

Unión alistó a Peano; Blasi, Spies, Parisi y Fiore; Lebus, Britos, Fantín y Lorenzo González; Tarquini y Ventos. Se fue prematuramente reemplazado Fiore (entró Gerometta en su lugar) y también integraron el banco de relevos Sosa, Fabricio López, Salcedo, León, Schvindt y Benegas. El equipo es dirigido por Eduardo Magnín, con Jorge Mauri como ayudante de campo.

A propósito, habrá que ver qué sucede con Magnín. En realidad, la renuncia de Pumpido se llevaría también a Martín Mazzoni y Ariel Donnet, sus colaboradores directos. Eduardo Magnín también llegó al club de la mano de Pumpido para dirigir el equipo de reserva.

 

Sánchez no juega el sábado

  • Leonardo Sánchez llegó a las cinco amarillas y se perderá el encuentro del sábado ante Patronato en la avenida. Surgen los nombres de Sandona y Magallán como los principales candidatos para reemplazarlo.

Por su parte, Nelson Acevedo fue el jugador que se quedó afuera de los que integraban el listado de viajeros a disputar este encuentro en el Amalfitani.

Lesionado.

  • Marcelo Aumente, el asistente uno de Germán Delfino, sufrió una lesión en el gemelo de la pierna derecha y tuvo que dejarle su lugar a Julio Barraza, el cuarto árbitro, en los minutos finales del partido.